Matrícula de honor a la hora de relacionarse
Tejer una amplia red de contactos durante los estudios facilita el desarrollo profesional y abre puertas a una carrera internacional
El éxito se basa en hacer buenas relaciones”, con esta declaración de principios resumía Richard Branson, fundador de Virgin Group, su buen hacer en los negocios. Pudiera parecer una perogrullada, pero tejer una buena red de contactos, lo que se conoce como networking, es un valor añadido para asegurarse un buen desarrollo profesional, tener acceso más fácil a una carrera internacional y mejorar el desarrollo y posicionamiento en la empresa. Estas son algunas de las ventajas, además de la formación y el conocimiento, de cursar un MBA.
En sentido amplio, el networking consiste en “establecer relaciones con personas con un fin concreto. En el contexto de un alumno de una escuela de negocios, el network y la experiencia son claves para encontrar trabajo, localizar al socio que necesitas, obtener información o compartir conocimiento”, explica Norman Kurtis, decano de programas de IE Business School en IE University.
En opinión de Luis Vives, vicedecano de MBA de ESADE, va más allá, y podemos considerarlo “una actividad social que te permite construir un capital social, tan importante como el financiero, que aporta y genera mucho valor porque favorece compartir información y desarrollar relaciones que pueden generar conexiones de trabajo o de negocio”.
Esta malla elástica “te facilita acceder a personas con otros puntos de vista, ideas, contactos…, pero tiene que ser bidireccional. Cuanto más das en esta red, normalmente, más recibes, y es importante alimentarla en todos los momentos de tu carrera, no solo cuando la necesitas, porque, casi seguro, ya será tarde”, añade David Ruiz de Olano, director del Flexible Executive MBA de Deusto Business School.
No ser nadie sin un network podría sonar exagerado, pero “es parcialmente cierto, sobre todo cuanto más sénior eres. Las empresas contratan a individuos porque sus habilidades y conocimiento encajan con el puesto de trabajo, pero cuando evalúan a distintos candidatos también toman en cuenta su red de contactos y qué puertas les podría abrir. Esto puede ser particularmente relevante en algunos sectores que son muy atractivos para los estudiantes de escuelas de negocios como la consultoría o la banca de inversión”, enfatiza Kurtis.
Quien piense estudiar un MBA solo por el networking se equivoca, aunque sea una ventaja añadida.
En las escuelas de negocios, además de enseñar “a los alumnos los últimos marcos teóricos en la dirección de empresas también creamos un melting pot, un crisol de culturas donde conviven gentes de muchos orígenes y background (formación) diferentes, lo que permite que ese networking se desarrolle de una forma natural y exponencial”, señala Vives. Este año ESADE cuenta con estudiantes de 114 nacionalidades en el campus, y de 100 en el caso de IE Business School.
En general, las escuelas de negocios ofrecen muchas oportunidades de contactos con los colegas de clase, con estudiantes de distintos programas, con profesores y exalumnos, “más de 70.000 en todo el mundo en nuestro caso, que son una fuente de información, consejo y, sin duda, de oportunidades profesionales”, indica Kurtis de IE Business School. Una cifra similar a la que exhibe ESIC (con más de 66.000 en el ámbito global).
Los MBA “tienen el valor añadido de que por un lado te permiten ampliar y actualizar el conocimiento, descubrir tendencias y desarrollar determinadas habilidades directivas a través del programa que seleccionas; te incorporas a un ecosistema que te acerca al tejido empresarial y a firmas especializadas en selección de alta dirección de una manera más competitiva”, opina Raúl González de ESIC.
Una habilidad más
En un mundo como el actual, las empresas exigen a sus directivos no solo conocimiento, sino habilidades críticas. Las soft skills (habilidades blandas), como capacidad de comunicación, liderazgo o persuasión, flexibilidad, motivación, paciencia, habilidades de resolución de problemas o de trabajo en equipo, se enseñan y se entrenan. En opinión de los expertos, el networking mejora las actitudes y aptitudes sociales y profesionales.
“Hacer networking bien es una habilidad, como hablar bien en público o trabajar bien en equipo, pero desde mi punto de vista el termino soft skills es injusto porque estas habilidades —la empatía, el liderazgo y la capacidad de negociación, entre otras— son realmente difíciles”, explica Kurtis (IE Business School).
Trenzar una buena red de contactos y mimarla “te enriquece, te abre muchas oportunidades, te va a ayudar a generar confianza, te va a inspirar, y también es algo aspiracional, te ayuda a lograr tus objetivos y no tiene nada que ver con el enchufismo, como a veces entendemos el networking en España”, zanja Luis Vives (ESADE). La catalana es la única escuela de negocios internacional que cuenta con tres CEO en la lista Fortune 100 (HP, PepsiCo y Johnson & Johnson), que publica la revista estadounidense sobre las mayores empresas de ese país.
En cuanto a datos concretos sobre empleabilidad y retribución sobre MBA, “más del 92% de nuestros alumnos están trabajando a los tres meses de graduarse y la retribución media es aproximadamente de 130.000 euros, según el Ranking MBA de Financial Times 2022″, apuntan desde IE Business School.
En el caso de ESIC, “todos estos servicios y recursos se traducen en una tasa de mejora en su empleabilidad directa al año de haber finalizado el programa. En el caso, por ejemplo, de nuestro Executive MBA, asciende al 97%”, destaca González (ESIC).
Según datos de LinkedIn, el 85% de los puestos de trabajo se contratan vía conexiones.
¿Todo por la red? No
La horquilla de precios de un MBA en España va desde los 4.000 euros en una universidad pública hasta más de 80.000 en las mejores escuelas de negocios. Nadie duda de que un MBA “impulsará tu desarrollo profesional, y la formación hay que entenderla como una inversión, no como un coste”, afirma Raúl González (ESIC), pero los expertos coinciden en que cursarlo solo por el networking es una mala decisión. “Es solo una parte de la propuesta de valor de las escuelas de negocios”, señala David Ruiz de Olano de Deusto Business School. Un estudio reciente de Financial Times sobre 9.000 MBA revela que “el networking es la tercera razón para cursarlo, por detrás del incremento salarial y la educación/conocimiento per se”, apunta Norman Kurtis de IE Business School.
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