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Una mirada sobre las canchas de fútbol que transforman la infancia

El fotógrafo Óscar Cardona presenta una exposición sobre los proyectos que usan el deporte para educar a los niños en la igualdad

Dos niños contemplan una de las imágenes de la exposición 'Una cancha llamada Madrid'.
Dos niños contemplan una de las imágenes de la exposición 'Una cancha llamada Madrid'.INMA FLORES (EL PAIS)
Patricia Segura

La exposición fotográfica Una cancha llamada Madrid abre sus puertas hasta el domingo en la Junta Municipal de Retiro. Se trata de un proyecto de acción social que pretende mostrar el trabajo de ocho entidades con alrededor de un millar de niños y jóvenes en riesgo de exclusión social. Las 23 fotografías de Óscar Cardona recorren los barrios, calles y canchas de la región donde se instalan las comunidades dedicadas a mejorar los procesos de intervención educativa a través del fútbol.

El programa, gestionado por la Fundación Naif, cuenta con dos ejes de actuación: audiovisual y pedagógico. Este trata de explicar cómo el fútbol es una herramienta transformadora que permite la cohesión entre las comunidades, que se dedican a diferentes aspectos sociales como la igualdad racial o los derechos de la infancia.

En él participan 70 personas que utilizan el fútbol como herramienta educativa. “La idea es mejorar sus prácticas a través de formaciones”, explica Gonzalo Muñoz, encargado del proyecto. Su equipo ha analizado la intervención de los entrenadores y los recursos de los que disponen, tanto a escala pedagógica como socioeconómica. El trabajo de las organizaciones se dará a conocer también en un video documental que se publicará en diciembre.

El germen de este proyecto nació hace tres años en la ciudad de Medellín, en Colombia, “con el ánimo de elaborar una creación artística y documental que explicara por qué el fútbol es un fenómeno social tan potente en la ciudad”, señala Cardona. El artista recorrió las comunas de Medellín para documentar el mundo del fútbol aficionado y callejero. “Durante el proceso entendí que el proyecto tenía una proyección social muy importante”, explica el fotógrafo. A partir de las visualizaciones, se empezaron a tejer varias redes comunitarias entre los participantes. Una cancha llamada Medellín muestra el fútbol como parte de la cultura popular de la ciudad a través de un recorrido gráfico por 16 comunas y 5 corregimientos con procesos sociales y recreativos particulares.

La idea de reproducirlo en Madrid surgió en abril del año pasado a través de la Fundación Naif, que tiene la sede en el distrito Retiro y que desde 2009 apoya a jóvenes en riesgo de exclusión social en Puente de Vallecas. En septiembre, el equipo de esta fundación y el fotógrafo visitaron varias iniciativas que utilizan el fútbol como herramienta de transformación social y trabajo comunitario. Entre ellas, el club Dragones de Lavapiés y la asociación Alacrán, de Hortaleza.

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En una de las imágenes en blanco y negro, una niña con mascarilla salta entre los aros. En la lámina de al lado, tres chicas miran al entrenador que les muestra las jugadas dibujadas en un papel. Son de la escuela de fútbol femenino de Alcobendas y entrenan en la Ciudad Deportiva de Valdefuentes. Esta organización lleva más de 15 años luchando por la igualdad a través del deporte.

Ángel Bellón, presidente de Jugones en Villanueva del Pardillo, explica que el club nació con vocación de juego para abrir las puertas del fútbol a todos los niños del municipio. Los 150 niños de la organización se reparten en 12 equipos. Tienen dos entrenamientos y un partido por semana: “Es una oportunidad de compaginar el compañerismo con el deporte”.

En una de las capturas, se observa el campo de fútbol entre las chabolas del asentamiento de la Cañada Real. El fotógrafo admite que se quedó atónito cuando lo visitó: “Nunca me hubiera imaginado que en Madrid existiera un lugar así, donde hace un año que viven sin luz y hay tanta miseria”. El colombiano fotografió a los jóvenes que forman parte de la asociación El Fanal, que proporciona recursos educativos a las familias desde hace 20 años.

Otra de las entidades representadas en esta exposición es Polígono H en el distrito de San Blas. José Sánchez, uno de los entrenadores, explica que “en el barrio había problemas de drogadicción, robos y delincuencia que han disminuido gracias a un fuerte movimiento vecinal”. Este club es uno de los cinco que hay en el distrito. “Nuestra labor consiste en que ningún niño se quede sin jugar, independientemente de su situación económica”, explica el entrenador. Los precios están ajustados: “Nosotros no ganamos nada. Lo hacemos porque nos gusta la iniciativa”. Sánchez entrena a 22 niños en el colegio público El Sol, a dos kilómetros del estadio Wanda Metropolitano.

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