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Cabezudo: “Las modelos nunca han hecho nada que no supieran o no quisieran”

El fotógrafo acusado de abusos sexuales niega las acusaciones y asegura que todas las mujeres posaban desnudas voluntariamente

Mikel Ormazabal
Un coche de la Ertzaintza traslada al fotógrafo donostiarra Kote Cabezudo a la Audiencia de Gipuzkoa para ser juzgado de delitos de índole sexual.
Un coche de la Ertzaintza traslada al fotógrafo donostiarra Kote Cabezudo a la Audiencia de Gipuzkoa para ser juzgado de delitos de índole sexual.Juan Herrero (EFE)

José Juan Kote Cabezudo, el fotógrafo donostiarra acusado de abusos sexuales contra varias de sus modelos, algunas menores de edad, ha negado hoy todas las acusaciones y asegurado que todas las mujeres que posaban desnudas en sus sesiones fotográficas lo hacían voluntariamente, habiendo firmado previamente un contrato privado, y sin estar sometidas a ningún chantaje: “Las modelos nunca han hecho nada que no supieran o no quisieran. Jamás. Si no quieren, cogen y se van”. Cabezudo, que solo ha respondido a las preguntas del fiscal y de su abogado, ha declarado que nunca mantuvo relaciones sexuales con menores durante las sesiones y que tampoco ha comerciado con imágenes de mujeres desnudas.

“Yo empecé en la fotografía cuando tenía 12 años y el 80% de mi trabajo lo he dedicado al cuerpo de la mujer”, ha explicado Cabezudo (74 años) durante el interrogatorio de uno de sus abogados. En los 40 años dedicados a esta tarea ha fotografiado a “más de 600 modelos de toda España” y en todos los casos, ha insistido en varias ocasiones, estas “conocían el trabajo que se iba a realizar”. Las modelos firmaban su consentimiento a posar desnudas y, si eran menores, el contrato venía suscrito con el conocimiento de alguno de sus progenitores. Salvo en un caso en el que la propia chica, ha asegurado el acusado, falsificó su edad.

La acusación particular, que ejerce el letrado Mario Díez en representación de 17 mujeres, sostiene que Cabezudo engañaba a estas y sus fotografías desnudas las utilizaba en páginas web de pago de contenido pornográfico explícito. Supuestamente, el fotógrafo se servía de estas imágenes para “coaccionarlas y producir nuevo material pornográfico cada vez más explícitamente sexual bajo la amenaza, en ocasiones tácita, en ocasiones expresa, de hacerlo público si no seguían acudiendo” a las sesiones. Cabezudo se ha acogido a su derecho a no responder a sus preguntas.

La Fiscalía imputa a Cabezudo 32 delitos de índole sexual, cometidos sobre 16 víctimas, y pide para él una pena de 121 años de prisión. La acusación particular representa a 17 mujeres y solicita 2.388 años de cárcel. La defensa pide la libre absolución.

Cabezudo ha querido que quedase constancia ante el tribunal que es odontólogo de profesión, “licenciado en Medicina por la Universidad de Zaragoza y especializado en estomatología”. Así ha descrito cómo eran las sesiones de fotos: “Es un estudio de 100 metros cuadrados con una habitación exclusiva para vestimenta y maquillaje. Les explicaba lo que había que hacer y yo, mientras, iba acondicionando luces, decorado... para una sesión que podía durar 30-35 minutos y se sacaban unas 80, 90, 100 fotos. Usaba flashes. La modelo sabía el trabajo que íbamos a hacer. Cuando terminaba, la modelo se marchaba al vestuario y yo preparaba el siguiente set”. Cabezudo ha afirmado que su trabajo se asemeja al que realizaba el fotógrafo británico David Hamilton, conocido por sus retratos eróticos de adolescentes.

El fiscal le ha preguntado si fotografiaba el “sexo externo” de las mujeres. “Las modelos sabían que iban a salir desnudas. Un desnudo lo es desde la cabeza hasta los pies”, le ha respondido el procesado. “¿Realizó tocamientos por todo el cuerpo a la denunciante?”, le ha inquirido más adelante. “No, que yo recuerde, no”, ha contestado. También ha negado que fotografiara completamente desnuda a una chica de 15 años: “En todas las sesiones su madre estaba en el cuarto de al lado y tenía comunicación abierta y directa con el estudio”. Ante la pregunta de si abusó de una joven de 16 años y “le introdujo los dedos en su sexo”, una nueva negativa de Cabezudo. ¿Amenazó a esta persona con publicar sus fotos si no atendía a sus instrucciones? Cabezudo dijo un “no” rotundo, del mismo modo que, cuando fue interpelado por su abogado, aseguró que “nunca” forzó a “ninguna” modelo mediante chantajes.

El acusado ha afirmado que su trabajo no puede ser clasificado como pornográfico y ha preferido catalogarlo como “erotismo” y de contenido “sensual”. Ha insistido en que todo lo que realizó fue con el “consentimiento y colaboración” de las modelos. Y ha rechazado que se lucrara con la publicación de las fotos en internet: “Otros me roban mi trabajo y lo vendían sin mi autorización. Es un trabajo mío que otros lo venden y ganan dinero. He intentado por activa y por pasiva paralizarlo, pero es imposible dar con ellos porque las web iban cambiado de servidores”, ha declarado Cabezudo.


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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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