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Karaoke ‘anime’: cantar tres minutos ante un público de disfraz multicolor con pelucas, martillos, espadas y escudos

Un concurso durante la feria Japan Weekend celebrada este fin de semana en Madrid lleva a los amantes de la cultura japonesa a interpretar los clásicos del manga en la lengua nipona

Japan Weekend Madrid
Una de las actuaciones del concurso de karaoke de este domingo, por Lucía y Aroa.DAVID EXPÓSITO

Iker Goirizelaia habla en castellano, pero debajo de la ducha canta en japonés. Natural de Bilbao, el joven de 29 años encoge los dedos de los pies al tiempo que abre y cierra los ojos como signo de concentración, minutos antes de que comience el concurso de karaoke que organiza Japan Weekend, la mayor feria de manga, anime y cultura japonesa de España, que este fin de semana se ha celebrado en Madrid. Goirizelaia viste sencillo, nada de disfraces coloridos pensados hasta el último detalle. Zapatillas deportivas, un vaquero claro, camisa blanca y una corbata negra donde luce el bordado de una media luna naranja que le sirve para identificarse como Koro Sensei, el personaje que interpretará encima del escenario con una canción de no más de dos minutos, cuyo tono terminó de apuntalar la noche de ayer en el hotel donde se hospeda junto a sus padres. “Hoy no he ensayado nada, repasar el día del examen da mala suerte”, explica.

Entre bastidores, los nervios se acrecientan. Un centenar de adolescentes y jóvenes entre 15 y 25 años disfrazados con pelucas, trajes multicolor y todo tipo de armas de superhéroe como martillos, espadas o escudos, esperan ansiosos a los 20 concursantes. La única condición para todos ellos es que no podrán excederse más allá de los tres minutos y deberán cantar algo relacionado con el manga o la música asiática oriental, según recogen las bases del concurso. El ganador recibirá un cheque de 100 euros, mientras que el correspondiente al segundo puesto será de 50.

Arquel Adonis Rodríguez, de 32 años, es el organizador del evento y a él se dirigen todas las miradas. Un compañero de la organización se abre paso como puede entre el público hasta llegar a Adonis para anunciarle “un problemita”. “El presentador se ha marchado, le ha surgido otro show en la otra punta del pabellón”, anuncia. Adonis pide calma. “¿Jesús?”, pregunta a un adolescente que se encarga de repartir palmeritas y magdalenas a los artistas cuando finalizan su actuación. “Si nadie se atreve, yo lo hago”, responde.

Alejandra Lijó (con el pelo rojizo) y Andrea Soria (con gafas), en el centro, junto con otras dos participantes del concurso.
Alejandra Lijó (con el pelo rojizo) y Andrea Soria (con gafas), en el centro, junto con otras dos participantes del concurso. DAVID EXPÓSITO

Todo el mundo toma posiciones. “Vengo desde el otro lado del multiverso para juzgaros”, anuncia el ganador de la última edición del concurso, hoy sentado en la mesa del jurado. Arquel, que encabeza el tribunal que elegirá los premiados de este domingo, intenta comunicarse con los técnicos de sonido y levanta como si fuera el César en el Coliseo un folio donde se puede leer: más volumen. Estos asienten con obediencia y suben varios decibelios el sonido de los micrófonos.

Alejandra Lijó, de 21 años, y Andrea Soria, de 20, se abrazan antes de realizar la primera actuación. Es tan muy nerviosas, es su debut artístico como dueto. Ayer ensayaron durante toda la tarde con un altavoz portátil en el parque Juan Carlos I. El espectáculo empieza con imprecisiones, la música entra tarde y los micros no suenan. Salvan como pueden la actuación y bajan del escenario con una mezcla de alivio y desconcierto.

Ainoa Sánchez, de 32 años, acaba de ser despedida de su trabajo. Sin embargo, está a punto de vivir “uno de los momentos más felices” de su vida. Ha conducido desde Azuqueca de Henares (Guadalajara) hasta el pabellón 6 de Ifema para quitarse el lastre de cantar recluida en su habitación. Su personaje, Nami, viene del futuro, concretamente de la película One Piece Film: Red , aún sin estrenar en los cines de España. Con un gorro pirata y una falda negra, Ainoa sube al escenario para cantar en un perfecto japonés la canción Lilium, de la serie manga Elfen Lied, y lograr lo que ninguno de sus predecesores ha conseguido: silenciar el pabellón.

A la izquierda, Ainoa Sánchez, ganadora del concurso de karaoke, después de su actuación.
A la izquierda, Ainoa Sánchez, ganadora del concurso de karaoke, después de su actuación.DAVID EXPÓSITO

El público, impresionado, no puede creer la dulzura de su voz y muchos curiosos se acercan intentando averiguar de dónde procede tanta belleza. Al bajar, apenas puede hablar y una decena de personas hace cola para darle un abrazo mientras a ella se le escapan las lágrimas. “Es mi primera vez, no sé ni cómo lo he hecho. Antes practicaba más, pero ahora solo me ha tiempo a hacerlo en el coche y por la noche en casa”, confiesa ella, antes de ser elegida por unanimidad como ganadora del concurso.

A unos metros, Paola Cerezo y Samuel Cuevas, de 23 y 24 años respectivamente, aplauden el espectáculo que acaban de ver. Ellos, que actúan por separado a pesar de ser pareja sentimental, comentan lo vital que resulta la presencia del público para desarrollarse como artistas. “Yo he llegado a llorar encima del escenario. Por eso como público hay que animar para que los que se atreven a salir no abandonen. Aquí nadie te va a juzgar por el idioma o la música que cantes. Jamás hay que derrumbarse”, afirma ella, que mañana tratará de transmitir su experiencia como cantante anime a sus alumnos de primero de primaria en un colegio de Madrid.

A la izquierda, Paola Cerezo, y a la derecha, Samuel Cuevas, animan a los concursantes que actúan durante el karaoke.
A la izquierda, Paola Cerezo, y a la derecha, Samuel Cuevas, animan a los concursantes que actúan durante el karaoke. DAVID EXPÓSITO

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