La geotermia reclama paso en las renovables
Esta fuente procedente del subsuelo es una de las más eficientes, pero continúa siendo una de las más desconocidas
No es casualidad que los hombres primitivos habitasen las cavernas. Al hacerlo, se protegían del frío, aprovechando el calor del subsuelo que se mantiene a temperaturas constantes durante todo el año. Este fenómeno térmico que se da en el interior de la Tierra constituye una fuente de energía inagotable, conocida como geotermia, que en la actualidad podría contribuir masivamente a la generación de calor y electricidad. Sin embargo, la falta de inversión mantiene paralizada su investigación y desarrollo en España. Un sistema de mitigación de riesgos y el papel de las empresas aseguradoras podrían ser la llave para la expansión de este recurso renovable.
Como explica Celestino García de la Noceda, técnico del Grupo de Geoenergía del Departamento de Recursos para la Transición Ecológica del Instituto Geológico Minero Español (IGME-CSIC), a medida que se profundiza en el subsuelo, la temperatura asciende, y esa intensidad se aprovecha para diferentes usos. Simplemente con las temperaturas a menor profundidad (entre 15 ºC y 60 ºC) ya se puede transformar el calor interno de la Tierra en agua caliente sanitaria, calefacción e incluso refrigeración.
En España, este aprovechamiento térmico, conocido como geotermia somera, se aplica principalmente en viviendas y edificios en todo el territorio, y en regiones de la Península donde se localizan yacimientos con temperaturas más elevadas se está explorando su uso agrícola e industrial. Es el caso de la primera planta geotérmica española, ubicada en Níjar (Almería) y todavía en construcción, que permitirá abastecer de energía térmica a los invernaderos de la zona.
La geotermia de las capas profundas de la Tierra donde la temperatura es más alta tiene un tremendo potencial para la generación de electricidad, y podría sumarse al resto de tecnologías renovables. “Es un recurso disponible en cualquier momento del día y en cualquier época del año, probablemente sea la energía renovable más eficiente y que además permitiría aumentar su potencia fácilmente en un momento determinado”, apunta García de la Noceda.
Sin embargo, en España no existe en la actualidad ningún proyecto para el desarrollo de esta tecnología en el subsuelo profundo. “No es por falta de recursos geológicos, sabemos que hay yacimientos y están localizados”, apunta Margarita de Gregorio, directora de Biomasa y Geotermia de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables). El archipiélago canario es la zona geotérmica más importante del país, pero también hay áreas interesantes en el noreste, sureste, noroeste y centro de la Península.
Potencial europeo
Europa es el continente con mayor potencial de recursos de baja temperatura y el tercero de alta. Países como Francia, Suiza o Islandia han fomentado la colaboración público-privada para impulsar el desarrollo en este campo; pero en el caso de España, la comunidad científica echa de menos continuidad en la investigación y una exploración más exhaustiva de las áreas con potencial geotérmico, como argumenta De Gregorio. “Los trabajos en el subsuelo son complejos, necesitas mucha seguridad sobre el punto exacto en el que debes perforar o, si no, te puedes equivocar. Tener más detalle de los recursos nos ayudaría mucho”, reivindica.
Esta característica de la geotermia también dificulta la inversión en su investigación y desarrollo. “A diferencia de otras energías renovables, en las que se puede medir el recurso más fácilmente, en geotermia se requiere de una serie de sondeos y prospecciones geofísicas y geoquímicas que suponen un coste adicional”, explica De Gregorio. Este tipo de exploraciones del subsuelo no suponen ningún riesgo medioambiental, como asegura García de la Noceda. “Somos conscientes de que todo lo que se haga bajo tierra genera cierto rechazo social, pero es un problema de percepción, no hay ningún tipo de daño”, añade.
Los riesgos tienen más que ver con la falta de información sobre el retorno económico de esta tecnología. “Si una empresa no tiene una señal clara de lo que va a percibir por el precio de electricidad producida con energía geotérmica, es evidente que no va a querer invertir en este tipo de tecnología renovable, no ve rentabilidad”, advierte De Gregorio.
La investigadora de APPA Renovables cree que un sistema de mitigación de riesgos de colaboración público-privada, como el que ya se lleva a cabo en otros países, ayudaría a impulsar la inversión en el sector geotérmico para la generación de electricidad. “A pesar de que se hagan todos los estudios pertinentes, la geotermia siembre cuenta con un riesgo inherente. Por eso es necesario que, tanto para la fase inicial como para la construcción de la planta geotérmica, se crease un instrumento de seguridad que lograse generar más confianza entre los inversores”, concluye.
Las aseguradoras tienen la llave
Las empresas aseguradoras podrían tener la llave para la penetración de la geotermia en España. Como explica José María Pernía, director de Desarrollo de Negocio, Construcción y Energía de la consultoría Aon España, la cobertura de riesgos en las principales energías renovables como la solar y la eólica ha alcanzado un pico de madurez, tanto en las soluciones aseguradoras tradicionales —daños patrimoniales, siniestros, seguros de responsabilidad civil, etcétera— como en las de inversión.
Pernía propone utilizar este grado de experiencia para el desarrollo de infraestructuras de energía geotérmica. “En otros países ya se está trabajando con una cartera de un número elevado de perforaciones, con la que se establecen unas probabilidades altas de éxito de llegar a un yacimiento. En esos casos, las aseguradoras cubren el resto de trabajos que no han dado su fruto”, explica el dirigente de Aon España. “El problema es que en España no contamos con ese volumen de momento, lo que no permite la viabilidad del proyecto”, añade.
Si bien la cobertura de una planta geotérmica sería similar a la del resto de plantas renovables en lo que tiene que ver con las operaciones en la superficie, no sería lo mismo para los trabajos en el subsuelo. Actualmente, estos procedimientos de análisis y gestión de riesgos son más propios del sector petrolífero. Como apunta Pernía, “el reto del mercado asegurador ahora es conseguir un proyecto específico para el desarrollo geotérmico”.
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