El soterramiento de la A-5 comenzará antes del 15 de octubre pero el tráfico no se verá afectado hasta diciembre

El delegado del Área de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad de Madrid, Borja Carabante, anunció este lunes que las obras para el soterramiento de la A-5 a su paso por el paseo de Extremadura comenzarán “antes del 15 de octubre”, aunque recordó que las afecciones significativas al tráfico no se producirán hasta diciembre. En todo caso, la obra, que concluirá antes de que acabe 2026, se llevará a cabo reduciendo de tres dos los carriles por sentido y sin cortar totalmente la autovía en ningún momento. Carabante lo hizo desde una carpa desplegada por el grupo municipal del PP en el distrito de Latina, a donde acudió a informar sobre el proyecto del Paseo Verde del Suroeste, que el Ayuntamiento llama de forma grandilocuente “la ciudad del futuro” y cuya cara más visible son, precisamente, estas obras. Las asociaciones de Campamento y Aluche se han alzado contra este plan de soterramiento porque aseguran que excluye a 12.000 habitantes de la zona.

El problema se remonta a 1968, año desde el que tres barrios de Latina, Lucero, Aluche y Las Águilas, están separados de los de Campamento y Casa de Campo por la A-5, vía que atraviesan en tropel diariamente una media de 80.000 vehículos. Este tráfico afecta a más de 50.000 vecinos de Lucero, Batán, Campamento, Aluche, Cuatro Vientos… que llevan años respirando malos humos y soportando ruido.

“La creación del Paseo Verde del Suroeste, uno de los grandes proyectos de transformación y regeneración urbana de Madrid, permitirá recuperar para la ciudad más de tres kilómetros sin brechas entre barrios y con un paseo naturalizado que conectará la Casa de Campo con el entorno de Puerta del Ángel y con Madrid Río”, explica el Ayuntamiento, que hace cinco largos años prometió que iba a cubrir la A-5.

Sobre el papel, pinta bien: “La cubrición de la A-5 y de sus conexiones con la M-30 se desarrollará a lo largo de 3,2 kilómetros, desde el túnel de la avenida de Portugal hasta el entorno de la avenida del Padre Piquer. La construcción del nuevo túnel subterráneo se traducirá, en la superficie, en un paisaje urbano verde de 80.000 metros cuadrados, una reducción del 90% de tráfico y emisiones contaminantes y en una mayor seguridad peatonal”. Sin embargo, los vecinos se quejan de que su redacción final deja fuera a una parte considerable de ellos. El túnel en sí tendrá finalmente 2,7 kilómetros de largo y comenzará en mitad del barrio de Campamento. En 2022, cuando el propio delegado de Movilidad prometió a los vecinos que sería en la avenida de los Poblados.

“Nos sentimos engañados”, contó a este diario Andrés Piñero, el portavoz de las protestas contra este soterramiento menor. “Nos habían dicho que esto era una mejora integral. Tenemos tres vías con mucho tráfico. Este proyecto nos deja aún más aislados porque nos habían prometido un soterramiento de más de un kilómetro y ahora se queda al comienzo. Solo afecta a unos 200 metros”, resumía Piñero.

Ahora, Carabante explicó a esos mismos vecinos que se les han remitido “17.000 cartas” sobre las obras, con un código QR que remitirá a información actualizada por los cortes de tráfico y que los primeros trabajos consistirán en “la señalización y la instalación de maquinaria” por lo que “los dos o tres primeros meses las afecciones no serán tan importantes”. También avanzó que, a lo largo de esta misma semana, el Ayuntamiento presentará junto con el Consorcio Regional de Transporte un “plan de movilidad alternativo” de refuerzo del transporte público y subrayó el “esfuerzo” para explicar e informar a los habitantes de la zona sobre todo lo que suceda.

En esa línea, indicó que “habrá casetas de información para los vecinos, para que vayan conociendo la evolución de las obras y cómo les afecta, de tal manera que puedan organizar su día a día, sobre todo su movilidad, de la mejor manera posible”. Asimismo, el delegado dijo que la empresa de Asistencia Técnica está haciendo ya estudios del estado de las fachadas y de los edificios para garantizar que las obras se ejecuten con seguridad.

Sobre los plazos, Carabante detalló que se espera empezar en los próximos 15 días y “finalizar antes de que acabe el año 2026″, con un coste se calcula en 408 millones de euros. La razón de que vaya a durar casi dos años es porque es una obra “complicada, compleja desde el punto de vista técnico”: no habrá tuneladoras y se hará sin cortar totalmente la A-5 en ningún momento. En un inicio, habrá dos carriles por sentido, que se situarán a un lado de la carretera mientras los operarios trabajan en el otro. Una vez terminado, se hará lo mismo en el lado opuesto. Los dos carriles por sentido sustituirán a los tres más uno que hay actualmente por sentido, teniendo en cuenta el carril para bus y taxi.

En una segunda fase, las obras irán de la mano de la operación Campamento, que permitirá la construcción de 10.700 viviendas. “A finales del año que viene la idea es que puedan comenzar las tareas de urbanización y, una vez que se comience a construir las primeras viviendas, podamos acompasar esa ejecución del Paseo Verde del Suroeste hasta la finalización de la operación Campamento”, describió. Las obras en superficie del Paseo Verde podrán empezar “a principios de 2026″ con la idea de conciliar con los trabajos de soterramiento para que “cuando acabe el mandato podamos tener toda la infraestructura ejecutada también en la superficie”.

El propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se ha implicado en la explicación del proyecto y se va a reunir esta semana con el regidor de Móstoles, Manuel Bautista, también del PP para exponerle los pormenores. “Empezamos por Móstoles, tenemos la reunión, y, desde luego, nosotros estamos dispuestos a mantener reuniones con cualquier alcalde y cualquier ayuntamiento de toda la corona metropolitana para dar todas las aclaraciones en relación con este proyecto, y para coordinarnos en todas las actuaciones de movilidad”, indicó Almeida tras un acto. La alcaldesa de Alcorcón, Candelaria Testa (PSOE), ha pedido ya una reunión.

Según detalló el alcalde, el Ayuntamiento busca “trasladar” a los municipios afectados por el soterramiento “cómo se van a ejecutar” las obras, y “brindar” su “colaboración y cooperación” para que “todos los vecinos de esos municipios puedan seguir viniendo a la ciudad de Madrid con las menores molestias posibles”. Asimismo, también se quiere trasladar a los vecinos de los municipios limítrofes que va a suponer una “mejora muy sustancial” en cuanto al acceso a la capital.