Ayuso responde a las críticas por el Hospital de Torrejón con los casos de acoso sexual en el PSOE: “Son ustedes profundamente machistas”

La oposición esperaba este jueves en la Asamblea de Madrid a Isabel Díaz Ayuso por el escándalo del Hospital de Torrejón de Ardoz y en ese encuentro, como se pronosticaba, saltaron chispas.

La presidenta respondió hosca a las primeras preguntas.

—La degradación de los servicios públicos no es casual, la señora Ayuso antepone sus negocios a nuestros derechos —le soltó la portavoz del PSOE, Mar Espinar—.

—El modelo sanitario funciona —respondió Ayuso—.

Y bajó el micro.

El mismo trato displicente le había dado a Vox un momento antes.

Después, todo se desencadenó.

Espinar y Bergerot, la encargada de Más Madrid, insistieron en la revelación de EL PAÍS, unos audios en los que se escucha al consejero delegado del grupo Ribera, la empresa encargada de gestionar el Hospital público de Torrejón, decirle a sus directivos que aumenten las listas de espera para mejorar la cuenta de resultados.

La presidenta tiró del argumentario que ha esgrimido la Comunidad de Madrid: el Hospital de Torrejón funciona bien, las órdenes del consejero delegado nunca llegaron a ejecutarse y Madrid cuenta “con uno de los modelos sanitarios mejores del mundo”.

Pronto, Ayuso puso el debate en un asunto en el que lleva todas las de ganar. Le recordó a Espinar que no ha dicho nada sobre los presuntos casos de abuso sexual en su partido, que afectan a alguien cercano al presidente Pedro Sánchez, como es Paco Salazar, o a otros secundarios como el presidente de la Diputación de Lugo o un concejal de Torremolinos.

—¿Cómo es posible que no haya dicho una sola palabra clara en defensa de las mujeres de las políticas de su propio partido? —dijo Ayuso—. Son ustedes profundamente machistas. ¿Cómo puede ser usted tan dócil como mujer ante los episodios de acoso sexual en La Moncloa? Porque teme acabar como Tomás Gómez, como Leguina, Nicolás Redondo, Felipe González, Lambán, Page (exdirigentes socialistas que han acabado enfrentados de una manera u otra a Pedro Sánchez). ¿Cuánto va a tragar usted por un puesto que le debe a ese entorno tan machista?

Del otro lado tenía que llegar y llegó la mención a que su pareja, Alberto González Amador, acusado de fraude fiscal e investigado por un presunto soborno empresarial, se hace llamar Alberto Burnet González en la intranet del Grupo Quirón, según ha revelado elDiario.es.

—Su hermano y su pareja haciendo negocios durante la pandemia, le recordó Espinar—.

Y entonces, la mención de la socialista a Robe Iniesta, el fundador de Extremoduro que desde hace dos noches ya está en los cielos.

—Anda y dígale a su diosecito que aquí huele a mierda.

La cosa no iba a quedar así.

Ayuso no quiso meter en este asunto a Robe, sino a un actor porno famosísimo en los noventa, Rocco Siffredi.

—Lo que les sucede, como dice la canción, se llama obsesión. Obsesión con Ayuso y corrupción con Sánchez. Ya han pasado por la cárcel el dos, el tres, ahora el expresidente de la SEPI y la fontanera que actuaba contra jueces y los fiscales anticorrupción. Pero viendo los gustos de los socialistas que están yendo a prisión, dígame ¿a quién van a poner ahora al frente del PSOE, a Rocco Siffredi?

Este es ahora mismo el panorama de la política regional madrileña, un choque entre dos narrativas. Entre medias, la gestión sanitaria de Madrid, que Ayuso pretende desviar hacia los escándalos en el partido del Gobierno. Aunque el pleno hubiese durado 10 horas, no se hubiera salido de este bucle.

El punto y aparte lo merece Vox, fuera de la jugada en este intercambio de golpes. Ayuso parece que les tiene tomado el pulso, porque cuando la portavoz del partido ultra, Isabel Pérez Moñino, menciona a los inmigrantes, la presidenta le contradice y hasta acaba hablando bien de la cooperación madrileña en el mundo, un deber “católico”.

El resto de los grupos permanece indiferente en esta pelea por ocupar un espacio a la derecha de la derecha, que en el futuro podría decantar elecciones y hasta conformaciones de Gobierno.

Si en asambleas pasadas Ayuso llamó cateta y pueblerina a Pérez Moñino por su discurso contra el cosmopolitismo en la capital de España, ahora se ha burlado por considerarla más oposición que la que hace la izquierda.

—Está a dos plenos de venir con el pañuelo palestino.

La imagen provocó alguna carcajada.