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Conocer a un hijo antes de nacer: así han conquistado Madrid las ecografías en 5D

Este tipo de examen, que no ofrece datos médicos, tiene un componente más emocional porque se detiene a observar con mejor calidad y tiempo el rostro y los gestos del bebé

Cayetana Pingarrón se realiza una ecografía en 5D mientras su marido Mario Coloma y varios asistentes observan la proyección de la imagen en la pantalla del centro BabyCine.
Cayetana Pingarrón se realiza una ecografía en 5D mientras su marido Mario Coloma y varios asistentes observan la proyección de la imagen en la pantalla del centro BabyCine.DAVID EXPÓSITO
Clara Angela Brascia

―Es igualita a su papá.

Cayetana mira emocionada a Mía, su primera hija, mover los brazos alrededor de la cara. Se acaba de despertar, estimulada por el ejercicio de su mamá con una pelota de pilates. Mario, el papá, la mira moverse en el líquido amniótico desde una butaca de terciopelo rojo en un cine extremadamente peculiar. Faltan poco menos de 10 semanas para el nacimiento de Mía, pero sus padres ya pueden ver cómo bosteza, sonríe e incluso abre los ojos. Conocer los rasgos del propio hijo antes de nacer no solamente es posible, sino que se ha vuelto más popular en Madrid gracias a la tecnología de ecografía en 5D.

A diferencia de la ginecológica o diagnóstica, una ecografía 5D no ofrece datos médicos sobre el bebé, como su estado de salud o su tamaño. Sin embargo, tiene un componente más emocional porque se detiene a observar con mejor calidad y tiempo el rostro y los gestos del bebé. De hecho, 8 de cada 10 futuras madres deciden hacer al menos una ecografía de este tipo en algún momento del embarazo, según datos de Ecox, una franquicia que cuenta con ocho centros en Madrid (y más de 50 en toda España). No son los únicos en la ciudad: en los últimos cinco años la oferta se ha multiplicado, aunque sufrió un parón después del confinamiento, cuando muchos sitios cerraron por la imposibilidad de trabajar con las restricciones sanitarias.

Mónica Molero (37 años) decidió abrir el centro Bombo, en el barrio de Prosperidad, tras haberse quedado con ganas de más durante su primer embarazo. “La ecografía diagnóstica no suele durar más de diez minutos, un tiempo suficiente para asegurarse de que el niño esté bien, pero no va más allá. Una 5D permite ponerle cara e involucrar a toda la familia desde los primeros meses de la gestación”, explica.

La posibilidad de crear el primer vínculo familiar es el mayor atractivo de las ecografías que se conocen como “emocionales” o “sensoriales”. Con sesiones que duran entre los 20 y los 30 minutos, la familia entera puede observar en una pantalla de alta definición cómo se mueve en el vientre materno el futuro hijo, nieto o sobrino. En función de la semana de gestación, la foto que da la ecografía es más o menos fiel a la cara que tendrá el niño al nacer. “A partir de la trigésima, es prácticamente igual. Los padres comparan la cara de sus pequeños con la última ecografía y la semejanza es clarísima”, precisa Molero.

Maria Ángeles Sela posa junto a varios de los peluches con latidos de bebés guardados, en la clícnica ECOX,
Maria Ángeles Sela posa junto a varios de los peluches con latidos de bebés guardados, en la clícnica ECOX, DAVID EXPÓSITO

“¡Casi como tenerlo entre tus brazos!”. “¿Por qué esperar para conocer a tu hijo?”. “Nunca olvidaré la primera vez que te vimos”. Con estas máximas publicitarias, los centros consiguen vender a los futuros padres una experiencia que puede costar desde 30 hasta 90 euros, según el tipo de ecografía y el paquete promocional que se elija.

La primera ecografía se puede hacer a partir de la octava semana para escuchar el latido del embrión. La sesión más popular es, sin embargo, la del descubrimiento del sexo, que se puede reservar a partir de la semana 14. Tras una atenta observación de la zona genital en alta definición, el “técnico de ecografía emocional” —un título que proporcionan mayoritariamente las mismas franquicias que realizan las ecografías después de realizar un curso de un mes— da a conocer el sexo del bebé a través de globos de confetis rosas y azules, o con un imprevisto cambio de color en la iluminación.

Dalia Fernández (23 años) acude con la familia al completo a la sesión de descubrimiento del sexo. Es la primera vez que ve a su bebé en 5D y lo celebra como si fuera una fiesta, rodeada de los abuelos, tíos y primos, que graban la escena mientras apuestan y expresan sus preferencia sobre el sexo. “Mira al hermanito… ¿O la hermanita?”, interpela la abuela a la hija mayor de Dalia. “Es hermanita, no hay duda”, aclara el doctor, entre la felicidad de algunos y la desilusión de otros.

Además de garantizar fotos y vídeos de la sesión, cada centro intenta seducir a los clientes con souvenirs con los que recordar el momento del embarazo. Desde lámparas quitamiedos que llevan esculpida la carita del bebé, hasta ositos de peluche con un dispositivo que reproduce su latido. “Los bebés se sienten tranquilos en el vientre materno. Volver a escuchar los sonidos que percibían antes de nacer tiene un efecto calmante”, asegura María Ángeles Selas, de Ecografías 5D-Madrid Retiro, uno de los centros que proporciona este servicio.

Leticia Rivera, durante su décima ecografía en 5D, en la cínica Ecotubebé.
Leticia Rivera, durante su décima ecografía en 5D, en la cínica Ecotubebé. DAVID EXPÓSITO

Las madres no siempre acuden acompañadas, sobre todo cuando se trata de repetir la experiencia a lo largo del embarazo. Leticia Rivera (30 años) es una veterana de la ecografía en 5D: faltan menos de dos meses para el nacimiento de su hija Emma y ya la ha podido ver diez veces. “Puede que sea la niña más fotografiada antes de haber nacido”, asiente la mamá, que ya acudió hace cinco años al centro Ecotubebé, en el barrio de Delicias, cuando estaba embarazada de su primer hijo.

A las ocho semanas, hizo la primera ecografía para escuchar el latido, cuando su hija tenía el tamaño de un garbanzo. A la decimocuarta descubrió con inmenso estupor que era una niña y desde entonces vuelve cada dos o tres semanas para ver cómo los rasgos de Emma se van formando. “Cada día se parece más a su hermano”, confirma mientras la técnica graba un vídeo de la sesión que Leticia podrá enseñar en su móvil.

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Sobre la firma

Clara Angela Brascia
Reportera italiana asentada en Madrid desde 2019. Después de pasar por las secciones de Local y Sociedad, ahora escribe reportajes de Tecnología y Salud. En eldiario.es ha escrito sobre temas sociales y económicos. Graduada en Literaturas Comparadas por la Universidad de Turín y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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