El Bellas Artes de Bilbao recibe la donación de obras de Zuloaga, Guinea y Barrueta

El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha adquirido este martes tres nuevas obras pertenecientes a los pintores vascos Ignacio Zuloaga, Anselmo Guinea y Benito Barrueta, gracias a la aprobación en el pasado mes de diciembre por parte del Patronato del Museo. Los tres trabajos, donados por Carmen de Icaza Zabálburu, Ignacio Marco-Gardoqui y la familia Arango García-Urtiagason, son Picador gitano, de Zuloaga; Autorretrato, de Barrueta, y La salla del maíz, de Guinea. Esta última expresa la representación de la incorporación del país de África occidental a la modernidad defendida por su colega Adolfo Guiard. En el caso de la creación de Zuloaga, esta permite incorporar primera vez a la colección del museo la temática taurina, mientras que el trabajo de Barrueta se trata de un homenaje permanente de la pintura moderna al artista Diego Velázquez, considerado como uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.

El director del museo, Miguel Zugaza, ha incidido en la rueda de prensa celebrada en el Auditorio del centro museístico la relevancia de las diferentes donaciones que se han producido en los últimos años, siendo la última la que tuvo lugar en septiembre con las tres concesiones de Óscar Alzaga, Orazio Gentileschi y Salvator Rosa: “El museo tiene como principal seña de identidad el hecho de que el 70% de nuestra colección procede de donaciones y legados, lo que convierte al museo en un centro muy singular en el conjunto del ámbito español”. Por su parte, el diputado general de Bizkaia y presidente del Patronato de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao, Unai Rementeria, ha mostrado su agradecimiento a las personas que han hecho posible que las tres obras se encuentren a disposición de ser visitadas hasta el próximo 27 de marzo: “Las tres donaciones añaden nuevo interés a esta notable representación de la colección que tiene nuestro museo. Quiero expresar mi más sincera gratitud a las personas donantes y por dar continuidad a esa tradición de mecenazgo que se mantiene hoy en día “.

La salla del maíz fue pintado durante la primavera de 1893 y en él se representa el sembrado en el que se afanan cinco hombres, dos mujeres y un mozo sentado sobre un canasto de castaño. En el caso de Autorretrato, Barrueta se representa a sí mismo de busto y de frente, utilizando un fondo monocromo que concentra la atención del modelo. Aplicada con pincelada suelta, la paleta de ocres y betunes dosifica las luces en el rostro, lo que permite dar vida a la mirada con la presencia de un desenfoque que remite a las enseñanzas de la etapa juvenil de Velázquez.

En lo referente a Picador gitano, el cuadro pertenece a un periodo de madurez artística y éxito internacional en la trayectoria de Zuloaga, puesto que la obra le llevó a participar en exposiciones en Burdeos, París, Múnich, Bilbao o Venecia, en cuya Bienal expuso un total de 14 obras, además de lograr la medalla de oro. El trabajo presenta el retrato de un joven torero sentado de medio lado sobre una silla de madera y enea, a la que se aferra mientras dirige su mirada a un plano fuera del alcance del espectador. Las luces en lo botones y la decoración pintada de la silla, unidas a la postura forzada y el gesto intenso del protagonista, animan la composición, siendo, por tanto, un claro ejemplo del mejor Zuloaga.

La exposición contará, de igual modo, con tres conferencias en las que se ahondará en la figura de los tres pintores. La primera de ellas, centrada en Anselmo Guinea, se llevará a cabo el jueves 3 de marzo y contará con la participación de Mikel Lertxundi Galiana, doctor en Filosofía y Letras y comisario de arte independiente. El jueves próximo será el turno para profundizar en las polémicas que suscitaron las obras de Ignacio Zuloaga, al representar de manera descarnada personajes del mundo taurino o eclesiástico, mientras que el día 17, la investigadora Andone Narváez, especialista en Benito Barrueta, ofrecerá una conferencia en la que se tratará la predominancia de las escenas domésticas y los paisajes cercanos del artista, al tiempo que se darán a conocer aspectos hasta ahora desconocidos en la vida y obra del pintor de Bermeo.