Madrid anuncia un plan de seguridad vial difuso y sin concreciones para reducir el número de víctimas de tráfico

Una niña madrileña arrancó este miércoles un titular a todo un alcalde de la capital de España. La pequeña, de la que se desconoce la edad, participó este miércoles en un pleno infantil celebrado en el palacio de Cibeles, donde se juntaron 60 niños de entre seis y doce años. Son los pequeños representantes de cada uno de los 21 distritos de Madrid que forman parte de los órganos de participación de los niños y adolescentes, conocidos como COPIA. La menor cogió el micrófono sin dudarlo y, con una lengua de trapo, dijo chapurreando: “Un día un semáforo está en verde y los coches vienen rápido y hacen daño”. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, contestó inmediatamente a la niña con una noticia inesperada: “Mañana [por ayer] aprobaremos en la Junta de Gobierno un plan de seguridad vial para la ciudad de Madrid. Somos conscientes de los problemas que está habiendo, de que hay demasiado accidentes. Vamos a debatir este jueves sobre un plan de seguridad vial para tratar que nuestras calles sean lo más seguras posibles”.

Así ha sido, pero no tan potente como se preveía en el anuncio. Este jueves la Junta de Gobierno de PP y Ciudadanos ha aprobado un plan “estratégico” de la seguridad vial para los próximos nueve años. El proyecto, según ha contado la portavoz y delegada del área de Seguridad del Ayuntamiento, Inmaculada Sanz (PP), cuenta con 33 acciones que tienen el objetivo de lograr cero víctimas de tráfico en 2050. “Es ambicioso, pero es donde queremos llegar”, ha dicho.

El plan que, inmediatamente después, han repartido desde su equipo a los medios de comunicación cuenta con 66 páginas. El informe es muy difuso. No cuenta con un presupuesto, como tampoco contaba el anterior plan, iniciado en 2011 y vigente hasta 2020. Es, básicamente, un decálogo de buenas intenciones que el Ayuntamiento se ha puesto como objetivo. Estos son algunos de ellos: “Reducir un 50% la presencia de alcohol en controles preventivos”. “Reducir la velocidad”. En este caso, destaca el informe, se implementarán radares móviles y más cámaras en semáforos a las puertas de los colegios, sin más detalles. Tampoco ha precisado el número exacto la delegada del área en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno. Sí ha manifestado, sin embargo, que se instalarán según la demanda de los centros educativos, recalcando en que es imposible vigilar con policías los más de 1.000 centros escolares con los que cuenta la ciudad. La delegada ha remitido a que el plan para las calles se incluye en la nueva ordenanza de movilidad, aprobada el pasado mes de septiembre. “El objetivo de este plan es que se implemente”.

El informe enviado a los medios destaca, sin embargo, que “se desarrollarán redes peatonales y ciclistas que garantizarán desplazamientos no motorizados seguros y en un entorno amigable”. Sin embargo, en la rueda de prensa tampoco se ha precisado qué carriles nuevos está trabajando el Ayuntamiento, más allá del de la Castellana, que comenzará sus obras en 2022. Ahora mismo la ciudad cuenta con un kilómetro por cada 100 de vía pública; 15 veces menos que Bilbao, Sevilla o Barcelona. Tanto Almeida, como Manuel Carmena, Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella siempre han apostado por los ciclocarriles, donde el ciclista comparte las avenidas con los coches y no al margen. Es decir, que los vehículos deberían circular como mucho a 30 kilómetros por hora si tienen una bici delante. Casi nadie lo cumple. Un peligro que los ciclistas siempre han denunciado.

