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España no ha decidido todavía si eliminará las jaulas en las que viven el 73% de las gallinas ponedoras

La asociación Equalia intenta presionar al Gobierno para que se posicione en Europa en contra del sistema de crianza con barrotes y muestra vídeos de criaderos con ejemplares sin plumas o medio muertos

Gallinas enjauladas en una granja. VÍDEO: EQUALIAFoto: EQUALIA
Berta Ferrero

Las imágenes que saca este jueves a la luz la asociación animalista Equalia pueden herir sensibilidades. Son de gallinas ponedoras de huevos de seis granjas de la Comunidad de Madrid y una de Castilla la Mancha grabadas de forma infiltrada durante 2021 y 2022. Y en ellas se ve a los animales enjaulados, muchos desplumados, alguno moribundo, o directamente muerto, sin pisar el suelo y sin disfrutar de la luz solar. Aunque nada de eso, en principio, contraviene la normativa estatal de bienestar animal. O más bien el sistema de granjas con gallinas en jaula, que es lo que denuncia Equalia en su conjunto. Al menos por ahora. La Comisión Europea anunció el año pasado que va a presentar una propuesta legislativa a finales de 2023 para prohibir el uso de jaulas en las principales especies de animales destinados a consumo, entre ellas las gallinas. Y países como Alemania, Suiza, la República Checa o Austria se han mostrado abiertamente a favor del cambio. España, con un 73% de sus gallinas ponedoras alojadas en jaulas, se resiste a posicionarse a favor o en contra. “Ahora mismo se está en proceso de revisión normativa de las explotaciones ganaderas”, explica un portavoz del Ministerio de Agricultura y Pesca. “Hace un año se aprobó por real decreto una nueva ordenación del sector avícola, a partir de la cual se irán articulando nuevas normas sobre cuestiones más específicas. No recoge el tema de las jaulas, que será objeto de regulación posterior”. Todo lo demás, en el aire.

El director de Equalia, Guillermo Moreno, lo tiene claro: “Queremos un Gobierno que apueste por el fin de las jaulas, y que apoye económicamente a los productores en la reconversión progresiva hacia una producción alternativa. A través de estas imágenes, pedimos al Gobierno español un posicionamiento público”.

El sector, presionado para hacer un cambio por asociaciones animalistas, está dispuesto a hacerlo, pero cifra esa reconversión en 1.000 millones de euros: “Se necesitan ayudas”, dicen. La directora la Asociación Española de Productores de Huevos (ASEPRHU), Mar Fernández, pone su condición: “Nosotros estamos dispuestos a cumplir cualquier normativa y si se decide que se acaba con las jaulas, lo haremos. Ahora bien, la Comisión prometió que habría ayudas para la reconversión. Estamos viendo en qué se traduce eso. Y también tendríamos que ver qué quiere el consumidor, si está dispuesto a pagar por un producto más caro, porque esto está pasando por la presión de asociaciones animalistas que luego no son consumidoras de productos de origen animal. Tendríamos que ver qué piensan los consumidores: ¿están dispuestos a pagar un 30%?”.

Más huevos en la mesa

El huevo es un alimento importante en las mesas españolas. En 2020, cada persona consumió una media de 151 huevos, en claro ascenso frente a los 130 en 2019, lo que supone un incremento del 16,7%, según datos aportados por ASEPRHU, que agrupa y representa a avicultores y empresas de toda España dedicados a la producción de huevos. En total, en los hogares españoles se consumieron más de 6.130 millones de huevos, 17 millones al día repartidos en todos los hogares.

No es un dato desdeñable. La compra de huevos representa el 1,33% del gasto total en alimentación y bebidas para el hogar, según recoge el panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación correspondiente a 2020. Y la transparencia del sector deja al albur del consumidor qué tipo quiere consumir, teniendo en cuenta el código numérico que aparece en la cáscara: el 0 indica producción ecológica [lo que significa que las gallinas tienen acceso al exterior y están alimentadas con piensos específicos]; el 1 hace referencia a la campera [tienen acceso al aire libre durante el día]; el 2, en suelo [las aves pueden moverse dentro del gallinero]; y el 3, en jaula.

Y en esa diferenciación se encuentra el quid de las imágenes que se han publicado este jueves, pues España es el país con más animales enjaulados de la UE, con 87 millones, teniendo en cuenta gallinas, codornices, conejos y cerdos. Además, es el segundo con mayor producción de gallinas en jaulas, con 35 millones, solo superado por Polonia, con 40,5 millones.

