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Los médicos que aplicaron el protocolo para residencias de Madrid lo acabaron rechazando: “Estamos hartos de toda esta mierda”

Los geriatras pidieron acabar con ese sistema de triaje diseñado por el Gobierno de Ayuso, según un borrador al que ha tenido acceso EL PAÍS

Concentración convocada por asociaciones de familiares en recuerdo de los fallecidos en residencias en 2020, el jueves frente al Tribunal Supremo, en Madrid.
Fernando Peinado

Los geriatras de Madrid que filtraban las llamadas de residencias para decidir quién merecía una cama de hospital acabaron “hartos” de ese sistema y pidieron su fin, según un borrador al que ha tenido acceso EL PAÍS. El 11 de abril de 2020, después de casi un mes aplicando los protocolos que limitaban la hospitalización, redactaron una propuesta para volver al sistema anterior al 13 de marzo, es decir, un retorno a la normalidad, cuando las residencias llamaban directamente al 061, sin necesidad de intermediarios. Uno de esos geriatras compartió entonces el texto, bajo condición de anonimato, y desveló en otro mensaje el estado de ánimo de este grupo: “Nosotros estamos hartos de toda esta mierda (con perdón)”.

Durante cinco años, los geriatras han mantenido silencio sobre aquel episodio, que está siendo investigado por los juzgados. La denuncia interpuesta en octubre por 109 familiares con base en un nuevo delito, el de denegación de un servicio público, pide imputar a 25 geriatras que aplicaron triajes, que han sido identificados con nombres y apellidos.

Sí ha trascendido la opinión de un geriatra, Javier Martínez Peromingo, que fue interrogado en marzo de 2021 por los diputados del parlamento madrileño y que evitó hacer ningún tipo de crítica a la Comunidad de Madrid. Peromingo fue el principal redactor de los protocolos y los aplicó como jefe de geriatría en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles. Cuando pasaron los días más duros de marzo y abril, sustituyó a Carlos Mur como director general de coordinación sociosanitaria. Mur había sido el alto cargo que se coordinó con ese grupo de geriatras para diseñar el sistema de triaje. Luego firmó cuatro versiones de esos protocolos y los envió a los hospitales.

Los geriatras tomaron la decisión de pedir el fin del sistema afectados por la devastación que el virus estaba causando en unos centros sin personal para dar un tratamiento a los enfermos o asistirlos en una muerte digna. En algunas residencias había caído de baja la mitad de la plantilla y los pocos cuidadores no daban abasto para asear o dar de comer a los mayores. Tampoco les atendía in situ un médico propio de la residencia o enviado por el Servicio Madrileño de Salud, el Sermas. Los cadáveres quedaban sin recoger, en algunos casos tras 80 horas, según las actas de los bomberos que publicó EL PAÍS. Otro fallo que indignó a los geriatras es que en ocasiones daban luz verde a una hospitalización pero la ambulancia del Summa 112 autonómico no recogía al enfermo.

Los geriatras hacían la valoración por teléfono, desde su puesto en el hospital, mientras continuaban con su trabajo habitual. Encadenaron largas jornadas de trabajo de 08.00 a 22.00 pendientes del busca. Algunos días de la crisis, resolvieron más de 200 consultas desde las decenas de residencias de mayores que tenían asignadas cada uno. A este cansancio se sumó el desgaste por la incipiente cobertura negativa en los medios.

El documento que prepararon iba dirigido a Mur. Todos habían aceptado participar en este nuevo sistema anunciado el 12 de marzo por el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, cuando presentó un plan histórico con varias medidas: “El plan contempla que los pacientes de residencias de mayores que den positivo por coronavirus sean atendidos en la propia residencia, es decir, también vamos a medicalizar las residencias de mayores”, dijo en rueda de prensa. Al día siguiente, Mur reunió a los geriatras en la sede del Sermas, en la zona de Azca, y les informó de esta decisión. Ellos tendrían ese nuevo rol de filtrado y pasaban a llamarse “geriatras de enlace”. Todos entendían entonces que las residencias iban a gozar de un refuerzo sanitario que no se dio.

Durante semanas mantuvieron contacto permanente con Mur, quien buscó médicos para reforzar a decenas de residencias muy afectadas por el virus y las muertes. La Consejería de Sanidad se resistió a compartir con él un listado de 1.798 médicos voluntarios que había recopilado el Colegio de Médicos.

El día que prepararon el borrador, el 11 de abril estaba claro que el plan no había funcionado. Un día antes, ese malestar había sido canalizado por medio de un comunicado de dos sociedades científicas de geriatras que era una respuesta a informaciones críticas en prensa. El texto criticaba la falta de medicalización, sin mencionar expresamente a los responsables. “Dotar de los recursos necesarios (materiales y humanos) durante esa epidemia a las residencias de mayores no es nuestra responsabilidad. Aquí está el problema, no en los servicios de geriatría”, decía el escrito, firmado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y por la Sociedad Española de Medicina Geriátrica.

El borrador que prepararon los geriatras se entendía en ese contexto de disgusto. Hicieron tres solicitudes. La primera fue: “Desvincular de la Geriatría de Enlace la necesidad de aprobación por el geriatra para el traslado de las residencias al Hospital de Agudos, ya que no tiene sentido en los términos que se plantea en estos momentos. Esta actividad carece del apoyo de las consejerías correspondientes, está siendo interpretado de una manera equívoca y en el momento actual no es ya más que una traba burocrática más que enlentece los traslados”.

Además, proponían mantener en horario continuado hasta las 22h el apoyo a las residencias mientras durara la guardia por la pandemia de Covid-19, “que esperamos que dure ya poco”, pero posteriormente reservarla al horario de mañana.

Finalmente, el texto advertía del drama que se estaba produciendo en los centros donde vivían los mayores. “Existe un elevado porcentaje de residencias (alrededor del 50%) en las cuales las medidas de aislamiento propuestas o no se han realizado correctamente o no han resultado eficaces. La probabilidad actual de un aumento del número de contagios en ellas, con la mortalidad asociada que estamos viendo que conlleva, es enorme”. Y por ese motivo, reiteran un pedido que habían hecho anteriormente para evacuar a los mayores sanos. “Por dicha razón, como ha sido ya sugerido con anterioridad, debería identificarse de forma urgente a los residentes no infectados y separarlos en centros sin Covid19, pues de lo contrario parece que no va a ser posible detener la progresión de los brotes que están ocurriendo”.

La Comunidad nunca ha informado de cuándo dejó de aplicar los protocolos de triaje, pero precisamente en torno al 11 de abril se levantaron las restricciones a las hospitalizaciones procedentes de las residencias, según se observa en los datos oficiales, que muestran un repunte de los traslados, y según la información que han proporcionado algunas residencias.

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Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).
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