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Koleka Putuma: “Europa todavía tiene una visión arcaica de África”

La poeta sudafricana estrena espectáculo escénico dentro del ciclo de Palabra del centro cultural Conde Duque

Koleka Putuma
Koleka Putuma, poeta sudafricana.Kike Para
Sergio C. Fanjul

Koleka Putuma (Puerto Elizabeth, Sudáfrica, 1993) reúne en un solo cuerpo y una sola voz muchas de las luchas que hoy en día recorren la superficie del planeta. Es lesbiana, queer, mujer, negra, africana, poeta. De ese crisol de identidades surgen sus textos, que no rehúyen del argot callejero, las culturas juveniles o el hecho tecnológico. Hoy y mañana trae su nuevo espectáculo escénico al ciclo del Palabra del centro de cultura contemporánea Conde Duque. El poemario Amnesia colectiva (publicado en España por Flores Raras en 2018, con traducción de Arrate Hidalgo y Lawrence Schimel) puso a Putuma en el candelero internacional. Ahora representa por primera vez en España Hullo, Bu-bye, Koko, Come In, donde mezcla poesía, vídeo o piezas sonoras, y reflexiona sobre la notoriedad y las experiencias que ha cosechado con sus versos. En 2018 la revista Forbes la consideró una de las jóvenes más influyentes de África.

Este es su mito fundacional: todo empezó cuando acudió, en 2015, como sustituta a un evento TED en la ciudad sudafricana de Stellenbosch donde, de forma inesperada, recitando la última, incomodó con sus versos desgarrados a buena parte de la audiencia (blanca). Tanto que uno de sus poemas, titulado Water (Agua), que habla de cómo los restos del colonialismo y del apartheid contaminan aún hoy las relaciones entre negros y blancos, fue censurado de la pieza del evento en YouTube.

“Si esta tierra era realmente vuestra, entonces resucitad los huesos de los colonizadores y usadlos como brújula”, dice uno de los versos. “Le disteis a Dios un género, un color de piel y un nombre en un idioma que nos hacía torcer la boca”, dice otro. “Nunca consentimos / Sin embargo, se nos pide que cenemos con los opresores / y les sirvamos el perdón / Cómo, cuando los únicos ingredientes que tengo son el dolor y la rabia”. Debido a su fecha de nacimiento, Putuma no vivió el apartheid en primera persona, pero sí experimenta su resaca. En el espectáculo que presenta ahora en España, la poeta explora la invisibilización y explotación histórica de las mujeres negras.

Escribir (su primera pieza, con 14 años, fue un rap como ejercicio de colegio) la ha ayudado a conectarse con partes escondidas de sí misma y de su educación, con diferentes personas, culturas, ideas o políticas: “El proceso de escritura te pide que pongas en juego tu imaginación, que profundices en ideas y sistemas de conocimiento en los que no necesariamente te sumergirías si no estuvieras escribiendo o investigando. Siento que cuanto más escribo o navego por el mundo como escritora, más descubro”, dice Putuma. Pero no solo la escritura, ya que la artista utiliza varias disciplinas para contar sus historias, incluyendo la performance o la dirección teatral, donde prima la intuición escénica a un bagaje literario sólido: su poesía siempre busca la oralidad.

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La comunidad queer en Sudáfrica ha conocido ciertos avances: fue el quinto país del mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, en 2006 y, hasta la fecha, es el único país de África que ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo. Las personas queer han construido sus propios espacios, no sin enfrentar desafíos. “Existe protección legal, pero todavía existen problemas como la discriminación, la homofobia, la violación correctiva y los delitos de odio, todavía queda un largo camino por recorrer”, señala Putuma. Unos de los versos más célebres de Putuma dicen así: “No quiero morir / con las manos en alto / ni abierta de piernas”. Una frase que ha sido utilizada en algunas de las manifestaciones contra la ola de feminicidios y violaciones en su país.

Creo que la poesía que se compromete a esclarecer los males sociales y políticos tiene el poder de influir en la forma en que la audiencia piensa sobre sus realidades y las realidades de los demás, y puede ayudar a cambiar esas realidades
Koleka Putuma

¿Sirva para algo la poesía comprometida o es un brindis al sol? “Creo que la poesía que se compromete a esclarecer los males sociales y políticos tiene el poder de influir en la forma en que la audiencia piensa sobre sus realidades y las realidades de los demás, y puede ayudar a cambiar esas realidades”, opina la artista. En otro poema escribe, con cierta sorna: “Quiero a alguien que vaya a mirarme y quererme /como los blancos miran y quieren/ a Mandela”.

África, tan cercana y vasta, sigue siendo, de algún modo, una gran desconocida para lo que llamamos mundo occidental y algo de eso ha observado la poeta en las visitas a otros países que su éxito propició. “La percepción de África en Europa está, en muchos sentidos, atrapada en el pasado”, explica la poeta, en referencia a asuntos como el apartheid y el colonialismo, aún presentes, pero casi convertidos en clichés, mientras los problemas y realidades de un país como Sudáfrica son hoy en día más diversas: desempleo, corrupción, feminicidio o pobreza. “Creo que Europa todavía tiene narrativas arcaicas y estereotipadas sobre África y Sudáfrica”, concluye Putuma.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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