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Nuevo Baztán, el invento más insólito de un visionario navarro

La villa dieciochesca triplica sus visitas durante 2021 después de que Turismo la elija como “el pueblo más bonito” de España

El palacio de Nuevo Baztán.
El palacio de Nuevo Baztán.

Alcalá de Henares, Aranjuez, San Lorenzo de El Escorial: he ahí, desde siempre, las grandes joyas del turismo en la Comunidad de Madrid. Pero a esta nómina de enclaves hermosos y privilegiados va incorporándose –al principio de puntillas, cada vez de una manera más clamorosa– un pequeño y recóndito pueblecito perdido en la alcarria del sureste madrileño. Nuevo Baztán, a 50 kilómetros exactos de la capital, no suma muchos más de 6.000 habitantes, un dato engañoso: casi todos residen en Eurovillas y las demás urbanizaciones de los alrededores. Pero el diminuto y apenas habitado centro histórico, el sueño de un visionario noble dieciochesco con alma de emprendedor, no se ha acabado de consolidar como objeto de deseo turístico hasta ahora, con su inclusión en este 2021 en la clasificación de Los Pueblos Más Bonitos de España. Y no en cualquier puesto, sino en el primer lugar.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, junto a la alcaldesa, Gema Pacheco durante la proclamación de Nuevo Baztán (Madrid) como "Pueblo más bonito de España".
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, junto a la alcaldesa, Gema Pacheco durante la proclamación de Nuevo Baztán (Madrid) como "Pueblo más bonito de España".Comunidad de Madrid/EFE

Las clasificaciones subjetivas y honoríficas siempre están sujetas a vuelcos, pero la noticia representa una inyección de autoestima, visitas e ingresos para esta insólita y fotogénica localidad madrileña, acaso el más recurrente plató cinematográfico natural de entre los 178 municipios (exceptuando la capital) con que cuenta la región. Los efectos de la inclusión en esa lista oficiosa de “pueblos bonitos” se vienen notando de manera espectacular desde comienzos de año. Si entre el 1 de enero y el 6 de octubre de 2019 la oficina de turismo había contabilizado 8.689 visitantes, esa cifra se ha desbocado esta temporada hasta los 30.130 curiosos en idéntico periodo de tiempo. En números redondos: casi 3,5 veces más.

Visita nocturna

Los datos de 2020, con la permanente espada de Damocles del coronavirus sobre nuestras cabezas, no sirven para ninguna comparativa, pero ya entonces los responsables municipales habían advertido un incremento del interés hacia Nuevo Baztán durante los meses en que solo se permitían los desplazamientos sin sobrepasar los confines de cada Comunidad autónoma. El fin de fiesta para este 2021 de eclosión turística neobaztanesa se vivirá el 12 de octubre con la visita nocturna teatralizada por el palacio y las callejas del pueblo originario. Pero no se hagan demasiadas ilusiones: salvo alguna cancelación de última hora, las plazas para incorporarse a este recorrido están agotadas desde hace varias semanas.

El bueno de Juan de Goyeneche y Gastón, el político, periodista y empresario que concibió Nuevo Baztán como municipio de nuevo cuño, exhibiría una amplísima sonrisa si supiera del renovado revuelo que viene generando aquel accidentado y ambicioso proyecto vital. Cierto que este navarro (del valle de Baztán, naturalmente) era un protegido de Carlos III y gozó de importantes exenciones fiscales, lo que siempre ayuda. Pero no le falló ni el olfato, ni el instinto emprendedor. En primer lugar, porque fundar una nueva villa no parecía una idea exenta de riesgos en un “páramo arbolado y yermo”, según la definición topográfica de la época. Y porque tuvo el ingenio de promover escuelas y oficios que llegaron a proporcionar trabajo a más de 500 empleados… a los que, a su vez, cobraba elevados alquileres por residir en las casitas construidas en torno al palacio.

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El palacio. He ahí la gran joya que, tres siglos y pico después, sigue asombrando a los paseantes. Los planos fueron cosa de José Benito de Churriguera, buen amigo de don Juan, aunque el navarro, muy norteño en gustos arquitectónicos, le exigió un diseño sobrio y comedido. Es decir: nada churrigueresco, uno de los escasos adjetivos que, como almodovariano o berlanguiano, han legado al diccionario algunos de nuestros grandes artistas. José Benito solo pudo permitirse alguna alegría ornamental con los adornos vegetales que jalonan el balcón principal. Ni siquiera cuando el crecimiento del pueblo dio pie a la construcción de una iglesia, anexa al palacio, Churriguera pudo ser fiel a sí mismo: el retablo mayor es hermoso, pero también muy parco en florituras.

