Zara Home celebra en París su ambiciosa colaboración con el arquitecto estrella Vincent Van Duysen
La presidenta de Inditex, Marta Ortega, y el creador belga muestran en una exclusiva cena celebrada durante el arranque de la semana de la moda las piezas de su estreno en el mundo del mueble de diseño
“Mi trabajo es muy sensorial, hay que tocar y probar las piezas que hago, y este lugar refleja también cómo entiendo una habitación”, decía el miércoles por la noche el arquitecto Vincent Van Duysen (Bélgica, 60 años) en un receso de la presentación de su primera colección de muebles para Zara Home en París: una cena en un magnífico palacete del siglo XVII en la rive gauche parisiense para un reducido grupo de asistentes de la aristocracia de la moda, cuando arranca precisamente la semana de la moda masculina de la ciudad. La maquilladora Pat McGrath, el director creativo Fabien Baron, los fotógrafos Craig McDean y François Halard, o Alex de Betak, el hombre que diseña los desfiles más espectaculares de las principales casas de moda y que organizó la velada.
Junto a Marta Ortega, presidenta no ejecutiva de Inditex, empresa matriz de este gigante textil, Van Duysen ejerció de anfitrión de un evento reducido pero con grandes ambiciones: Zara Home + by Vincent Van Duysen es el primer proyecto de mobiliario de la firma de interiorismo de Zara, su primera colaboración con un talento externo y una apuesta por el producto no estacional. La colección saldrá a la venta el 30 de junio en la web de la firma, la idea es presentar dos al año y que todo permanezca hasta crear una especie de fondo de armario para el hogar. “Sabíamos que supondría subir el nivel de la marca, pero no hemos querido renunciar a nada ni en términos de calidad ni de materiales: buenas maderas, linos, piel… que los sofás fueran artesanales, no piezas hechas de manera industrial”, explica Van Duysen sobre una colección íntegramente hecha en España salvo las alfombras, que se tejen en la India. Hablamos, por lo tanto, de un rango de precios superior: la lámpara cuesta 199 euros; las mesitas y taburetes entre 350 y 400 euros; y, lo más caro, el sofá de 2,80 metros tapizado en lino; 4.500 euros (cifras que, sin embargo, están muy por debajo de la media de los líderes del sector).
Afirma el belga que sus muebles son “sólidos, físicos” y, efectivamente, diseminados por el jardín controladamente agreste de aquel hotel particulier, conseguían formar pequeños ambientes: una mesita auxiliar hecha con piezas rectangulares de piedra caliza, colocada junto a tres taburetes de roble con asiento de cuero, era perfecta para una conversación informal. En otro rincón del jardín, dos sillas bajas de madera y cuero trenzado y una butaca de bouclé azul marino —respaldo y reposabrazos unidos por una curva suave— creaban un sofisticado escenario de glamping, como si hubieras sacado al fresco tus muebles recién comprados para el salón. En la entrada del edificio, un rectilíneo escritorio de roble negro cubierto de velas hacía las veces de consola. La sensación era de mueble de calidad, parecido al que se ve en las grandes citas de la decoración, de inspiración entre escultórica y mid-century. Solo que, mientras que un sofá de una gran firma del design puede tardar meses en llegar al cliente, los de Zara Home + se entregarán solo tres semanas después del encargo.
Para Van Duysen, uno de los arquitectos y diseñadores de mobiliario más respetados del mundo, esta colaboración supone la oportunidad de llegar a un público más amplio en un momento particularmente introspectivo, ahora que acaba de cumplir 60 años. “Hay una idea de atemporalidad, de longevidad, de ignorar las tendencias, de evitar diseñar porque sí. Me importa la belleza, la artesanía, los materiales, la ergonomía. Este es mi ADN, esto es lo que soy y lo que quise ser hace 30 años, cuando empecé”, relata. El creador no considera que haya evolucionado: “Siempre es lo mismo. Soy muy coherente con lo que digo y lo que hago”.
La cena, alrededor de dos largas mesas en un salón de proporciones palaciegas, pero reformado en un cálido estilo minimalista no muy alejado del de Van Duysen, también estaba alineada con la idea de hogar de todo el proyecto. Blanco roto, texturas naturales y un menú compuesto prácticamente por vegetales (en ensalada, a la brasa), servido en platos para compartir. El muro de inspiración de la alta decoración lleva años atesorando imágenes de lujo despojado, tonos neutros y relax mediterráneo. Esta es la primera vez que este elegante imaginario baja a la tierra de lo relativamente accesible, firmado por uno de sus ideólogos originales y en forma de piezas fotogénicas, pero antes pensadas para ser más usadas que instagrameadas. Van Duysen ha firmado una colaboración de dos años y, de momento, promete: al final de la cena llegó Naomi Campbell.
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