¿Cuándo es recomendable tener otra mascota tras la muerte de la anterior?

El fallecimiento de un animal con el que se ha convivido durante años es difícil de superar. El duelo lleva su tiempo para completarlo y es similar al que se recorre tras la muerte de una persona. Tomar la decisión de tener otro animal no siempre es la más acertada, aunque haya casos en los que pueda ayudar a gestionar la situación. Tener claridad al respecto es fundamental, tanto para el bienestar psicológico de quien ha perdido a su mascota como para garantizar el del nuevo animal que se incorpora a la familia.

“El duelo tiene unas fases y una duración que depende de cada persona y de sus experiencias anteriores con las pérdidas o de si se trata de una muerte súbita, que suele generar duelos más largos. Pero, en cualquier caso, hasta que el proceso de duelo no concluye, no es aconsejable tener otro animal”, asegura Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). La respuesta sobre si es recomendable tener otro animal tras la muerte de un compañero de cuatro patas no es taxativa. Para cada persona será diferente: “Lo aconsejable es completar siempre el proceso del duelo y, después, habrá para quien tener antes otro animal le ayude en su proceso y para quien eso sea contraproducente”, según Fatjó.

Hay varias situaciones que pueden complicar la toma de decisión sobre la entrada de una nueva mascota en casa en este contexto: “Si en la familia una de las personas no ha completado el duelo y llega otro animal puede reaccionar con actitud de rechazo hacia él. Por eso, siempre tiene que haber consenso a la hora de decidirlo”, continúa el experto. Otra circunstancia que es habitual hace referencia a cuando personas ajenas creen que quien ha perdido un animal tiene que tener otro para sentirse mejor. “Hay quien, incluso, se presenta con una mascota en casa, pero esta opción no es aconsejable, porque la persona que está en duelo tiene que seguir su proceso; darse tiempo y no forzar nada”, aclara el especialista.

Cómo crear un nuevo vínculo con otro animal

Cuando un animal muere no se trata de sustituirle por otro. Es recomendable elegir el momento adecuado para acoger a uno nuevo. “Consiste en preservar tanto el estado psicológico de las personas como en crear un vínculo sano con el futuro animal para poder verle como un ser único y no como un vestigio del anterior”, explica Míriam Pérez, educadora social y máster en Etología Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). El dolor por la muerte de un compañero de cuatro patas resulta difícil de gestionar: “Puede provocar un gran vacío que incomoda mucho y que puede llevar a realizar prematuramente la incorporación de otro nuevo animal”, advierte Pérez. Esta especialista recomienda tener paciencia: “El duelo no tiene atajos. Todas las emociones y sentimientos durante ese proceso son necesarios, por lo que conviene permitirse el tiempo para sentirlos con derecho a transitarlos y para expresar el dolor con personas de confianza”.

Tener un nuevo animal no significa olvidar al que murió. “Queda un hueco que ningún otro podrá llenar, porque cada uno es único y se viven experiencias con un vínculo único y genuino”, añade la etóloga. “Una vez que se acepta e integra esa muerte se está más preparado para vincularse con un nuevo animal de manera positiva y sana”, aclara.

Comparar la despedida de una persona que fallece con la de un animal suele provocar controversia. “Los animales pueden llegar a ser una importante fuente de apoyo social para las personas. Y en esa interacción con ellos se pueden entablar fuertes vínculos emocionales, que son equiparables a los vínculos que se establecen con los seres queridos”, comenta Pérez. “Esta fuerte unión emocional que se crea con los animales también se hace patente cuando mueren, por lo que se siente un profundo dolor equiparable a la muerte de cualquier persona a la que se ama”, matiza la especialista.

Una diferencia entre el proceso de duelo entre una persona que fallece y un animal es la falta de apoyo social que se recibe en el segundo caso: “Estas personas no son comprendidas e, incluso, su dolor puede ser invalidado, por lo que viven un duelo silenciado, no autorizado ni legitimizado socialmente. Esto aumenta aún más el dolor y los sentimientos de desesperanza y soledad”, continúa Pérez. Ella destaca otra circunstancia específica de la muerte de los animales; la decisión de practicar una eutanasia ante una enfermedad del animal: “Aunque se trate de una decisión justificada, para muchas personas puede repercutir en el proceso del duelo con la sensación de culpa”.

¿Qué puede ayudar en el duelo por un animal?

Completar el proceso de aceptación por la muerte de una mascota es fundamental para abrir el corazón y las puertas de casa a una nueva. Puede resultar más llevadero con pautas como las que plantea Elena García, veterinaria especializada en comportamiento del proyecto Vetbonds, que profundiza en el proceso y gestión emocional de la eutanasia de los animales:

• Reflexionar con responsabilidad sobre si se está preparado para tener un nuevo animal.
• Evitar elegir un perfil igual al animal que ha muerto (aspecto físico, raza, personalidad).
• Tener claro que el nuevo animal será diferente y tendrá sus propias características.
• Compartir el dolor con las personas que se crea que lo pueden comprender y sean empáticas con la situación.
• Aceptar el duelo en todas sus dimensiones (tiempo, emociones, sensaciones).
• Hacer un ritual de despedida para cerrar el ciclo de forma más sencilla.