Al menos cinco menores liberadas de una red de explotación sexual de Madrid siguen en centros de acogida y son testigos protegidos
La Operación Sana se mantiene abierta y se investiga si hay más niñas afectadas o adultos implicados
Siguen viviendo en centros de acogida, cuentan con una fuerte protección policial y se las considera testigos protegidos. Así es la vida de, al menos, cinco de las menores liberadas a finales de noviembre en el marco de la Operación Sana, que desarticuló una red que prostituía y usaba para traficar a 10 niñas en la Comunidad de Madrid, que fueron liberadas. Los agentes mantienen “contacto diario” con las menores y sus responsables, informan fuentes policiales. Estas mismas fuentes confirman que otra de ellas es mayor de edad, y otra vive con su familia. Además de ellas, dos madres de chicas captadas por esta red también tienen el estatus de testigos protegidos.
“La operación sigue abierta y se continúa investigando si hay más menores afectadas o adultos implicados”, apuntan estas mismas fuentes, que no precisan más detalles para no afectar al transcurso de las pesquisas. A finales de noviembre, 37 personas, algunos de ellos relacionados con bandas juveniles como los Dominican Don’t Play, fueron arrestados por usar a las menores para repartir droga y mantener relaciones sexuales a sabiendas de que las chicas tenían menos de 18 años. Para ello, la red utilizaba narcopisos y zulos en barrios como Vallecas, Usera y Villaverde. La Delegación del Gobierno confirmó que al menos cinco de ellas estaban tuteladas y residían en diferentes centros de acogida.
La operación comenzó en abril de 2021 por la denuncia de una amiga de la familia de una de las menores que sospechaba que su propio padre abusaba de ella y la usaba para conseguir droga. Los investigadores de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional comenzaron a tirar del hilo y conectaron el relato de esa niña con otras denuncias, tanto anteriores a esa como posteriores. En el testimonio de las menores se repetían una y otra vez los mismos nombres e incluso ellas mismas identificaban a otras chicas en su misma situación a las que conocían de los poblados en los que se venden estupefacientes o de sus propios centros de acogida. La Operación Sana hasta ahora se ha saldado con 37 detenidos de los que ocho permanecen en prisión.
La Policía sostiene que los adultos engatusaban a las niñas “en estado de vulnerabilidad”, haciéndoles creer que eran sus novios y se aprovechaban de ellas bien para distribuir droga o para ofrecerlas a los consumidores para mantener relaciones sexuales y así obtener más dinero. Según el sumario, los detenidos se aprovechaban también de la adicción de muchas de estas niñas a la cocaína o al cannabis para mantenerlas enganchadas.
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