PSOE y Vox explotan las diferencias internas del PP sobre el aborto destapadas por Ayuso
Los socialistas reclaman a los populares que retiren del Constitucional el recurso contra la ley, y la extrema derecha compara a la presidenta de Madrid con la ministra Irene Montero para presentarse a los electores como el partido de la vida
El jueves, cuando Isabel Díaz Ayuso defiende que está a favor de que las embarazadas de 16 y 17 años decidan autónomamente si abortan, tengan o no el consentimiento de sus padres, hay políticos del PSOE y de Vox que toman nota frenéticamente. A ninguno le pasa desapercibido que esa opinión contradice la del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que afirma que la aprobación de los progenitores debe ser indispensable para proceder a la intervención. Ahí hay una oportunidad política, concluyen los rivales de la formación conservadora. “Un roto hecho [al PP] por Ayuso yendo por libre”, en descripción literal de uno de esos observadores. Y políticos de los dos partidos, sufridores en Madrid del efecto Ayuso, se lanzan a explotarlo con la esperanza de que a la larga contribuya a mejorar sus expectativas electorales para los comicios municipales y autonómicos de 2023.
Así, el PSOE reclama al PP que retire el recurso que planteó en 2010 contra la ley del aborto en el Tribunal Constitucional. Y diputados nacionales y autonómicos de Vox se prodigan en las redes sociales para comparar a Díaz Ayuso con la ministra de Igualdad, Irene Montero; escribir que la presidenta de Madrid “apuesta por la muerte”; e intentar reactivar su proyecto madrileño, aletargado ante la pujanza de la líder conservadora, que sueña con lograr la mayoría absoluta en las próximas elecciones. En la travesía por el desierto electoral que se vislumbra para el partido en Madrid, pues se arriesga a repetir su posición de apoyo de Ayuso, o la intrascendencia en la que está sumido en Andalucía, el tema del aborto es terreno fértil para la extrema derecha. Un oasis inesperado cuando más apretaba la sed.
“Fuera caretas”, escribe Carla Toscano, diputada de Vox en el Congreso y portavoz en la Comisión de Violencia de Género. “No es Irene Montero; es Isabel Díaz Ayuso”, ironiza. “Ayuso se nos ha revelado abortista confesa”, critica Francisco José Contreras, diputado en la Cámara Baja por Sevilla. “¿Y esta no era la Thatcher española, la gran esperanza de la derecha?”, se pregunta. “Solo queda Vox”.
Más contundente incluso es Gador Joya, una diputada de Vox en la Asamblea de Madrid que también es médico, y que acudía a las puertas de las clínicas de interrupción del embarazo para ofrecerle a las embarazadas hacerse una ecografía en una furgoneta para escuchar el latido del corazón de los embriones. “Si Isabel Díaz Ayuso no cree que haya alternativas al aborto en las menores no promoverá medidas para prevenirlo”, escribe. “Nosotros sí, y de hecho ya las hemos propuesto. Está claro que solo queda Vox”, añade, para asegurar luego que la presidenta autonómica “apuesta por la muerte”.
El PP detecta inmediatamente que conviene terminar la polémica cuanto antes. De intentar disipar cualquier duda sobre lo que piensa Díaz Ayuso del aborto (“defiendo un aborto legal, seguro, pero poco frecuente”, suele decir) se encarga su equipo más inmediato: “Nadie ha hecho tanto por las mujeres embarazadas solas, en defensa de la vida y la familia”, aseguran. Y de afrontar la polémica que genera la discrepancia de fondo entre la presidenta de Madrid y el presidente del PP se ocupa el mismo Núñez Feijóo.
Primero, sin darle más importancia, el líder nacional reconoce el mismo jueves las “distintas posiciones” que hay internamente en el PP sobre el aborto, situación que intenta normalizar: “Estamos de acuerdo en que una menor no puede abortar sin conocimiento de los padres, y seguro que hay muchos compañeros del partido que dicen, oiga, y no solamente con el conocimiento, sino con el consentimiento de los padres”.
Y luego, el viernes, visto que probablemente hace falta ser más contundente para disipar la polémica, Feijóo hace un llamamiento a la unidad del partido apelando a un enemigo externo: “Me hace cierta gracia que cuando el Partido Popular va bien, alguien se invente discrepancias y disputas”, dice.
Pero que el aborto abra un frente informativo beneficioso para Vox no es lo único que incomoda al PP. La opinión de Díaz Ayuso no solo obliga a posicionarse al resto de altos cargos populares, como le ocurre este viernes a Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente de Andalucía (los padres deben conocer la situación para “arropar” a sus hijas, dice). También desdibuja la estrategia de Núñez Feijóo (criticar a Pedro Sánchez y evitar posicionar ideológicamente al PP), ofreciéndole una oportunidad para el contraataque a los representantes del PSOE con más peso en el Gobierno de España.
Así, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, reclama el viernes al presidente del PP que retire “de manera inmediata” el recurso al Constitucional que su formación interpuso en 2010 contra la ley del aborto, aún pendiente de resolución. “El señor Feijóo se está instalando en la parte más conservadora de un partido conservador”, dice comparando implícitamente la posición del político gallego con la de Díaz Ayuso, que no valora, añade, para no entrar en las “discrepancias internas” del PP.
Pero en seguida lanza un dardo: el ministro ironiza que ya se sabe “cómo terminan a veces” las diferencias en este partido. Una alusión al enfrentamiento entre Pablo Casado y Díaz Ayuso que terminó con la salida del ya expresidente del PP.
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