El profesor investigado por grabar alumnas desnudas en Madrid evita hablar ante la jueza
La nueva víctima, una joven de 23 años que se ha enterado de los hechos una década después, se ha ausentado para no cruzarse con su antiguo docente
Antonio Maestu, el profesor investigado por grabar a alumnas desnudas en un colegio de Boadilla del Monte (Madrid), hizo todo lo posible para pasar desapercibido este martes en los juzgados de Móstoles. Se tapó la boca con una mascarilla y salió por una puerta trasera de los juzgados de Móstoles para burlar a los periodistas. Era la primera vez que se enfrentaba al paseíllo delante de las cámaras desde que se conoció el caso el año pasado. Este martes fue citado por una novedad que ha dado vuelo a la investigación porque la Guardia Civil ha identificado a una nueva víctima en el material audiovisual que encontró en su vivienda. Pero ante la jueza el investigado se acogió a su derecho a no declarar.
Dentro del juzgado, Maestu se despojó de la mascarilla. Tenía los ojos hundidos y paseaba incómodo de un lado al otro mientras esperaba su turno, que no llegó hasta pasada más de una hora. Vestía ropa discreta: un chaleco negro de cremallera por encima de un polo verde y unos pantalones oscuros. Contrastaba con la elegancia de su abogada, ataviada con falda ejecutiva y tacón de aguja, que conversaba con el abogado del colegio, de traje azul oscuro, al margen de su representado. Maestu no abrió la boca al ser consultado por este periódico. Torció el gesto y alzó una mano para pedir que lo dejaran a solas.
La vista, cerrada a la prensa, ha durado escasos cinco minutos. También había sido citada la joven que aparece desnuda en las imágenes revisadas por los agentes, pero la jueza ha informado a las partes de que ha justificado debidamente su ausencia. La chica, que tiene hoy 23 años, quiso evitar a toda costa cruzarse con Maestu y va a comparecer otro día, según fuentes judiciales. Hace unos días, años después de graduarse, los agentes le dieron la noticia de que habían encontrado imágenes suyas sin ropa de hace aproximadamente una década en la casa de su antiguo profesor.
La aparición de una nueva afectada ha cambiado la perspectiva de los hechos que se conocían hasta ahora. En junio del año pasado, Maestu escondió una cámara en una sala del colegio Virgen de Europa donde se cambiaban de ropa las alumnas de su clase de artes. Perdió la cámara que llegó a manos de la Guardia Civil, que en su domicilio se incautó de dispositivos audiovisuales grabados por el profesor a lo largo de tres décadas. De repente han cobrado fuerza las sospechas de que el incidente del pasado verano no fue un caso aislado. Esta suposición también se apoyaba en que los agentes encontraron en el domicilio del investigado dispositivos que habían sido perforados y cuyo contenido no ha podido ser recuperado, según fuentes judiciales.
El caso tiene un componente que lo diferencia de otros supuestos de profesores acusados de abusos a menores: el profesor pertenece a la familia propietaria del colegio. Sus hermanos pasaron por el juzgado y negaron conocer las actividades del investigado.
Es frecuente que los investigados elijan no hacer declaraciones mientras dura la fase de instrucción. Maestu tiene derecho a prestar declaración siempre que lo elija y también podrá manifestarse si la jueza lo lleva a juicio. Fuentes judiciales indican que la Guardia Civil está cerca de concluir el examen de los DVDs y discos duros. Indican que el informe definitivo podría ser conocido en cuestión de semanas.
¿Tienes más información? Contacta al autor en fpeinado@elpais.es o fernandopeinado@protonmail.com
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