Aumento de la siniestralidad

El nuevo plan del Ayuntamiento también evidencia que, para conseguir ciudades más saludables, sostenibles y seguras, se debe “reducir de forma significativa el uso del vehículo privado” a favor de otros modos de transporte, pero este plan tampoco dice cómo o qué planes tienen pensado. Llama la atención también el estudio sobre la siniestralidad, que recoge el propio plan. De 2011 a 2019 han aumentado un 112% las caídas de bicicletas (242 en 2019), un 47% la caída de viajeros en los autobuses (110 en 2019) y un 25% las colisiones dobles (6.242 en 2019). En conjunto, la siniestralidad ha aumentado en Madrid un 18% en nueve años. “Resulta preocupante”, destaca el informe, “el incremento superior al 44 % de la presencia de la motocicleta en los accidentes con víctimas, más aún si tenemos la gravedad de las víctimas”. Esto se explica, en parte, por el parque de motos de la capital, que se ha incrementado muchísimo en los últimos años. Ahora mismo son el 10% de toda la flota de vehículos, según datos del área de Seguridad. En 2019, detalla el plan, hubo 33 víctimas mortales, 15 de ellos por accidentes de moto. Por todos estos motivos el informe incluye la creación de un “Observatorio de la seguridad vial” que estará integrado por los técnicos del Ayuntamiento y asociaciones implicadas en la mejora de la movilidad. También, subraya el texto, se realizarán campañas de concienciación en centros escolares y de mayores, sin precisar el coste ni dónde ni cuándo empezarán.

Atropellos a menores

El Ayuntamiento ha reactivado este plan después de que el 4 de noviembre una niña de seis años muriera atropellada a las puertas del colegio Montealto, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, y otras dos menores de 10 y 12 años resultaran heridas graves. Los datos de los atropellos a menores en Madrid son preocupantes. El 17% de los atropellos a menores de 14 años registrados en 2019 se produjo en los alrededores de los centros escolares, tal y como se desprende de un estudio elaborado por el colectivo En bici por Madrid, tras analizar los datos estadísticos del Ayuntamiento de la capital y comprobar que 34 niños fueron arrollados en días lectivos en las proximidades de un colegio. Los datos recogidos por En bici por Madrid destacan que en 2019 —el último completo antes de la pandemia del coronavirus— se produjeron 203 atropellos a menores de 14 años, de los que 110 ocurrieron en días lectivos. De estos, 34 se registraron en el entorno escolar. “El problema”, dijo el autor del estudio Iván Villarrubia en un reportaje publicado en EL PAÍS el pasado 6 de noviembre, “es que estos accidentes se producen cuando hay una alta concentración de niños y de vehículos en horas muy concretas. Si se da ese riesgo exacerbado, hay que priorizar el derecho a la integridad física y a la vida del niño frente al derecho a poder desplazarse en coche”.

También este martes, durante la comisión de obras del Ayuntamiento, la delegada del área, Paloma García Romero (PP) avanzó, a preguntas de la oposición, que su concejalía está trabajando en 119 de actuaciones para 2022 con el objetivo, subrayó, de conseguir la “ansiada seguridad” de los centros escolares en la capital. Por ahora, dijo, ha redactado ya 28 proyectos. También repara otras 69 actuaciones, como implementar baldosas de colores para marcar las rutas escolares, señalizaciones con pictogramas y con elementos como los dientes de dragón, pinturas que alertan y sirven para reducir la velocidad de los conductores en estos entornos.

Por otro lado, el pasado 4 de noviembre, un reportaje de la sección de Sociedad de este periódico sobre la lucha contra el cambio climático y las revueltas escolares que se están volviendo a activar tras la pandemia, indicaba la importancia no solo de reducir el tráfico, sino de implementar medidas contra el cambio climático en los alrededores de los colegios. El movimiento, conocido como Revuelta Escolar, ha estado latente unos meses por el parón estival, pero ha vuelto a la carga en 40 centros impulsado por la lucha contra el calentamiento global. Yetta Aguado, una de las promotoras de la iniciativa en Madrid, apuntaba: “No queremos solamente que haya menos tráfico junto a los colegios, sino también mejorar la calidad del aire y trabajar para que los centros se adapten mejor al cambio climático”.

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