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El coreógrafo griego de moda monta la catástrofe más bella

El Festival de Otoño de Madrid trae esta semana a los Teatros del Canal el codiciado nuevo espectáculo de Dimitris Papaioannou

Festival de Otoño Madrid
Un momento del espectáculo ‘Transverse Orientation’, la nueva creación de Dimitris Papaioannou, en los Teatros del Canal.Julian Mommer

Habitado por hombres, usualmente desnudos, escasas mujeres y abundantes seres negros de pequeñas cabezas que parecen fugados de un tebeo, el universo insólito de Transverse Orientation está en constante transformación y parece siempre avanzar hacia la catástrofe. Se inicia con el pequeño desperfecto de un tubo de neón en una impoluta pared blanca y termina con el escenario desmontado, desguazado e inundado. Entre medias, una cascada de imágenes de superlativa belleza.

Por cortesía del Festival de Otoño, Madrid podrá ver esta semana, en los Teatros del Canal, del 26 al 28 de noviembre, el muy codiciado nuevo espectáculo de Dimitris Papaioannou (Atenas, 1964), el coreógrafo griego de moda. Tras su paso, un poco accidentado debido a las restricciones pandémicas, por el Festival Grec, de Barcelona, y otros relevantes eventos como la Bienal de Lyon y Montpellier Danse, le toca turno ahora a Madrid de valorar esta creación que ha escuchado ovaciones allí donde llega, incrementado el creciente número de fanáticos de este creador personal e inclasificable, que tuvo su eclosión cuando montó la espectacular apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas, en 2004.

Sin decantarse por ninguno, Papaioannou se ubica a medio camino entre la danza y el teatro, las artes plásticas y el cómic, la performance y el teatro físico. Podría tener referentes en Bob Wilson, en cuanto al esmero en la plasticidad de las imágenes, y en Pina Bausch, si miramos el movimiento y la composición. La pintura y el dibujo están presentes en esos momentos deslumbrantes que hacen del escenario un lienzo, y el cómic, una práctica que le es familiar pues fue dibujante e ilustrador durante mucho tiempo, en la creación de esos personajes a veces enigmáticos, otras caricaturescos.

Finalmente, pero no menos relevante, está muy presente el legado de la cultura griega. El enorme toro manipulado hábilmente por los bailarines nos recordará por aquí al de Osborne de nuestras carreteras, pero en realidad su origen parece estar más bien en el Minotauro de la mitología griega, mientras que esa insistencia en el desnudo masculino quizá haga referencia a la enorme tradición estatuaria clásica de su país aunque también conecte con su abierta militancia homosexual.

Puesta en escena de ‘Transverse Orientation’, en los Teatros del Canal durante el Festival de Otoño.
Puesta en escena de ‘Transverse Orientation’, en los Teatros del Canal durante el Festival de Otoño.Julian Mommert

En cualquier caso, una lectura posible de esta obra polisémica arroja una mirada contrastada entre el ideal de perfección del pasado clásico y nuestro presente caótico. La paulatina deconstrucción del escenario, una práctica que ya estaba presente en The Great Tamer, creación anterior de Papaioannou, parece un avance lento pero indetenible hacia la destrucción y la catástrofe. Una catástrofe bellamente representada que no abandona su dimensión trágica.

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Sirenas, monstruos y otros entes

No hay una narrativa convencional en Transverse Orientation, pero sí múltiples sugerencias que el espectador podrá ordenar y acomodar a su antojo. Monstruos y seres andróginos creados al enredar los cuerpos de dos bailarines. Hombres que son sirenas. Un buzo desnudo. Entes extraños en labores indescriptibles. Cuerpos inertes que parecen esculturas. Toros gigantes, figuras minúsculas. Ladrillos, escombros y fuentes de agua. Mucha agua… las imágenes se suceden indetenibles y quedan abiertas a ser leídas.

El mundo de Papaionnaou se ha construido a partir de estos enigmas y constantes, principalmente en creaciones como Nowhere, Still Life o The Great Tamer, obras creadas todas fuera de Edafos Dance Theatre, donde desarrolló sus inquietudes escénicas y permaneció desde 1986 hasta 2002. Aunque transitó el teatro y se reconvirtió en coreógrafo, ha sido principalmente un artista plástico y visual. Sus orígenes están en Bellas Artes y sus primeros éxitos vinieron como ilustrador de cómics. Fue coeditor de Kontrosol sto Haos (1986-1992), un fanzine que fue el primero en presentar contenidos abiertamente homosexuales en Grecia.

Papaioannou es la parte más visible de un pequeño pero floreciente movimiento de nueva danza griega, que comienza a despuntar en los escenarios internacionales con otros nombres y otras estéticas, entre los que se encuentran el grotesco y desconcertante trabajo de Eurípides Laskaridis, discípulo de Papaioannou, que trajo su pieza Titans el año pasado a Madrid. O Christo Papadopoulus, también convidado al Festival de Otoño, con su creación Larsen C, de aires minimalistas, que podrá verse los días 27 y 28 de noviembre, también en Teatros del Canal.

Para Pina

En 2018, Dimitris Papaioannou tuvo el privilegio de ser el primer coreógrafo invitado a crear una obra para Tanztheater Wuppertal, después de la muerte de Pina Bausch, su alma mater. Aunque giró poco —debido a los vaivenes y perennes conflictos en la dirección de la compañía alemana— Since She ha quedado como una coreografía especialmente relevante en el catálogo del griego. Conservando las constantes y la estética de su propio trabajo, supo conectarlas y enlazarlas con el universo conocido (y reconocido) de la coreógrafa que inventó la danza teatro, en esta obra que es auténtico y original homenaje. 

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