Lucernario de la iglesia de Nuevo Baztan.
Lucernario de la iglesia de Nuevo Baztan.fernando neira

Lo mejor para desentrañar los secretos de Nuevo Baztán es apuntarse a las visitas guiadas matinales durante los fines de semana (los sábados también hay sesión vespertina, a las 16.30). Amelia, una pacense de Azuaga de acento delicioso, les imprime sabiduría, pasión y mucho sentido del humor, como cuando aporta pinceladas sobre el carácter habilidoso de Goyeneche o aprovecha para presumir de que San Francisco Javier, el navarrico bajo cuya advocación se edificó la iglesia, es a su vez el patrón del turismo. Pero también podemos curiosear por nuestra cuenta, claro. Inmortalizar con nuestros móviles la fuente de la Plaza de la iglesia o el pino de catalogación singular que se yergue a su derecha. Merodear por la plaza del Mercado y sus soportales, que conservan el empedrado original, apuntalado en torno a 1710. O fantasear con cómo discurrirían en la Plaza de Fiestas aquellas corridas de toros a las que tanto se aficionó Felipe V. Esa plaza, que albergaba las casitas particulares de los artesanos, alberga aún hoy cada segundo domingo de marzo una javierada. Si tienen amigos navarros, prepárense algo de vitualla en la tartera y apúntense a la fiesta. Nadie les pedirá el DNI.

Puestos a hablar de tradiciones, una muy extendida es la de invocar a la suerte en torno al imponente olmo centenario del pueblo, un ejemplar con sus buenos 300 años largos (el más antiguo de todo Madrid, junto al de Guadarrama) que se convirtió en el único superviviente de la grafiosis. Se necesitan seis adultos de buena envergadura para abrazar todo el tronco, y no es extraño ver al paisanaje frotando décimos de lotería por su corteza, no vaya a ser que funcione. La evidencia científica y la empírica dicen lo contrario, pero el ritual sigue teniendo su gracia.

¿Más sugerencias para aprovechar la visita? Asombrarse en el centro de interpretación con las 43 colosales tinajas, originarias de Colmenar de Oreja, que los autóctonos empleaban para preservar el vino en el laberinto de pasadizos subterráneos excavados bajo las casas. O, ya puestos, participar en las catas o programas de enoturismo de Cuarto Lote/Arrabal del Conjuro, la muy apreciada bodega local, que elabora en sus instalaciones (también coetáneas de Goyeneche) un tinto de tempranillo con merlot, un coupage rosado de tempranillo, cabernet sauvignon y syrah y unos blancos riquísimos de malvar, la más madrileña de nuestras uvas.

Una turista abraza el olmo centenario de Nuevo Baztán.
Una turista abraza el olmo centenario de Nuevo Baztán.fernando neira

Si lo nuestro es tirar de calcetín, desde justo enfrente de esas bodegas parte la senda de Valmore, una caminata de seis kilómetros y medio con la que podremos descubrir los restos de la ya casi devastada fábrica de gamuzas. Y si Nuevo Baztán se nos queda pequeño, sugiramos a nuestros acompañantes que se animen a recorrer los restos del trazado del Tren de los 40 Días, que Negrín ordenó construir en plena contienda civil y enlazaba Torrejón de Ardoz con Tarancón. Se conservan incluso restos de algún túnel en el camino hacia Villar del Olmo, tan angosto que a los claustrofóbicos no les merecerá la pena. También nos queda muy a mano –poco más de cuatro kilómetros– otro pueblo pintoresco, Olmeda de las Fuentes, encalado como si nos encontrásemos en lo ancho de Andalucía y famoso por la abundancia de escultores, pintores, músicos y demás exponentes de la vida bohemia entre su vecindario.

De todo ello, claro está, existen pruebas gráficas a poco que curioseen con los buscadores en internet. Pero Amelia, nuestra guía de Badajoz, no tardaría en sugerirles una visita virtual por Nuevo Baztán a través de la historia del cine. Porque estas calles y estancias palaciegas se dejan ver en títulos como Esquilache, La Celestina, Fiesta, El regreso de los siete magníficos o las series Curro Jiménez, Los hombres de Paco, Las chicas del cable o El embarcadero. Y también, créanselo, en el vídeo de Madonna para su canción La isla bonita. La Ambición Rubia no llegó a visitar de aquella Nuevo Baztán, pero todo será que hasta ella lleguen ahora los ecos de esta celebridad sobrevenida.

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