Seis pautas para enseñar a un cachorro a hacer sus necesidades fuera de casa
Los perros jóvenes necesitan hasta alrededor de los seis meses de edad para aprender a evacuar en la calle. Durante el proceso, hay que premiarles, afianzar la rutina de las horas de paseo y nunca castigarles o reprenderles si lo hacen mal
Tener un cachorro de perro en casa aporta experiencias únicas, ya que son juguetones y se disfruta del proceso de verles crecer. Sin embargo, también implica mucha paciencia por parte de su familia humana, que tendrá que dedicarle tiempo para educarle y para enseñarle a hacer sus necesidades fuera de casa. “Los tres primeros meses de vida son fundamentales para que los cachorros aprendan a relacionarse correctamente con otros animales y con el entorno ambiental donde evacúan”, explica Miguel Ibáñez, especialista en psiquiatría y comportamiento animal de la consulta de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Ibáñez recomienda dar libertad a los cachorros cuando salen a la calle: “Dejar que eliminen con naturalidad en los sitios sin intervenir para corregirles. Los tutores del animal solo tienen que ser pacientes y la naturaleza suele resolver con eficacia el resto”.
Los cachorros suelen aprender rápido a hacer sus necesidades en la calle si el planteamiento de los propietarios es el adecuado. “Considerar que las eliminaciones de orina y heces en casa son un problema que hay que corregir es un error. Simplemente, hay que favorecer que el cachorro pueda realizarlo fuera de casa”, aconseja Ibáñez.
El momento apropiado para empezar con el entrenamiento del perro es entre sus siete y ocho semanas de edad. “El cerebro del cachorro es una esponja y todo lo que se le enseñe entonces repercutirá en sus años venideros. Su mente es casi como la de un bebé, así que el aprendizaje se desarrollará paulatinamente y con el tiempo”, advierte Stefania Pineda, veterinaria especialista en medicina del comportamiento y bienestar de los animales, profesora del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Complutense y encargada de la consulta de comportamiento animal de esta universidad madrileña.
Es cuando el perro tiene alrededor de seis meses cuando adquiere el hábito de evacuación adecuado. “En caso de no ser así, conviene consultar al especialista en comportamiento animal y siempre evitar castigos como gritarle, reñirle, pegarle o restregar su hocico por el lugar donde hizo sus necesidades”, añade Pineda.
El rincón de casa para el pis del cachorro
Una forma de ayudar al cachorro en su aprendizaje es colocar un sitio en el hogar donde pueda orinar y defecar cuando no se le puede bajar a pasear. “Se puede ubicar en el rincón de una habitación con papel de periódico o un empapador, para que el animal lo identifique como su lugar de evacuar y no acuda a otros lugares de la casa para hacerlo”, explica Pineda. “Aunque lo ideal es poder bajarle a la calle y recompensarle cuando lo hace bien con comida o con felicitaciones verbales y caricias”, recomienda la veterinaria. Ella también da un consejo cuando el perro hace sus necesidades fuera de su rincón: “No limpiarlo delante de él para evitar que lo interprete como que se le presta atención por ello ni reñirle, porque el perro no entiende el porqué del disgusto de su dueño”.
El espacio reservado para que el cachorro haga sus necesidades en casa durante su proceso de aprendizaje debe tener un olor específico. “Conviene limpiarlo con agua y jabón neutro y no eliminar del todo el aroma a orina del animal para que lo siga asociando con su lugar para orinar y defecar”, continua la veterinaria. Pineda menciona varias pautas para enseñar al cachorro:
- Establecer rutinas horarias de paseo y juego. De esta forma, el animal se adapta a las costumbres establecidas y le resulta sencillo evacuar a la hora de salir a la calle.
- Tener en cuenta los momentos en que es más probable que el animal orine o defeque: al despertar, después de comer y tras jugar o hacer ejercicio físico.
- Premiarle cuando lo hace bien con un alimento que le guste especialmente o con caricias y felicitaciones verbales.
- Alargar el paseo después de que el cachorro haya hecho sus necesidades. Es un momento de disfrute para el perro, y si se acaba el paseo nada más evacuar lo puede percibir como un castigo.
- Tener paciencia: se trata de un proceso de aprendizaje que lleva su tiempo hasta que el animal consigue consolidar el hábito.
- Evitar cualquier forma de castigo o reprimenda, porque el cachorro se estresa y provoca que la conducta desajustada se perpetúe.
Causas por las que un perro no aprende a evacuar fuera de casa
Cuando un can no consigue integrar una rutina adecuada con respecto a su conducta evacuatoria, puede ser debido a varias causas. Stefania Pineda, que también es responsable de una escuela gratuita para cachorros en el Servicio de Comportamiento Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, menciona las siguientes:
- Problemas físicos como infecciones, cistitis o algún problema renal.
- Falta de aprendizaje adecuado durante las primeras semanas de vida por causas como su estancia en una tienda de animales.
- Problemas de estrés o ansiedad, que precisarán de la intervención de un profesional para aplicar terapia de conducta o, si es necesario, medicación.
- Marcaje con orina como forma de comunicarse con otros perros que conviven en la misma casa o porque haya hembras en celo.
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