'Arguiñano en tu cocina': rico, rico y casi idéntico

La promo de las gafas de broma no auguraba grandes cambios para Karlos Arguiñano en tu cocina. Y no los hubo. El chef saltó al escenario cantando, bailando y haciendo el ganso, contando chistes y chascarrillos y mostrándose igual de franco, bonachón y jatorra que siempre. El formato del programa es prácticamente idéntico, y hasta permanece, por desgracia, la irritante voz en off que le va diciendo a Karlos cosas tan interesantes como "hoy te veo muy contento, Arguiñano" o "qué bueno eso que estás haciendo".

La cocina cuenta con la misma decoración fría, neutra y aséptica de tienda de mobiliario, y por muchas rosas y ramos de perejil que le hayan puesto, en ella no parece vivir ni una bacteria. El ingreso en la cadena triste ha moderado el product placement -publicidad encubierta a través de la muestra de objetos con marca-, con Silestone y Fagor como principales fuentes de ingresos. Pero por lo demás, nada hizo pensar que ya no estabas viendo Telecinco, salvo una loa a Matías Prats cuyo fervor me llevó a preguntarme si Karlos habrá visto mucho su informativo.

Foto: Antena 3

Aparte de la convocatoria de un concurso de cocina para jóvenes, el único contenido novedoso fue una sección un tanto extraña sobre nutrición. En ella aparece Ainhoa Sánchez, una chica joven, guapa y delgada que parece hija de Isabel Gemio, haciendo de médium de una nutricionista a la que no vemos (¿será vieja, fea y gorda?). Sánchez cuenta lo que le ha dicho esta señora sobre los platos que prepara Arguiñano ese día: muy sorprendentemente, son todo cosas buenísimas.

La intención de Arguiñano de promover una cocina saludable no puede merecer más que aplauso, aunque no sé si esta manera de plantear el asunto es la más entretenida. Eso sí, me encantó descubrir que los melocotones con yogur y maracuyá son relajantes y ayudan a dormir. Nunca lo habría imaginado, pero si la nutricionista y su oráculo lo dicen, yo me lo creo.

Por lo demás, las recetas fueron, como siempre, tan sencillas como impecables, explicadas a la perfección y guisadas con la pulcritud y la soltura marca de la casa. Los melocotones somníferos parecieron fáciles, acertados y muy resultones en el plato. La merluza en salsa verde con huevos escalfados sirvió como reivindicación de la mejor cocina tradicional, actualizada con inteligencia con el truco de añadir jugo de perejil a la salsa. Arguiñano no pretende batir récords de originalidad, sino enseñar a la gente a hacer buenos platos de diario. Y en eso, el vasco es un crack.

El público ha respondido bien al programa: el estreno alcanzó un 18% de cuota de pantalla y superó tanto los datos de audiencia de su anterior showdel mediodía en Telecinco como los de su predecesor en Antena 3 en el horario de tarde, El diario. Veremos si se mantiene, pero en principio los programadores parecen haber acertado colocando a Arguiñano a las ocho y cuarto de la tarde. Y lo mismo se puede decir de la apuesta del chef por continuar haciendo más o menos lo de siempre: como dicen por ahí, "si funciona, no lo toques".