¿La sociedad demanda un cambio en la legislación? Una iniciativa ciudadana europea tomó la delantera a esta cuestión cuando presentó a la Comisión el 2 de octubre de 2020 un total de 1.397.113 firmas con el objetivo conocido por End the Cage Age (el fin de las jaulas). Los organizadores de la Iniciativa se reunieron el 30 de octubre de 2020 con Věra Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de Valores y Transparencia, y Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria. El 15 de abril de 2021 se celebró en el Parlamento Europeo una audiencia pública. La iniciativa se debatió en sesión plenaria de esta Cámara el 10 de junio de 2021 y en la resolución adoptada ese mismo día, expresó su apoyo mayoritario a la iniciativa.

El 30 de junio de 2021, la Comisión adoptó una comunicación con las medidas que prevé adoptar en respuesta a la iniciativa End the Cage Age, que consisten en una futura directiva que estará lista a finales de 2023 para eliminar de forma gradual, y finalmente prohibir, el uso de jaulas para gallinas, cerdas lactantes, terneros, conejos, patos, gansos y otros animales, que empezará a ser implementada en 2027 para las gallinas ponedoras.

Los huevos de tipo 3, si bien se alejan de los estándares óptimos para las aves, pues los animales no pisan el suelo ni tienen contacto con el exterior, también cumplen la directiva europea actualizada hace 10 años. A partir de 2012, los productores se vieron obligados a ampliar el espacio de las jaulas a 750 centímetros cuadrados (equivalente a un folio) por gallina, a añadir nidos y perchas para que las aves pudieran subir.

La directora de ASEPRHU, Mar Fernández, en una imagen cedida por la asociación.
La directora de ASEPRHU, Mar Fernández, en una imagen cedida por la asociación.

“Eso ya nos supuso una inversión de 600 millones de euros”, explica Fernández. “Por tanto, ahora necesitaremos unas nuevas ayudas porque nosotros nos adaptamos a lo que el consumidor nos pida. Y más ahora con todos los gastos que hay, con la inflación, la luz, el precio de los piensos... No se puede hacer esto a costa de los trabajadores del sector, y luego también es importante que el mercado de la UE esté protegido, es decir, que no entren productos de terceros países más baratos que venden huevos de gallinas en jaula”, defiende la directora de ASEPRHU que insiste en la profesionalidad del sector y en que las imágenes publicadas “no representan una mayoría”. “Si una asociación tiene pruebas de que una granja está haciendo las cosas mal, porque dentro de todos los sectores siempre hay quien hace cosas mal, que lo denuncie y no vaya a la televisión. Pero que no digan que esa es la realidad de un sector porque no lo es. Los productores son los primeros interesados en tener a sus gallinas en buenas condiciones”.

El estrés del animal

Ana María Fidalgo de las Heras, profesora de psicología biológica y de la salud en la Universidad Autónoma de Madrid y codirectora del máster Etología aplicada e intervención asistida con animales explica, sin embargo, que “todo lo que sea limitar el espacio a las aves va a producir estrés al animal”. “Eso no implica”, continúa, “que no haya que mantener recintos, pero siempre que no se coarten las conductas naturales del animal, porque si no, empiezan a tener problemas conductuales, psicológicos y fisiológicos”. Para evitar eso, añade la profesora de la Autónoma, las aves deben “tener espacio para escarbar, darse baños de arena y de sol, explorar, picotear, decidir qué relaciones sociales con otros individuos tener y cuáles no, y tener un lugar en el que refugiarse”. “Lo contrario afecta a la productividad y a la calidad, porque el estrés añadido afecta al sistema nervioso, reproductivo y fisiológico. Lo ideal sería llegar a un equilibrio para que las necesidades de los animales se vean cubiertas y que sea económicamente viable para las empresas”, admite la científica.

En España, sin embargo, solo el 26,75% de las gallinas ponedoras no están alojadas permanentemente en jaulas: el 16,07% tienen acceso a la tierra, el 9,10% son las denominadas camperas y el 1,58% son las ecológicas, es decir, que también tienen acceso al aire libre y se alimentan con piensos específicos.

Equalia, que luchó con éxito por incluir en la normativa la obligatoriedad de instalar cámaras en los mataderos, defiende que con la publicación de las nuevas imágenes de varias explotaciones de gallinas se demuestra que el sistema de jaulas impide la expresión de comportamientos naturales propios de la especie como el aleteo, los baños de arena o el libre movimiento de los animales. Y trata de meter presión al Gobierno de Pedro Sánchez para que se posicione a favor o en contra de la reconversión. Castilla la Mancha, por lo pronto, ha anunciado una ayuda de 16 millones de euros dentro del Programa de Desarrollo Rural (PRD) que servirá para incentivar la sustitución de las gallinas en jaula por gallinas en suelo o camperas.

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Sobre la firma

Berta Ferrero
Especializada en temas sociales en la sección de Madrid, hace especial hincapié en Educación o Medio Ambiente. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU (Valencia) y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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