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Prácticas rurales para combatir la despoblación

Universidades como las de Zaragoza, Castilla-La Mancha y la Complutense de Madrid ya forman en oficios que contribuyen a la cohesión territorial

Prácticas de veterinaria de la Universidad de Zaragoza en una granja de Cubel, un pueblo de menos de 3.000 habitantes en la comarca del Campo de Daroca.
Prácticas de veterinaria de la Universidad de Zaragoza en una granja de Cubel, un pueblo de menos de 3.000 habitantes en la comarca del Campo de Daroca.Alvaro Garcia

Anunciaba el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el pasado 29 de marzo la creación de un Erasmus rural, una iniciativa aún en fase de definición con el Ministerio de Universidades, que consiste en estancias formativas para que los alumnos universitarios y de formación profesional puedan acceder a una primera experiencia laboral de al menos tres meses en entornos rurales. Según informan desde el ministerio, la idea inicial es que al menos 100 alumnos participen en este programa a finales del curso 2021-2022 para comenzar con esta experiencia de conexión con el territorio que “dará a los estudiantes la posibilidad de valorar y experimentar las alternativas laborales y de emprendimiento en entornos rurales y de interior”. Actualmente, universidades como la de Zaragoza, Castilla-La Mancha o la Complutense de Madrid ya tienen activos modelos de estancias formativas instaladas sobre el territorio, por lo que su experiencia servirá para poner en marcha el proyecto de la forma más provechosa.

El abandono del mundo rural no es un fenómeno nuevo. Cuando en los años setenta del pasado siglo XX Joan Manuel Serrat componía Pueblo blanco, lo hacía pensando en el abandono de los pueblos y en el éxodo a las ciudades. “Por sus callejas de polvo y piedra / por no pasar, ni pasó la guerra / Solo el olvido / camina lento bordeando la cañada / donde no crece una flor / ni trashuma un pastor”. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), desde 1975 la población española ha aumentado cerca de un 36%, pero lo ha hecho de forma desigual según zonas: mientras las rurales han seguido la estela de vaciado que comenzó en la segunda mitad del siglo XX, las urbanas no han dejado de crecer debido a esos trasvases de población. Esto ha supuesto un grave deterioro demográfico y socioeconómico para las zonas rurales menos pobladas, algo que diversas organizaciones como la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA) llevan tiempo denunciando y para lo cual reclaman políticas y medidas legislativas concretas que reviertan este proceso.

Un plan de 130 medidas

Las prácticas rurales se enmarcan precisamente dentro de las 130 medidas ante el Reto Demográfico, una hoja de ruta para luchar contra la despoblación y avanzar en la cohesión territorial y social para garantizar la igualdad de derechos y oportunidades en cualquier territorio. Sara Bianchi, coordinadora de la SSPA, cree que el Erasmus rural puede suponer una oportunidad para que aquellos empresarios del medio rural a los que les cuesta encontrar personal cualificado puedan entrar en contacto con jóvenes especializados. “No hay duda de que acercar la demanda y la oferta en estos territorios no es una tarea fácil, por lo que posibilitar que se deshaga la barrera inicial y transmitir de manera diferente la realidad y las ventajas que ofrecen las áreas rurales desde el punto de vista laboral es un paso en la buena dirección”, explica.

La imagen que tenemos asociada a la realidad del medio rural también desempeña, según Bianchi, un papel muy importante a la hora de tomar las decisiones de dónde y cómo vivir. “Las representaciones que durante muchas décadas se han realizado de la realidad del medio rural han influido muy negativamente a su desarrollo. Sin embargo, eso puede cambiar educando de manera diferente desde pequeños, con libros de texto que no presenten el medio rural solamente como el entorno natural donde pasar unas vacaciones o donde las únicas posibilidades son la agricultura y la ganadería, sino como un sitio con características distintas al medio urbano, pero vivo, complementario, con agricultura y ganadería, pero también con empresas, proyectos innovadores y mucho más”, señala.

El reto demográfico no es nuevo para la Universidad Nacional de Educación a Distancia. “Llevamos toda la vida trabajando en las zonas rurales más deprimidas y con menos población”, explica Jesús de Andrés, vicerrector de centros asociados de la UNED. Además de hacer llegar a zonas menos pobladas su oferta académica, la universidad pública está presente en esos entornos. “Tenemos centros en todas las provincias y en buena parte de ellas esos centros no están en la capital, sino en localidades con menor población desde las que se da cobertura a grandes áreas. La UNED acerca la universidad de forma semipresencial a personas que, de no ser por ella, no tendrían acceso a estudios superiores, contribuyendo a mejorar el capital social y a fomentar el desarrollo de los distintos territorios”, sostiene De Andrés.

La UNED está trabajando estrechamente con la Secretaría General para el Reto Demográfico, así como con el Ministerio de Universidades, diseñando programas e implementando proyectos relacionados con la España despoblada. Según el vicerrector, el Erasmus rural permitirá que estudiantes de universidades presenciales puedan realizar prácticas en las zonas más despobladas.

Para Sara Bianchi, en ese sentido, es fundamental que la oferta académica esté vinculada a la realidad y a las oportunidades presentes en el territorio, “incluyendo formación en aspectos propios y distintivos de la estructura económica y cultural de la región”. Es por ello por lo que para Bianchi el ejemplo a seguir sería el de la Universidad de las Tierras Altas e Islas de Escocia, ya que “constituye una pieza fundamental dentro de la estrategia de mantenimiento de la población y de atracción de talento al territorio a través de la oferta de educación superior pública de calidad”. La estrategia educativa de dicha universidad se fundamenta en tres pilares: la enseñanza mixta online-offline, con una gran distribución de centros con un máximo de 50 kilómetros de distancia hasta una sede; la flexibilidad y la adaptación a las necesidades del alumnado, y la cooperación con el sector privado del territorio.

El desafío tecnológico

Pese a que la tecnología y la conectividad son hoy dos piezas esenciales para el progreso de áreas despobladas, en España continúa abierta la brecha digital entre las zonas rurales y las urbanas. Según datos del último informe de cobertura de banda ancha publicado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, un 13,4% de las zonas rurales en España todavía no tienen acceso a internet de al menos 30 Mbps de velocidad. La Agenda España Digital 2025, presentada por el Gobierno en julio de 2020 para impulsar el proceso de transformación digital del país, fija el objetivo de que el 100% de la población tenga cobertura de 100 Mbps en 2025.


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