Innovación sin fronteras en la comarca del Bidasoa

Irún, la romana Oiasso, nació necesariamente hermanada con la otra orilla del río Bidasoa, y referenciada como el gran portón que mostraba el camino hacia el resto de Europa; en ocasiones como un sendero despejado y, otras veces, a través de una mirilla, según el contexto político e histórico. La turística y pesquera Hondarribia también ha sabido desenvolverse y prosperar sin perder tradición en la comarca del Bidasoa.

Esa cualidad fronteriza ha conferido a la actividad económica y empresarial del territorio un grado de resiliencia y adaptación a los grandes cambios que la historia y el progreso han exigido. Innovar nunca ha sido una opción en la comarca, pues supone no quedarse a las puertas de la frontera ni a rebufo del propio Estado. Y el tejido empresarial bidasotarra sabe mucho de necesidades y de oportunidades.

Punto de apoyo

Bidasoa Activa es una sociedad pública surgida en 1992 por iniciativa de los ayuntamientos de Irún y Hondarribia, cuyos gobiernos coincidieron en la necesidad de dotar de un instrumento a la comarca que canalizara las políticas locales y la promoción territorial, cumpliendo además un importante papel intermediador entre el tejido empresarial local y las instituciones, principalmente el Gobierno vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa. El año pasado, Bidasoa Activa acompañó a diferentes compañías en más de cien proyectos de innovación, tanto tecnológica como de proceso. El volumen de empresas anual en la órbita de la asociación gira en torno a las 40, incorporando regularmente nuevos proyectos. Además de esta relación empresarial, el año pasado Bidasoa Activa trabajó con medio millar de personas que llegaron con proyectos de espíritu emprendedor, y en diferentes grados de intensidad en cada uno de estos procesos. La media anual de planes de viabilidad a los que ayuda a dar forma Bidasoa Activa es de 70. El ecosistema de apoyo al emprendimiento y a la innovación es diferencial en la comarca.

Innovación forestal

Son muchos los casos de éxito que muestran la constante adaptación y evolución que se pueden encontrar en esta área del mapa. Forest Pioneer es un referente en innovación a escala nacional en el sector forestal. A juicio de Emilio Bravo, fundador de este grupo, las empresas de este ámbito en España son “bastante clásicas, centrándose en la tala y el desembosque de árboles”. El aspecto diferencial en el caso de esta empresa bidasotarra apunta a “aplicaciones especiales e innovación, como por ejemplo la mecanización en la poda a lo largo de las líneas eléctricas en España, evitando que los operarios tengan que subir a las cestas para cortar las ramas de los árboles”. Emilio Bravo explica este éxito a punto de embarcar en el avión que le lleva a Panamá, donde ayudará en este desempeño a Naturgy en los proyectos desarrollados en este país centroamericano.

Forest Pioneer ha creado un sistema propio GPS de transmisión de datos, tanto de producción como de seguridad, que “envía cada máquina directamente a las oficinas, de manera que pueden saber lo que está sucediendo en tiempo real en cada máquina, incluyendo el estado físico del operario”, detalla Bravo. Su empresa cuenta actualmente con departamentos propios de ingeniería, informática, comunicación, comercial y logística en sus sedes de Irún, Mungia y Francia, con una plantilla total de 48 personas, pero el fundador recuerda que comenzó solo en este proyecto hace 27 años con el apoyo, entre otras organizaciones, de Bidasoa Activa, con quien ha seguido colaborando puntualmente.

Nuevas bicicletas eléctricas

Es imprescindible comenzar cualquier proyecto a partir de nichos de mercado abiertos a la evolución gracias a las nuevas posibilidades que ofrece la tecnología. Lo sabe muy bien Juan Carlos Ausín, ingeniero eléctrico industrial y gerente de Moov Drives Technology. Hace apenas cuatro años comenzó a trabajar en el desarrollo de un nuevo concepto de motor eléctrico para bicicletas, buscando un sistema de tracción “más suave, con más potencia y aprovechando la posibilidad del frenado regenerativo, que consiste en utilizar el motor eléctrico como freno en la bicicleta y conseguir recuperar energía del propio movimiento”, explica Ausín.

En este caso, superar las complicaciones de producir y vender estos motores ha implicado licenciar la tecnología a una tercera empresa que se encargue de la fabricación y comercialización de estos motores. Pero Ausín no cesa en buscar nuevos caminos, y cuenta cómo su siguiente paso consiste en “desarrollar nosotros mismos una nueva línea de bicicletas, a la que llamamos Bekuik, que llevan integrados estos motores eléctricos, y que estamos destinando al sector de reparto de comida a domicilio y al sector urbano, con una bicicleta más sofisticada”. En este caso, también Bidasoa Activa fue una de las entidades —junto a BIC Berrilan, en San Sebastián— que apoyaron el impulso del proyecto, especialmente en su fase inicial.