Madrid en su primera ola de calor: no hay mejor refugio que el centro comercial de confianza
Maratonianos que adelantan la carrera a las 6 de la mañana, trabajadores para los que nada cambia a 40 grados, refugios climáticos del ayuntamiento que son de pago y buen comportamiento general del transporte público
Segundo día, y el peor según dicen los expertos, de la primera ola de calor en lo que va de verano. Madrid lo soportó sin mucho ruido, año tras año los ciudadanos se van acostumbrando a los anuncios de alertas amarillas, naranjas o rojas y suelen tomar precauciones. Incluso los colectivos que no tienen más remedio que trabajar en la calle, toman alguna medida, se protegen o se autoabastecen de agua; no les queda otro remedio. Así sucedía en la plaza de Juan Pujol, en Malasaña, el punto más caliente de Madrid según la empresa Urban Heat Snapshot, que ha medido la temperatura de seis capitales europeas a partir de datos satelitales; allí, a las 16.00 horas se sobrepasaban los 42 grados. El calor, como todo, va por barrios y por ocupaciones, ya que los trabajadores de Malasaña sí que han vivido su jornada laboral como si estuvieran en el mismo infierno.
El Ayuntamiento había diseñado una red de refugios climáticos, entre la que destacaban algunos museos, en cuyo interior, y a una temperatura agradable, se ofrecía alguna actividad... previo pago. Los visitantes lo descubrían por casualidad porque no estaban señalizados; el evento más destacado y mejor refrigerado en el centro de Madrid terminó siendo el del Círculo de Bellas Artes, un evento privado y... gratuito. En cuanto al uso de los cines, con descuento, como refugio, según anunció en su día el Consistorio, no había manera de comprar entrada con precio reducido.
Un recorrido por la ciudad en las horas calientes permitió observar también el buen comportamiento, en líneas generales, del transporte público, con temperaturas agradables en las líneas de la EMT y en general las del Metro.
Finalmente, muchos ciudadanos hicieron uso del refugio más útil de los últimos tiempos, el centro comercial. Sea la cafetería abarrotada y con colas de El Corte Inglés, sean las tiendas franquicia de las marcas de moda, o sea en el Mercadona más cercano, donde la temperatura puede llegar a los 23,2 grados en algunas zonas, esa sigue siendo una apuesta segura.
Este es el recorrido de Ana Puentes, Juan José Martínez, Juan José Mateo y Patricia Ortega por diferentes puntos de Madrid:
Afluencia en los refugios climáticos pese a que no todos son gratis ni están señalizados
Ganarse el pan a 40 grados: “Esto es ilegal, pero a las empresas se la suda, literalmente”
Correr más rápido que el sol
Del efecto “nevera” y el efecto “horno” en el transporte público
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