El enésimo encontronazo con la justicia de ‘El Niño’, el neonazi exlíder de los Ultrasur
Antonio Menéndez se entregó esta semana a la Guardia Civil que le acusaba de liderar un grupo dedicado al narcotráfico, pero el juez le dejó en libertad con medidas cautelares
Antonio Menénez, alias El Niño, volvió a sentarse esta semana delante de un juez. Es difícil mantener la cuenta de las veces que se ha visto en esta situación. En esta ocasión, la Guardia Civil le acusa de liderar un grupo dedicado al narcotráfico que adulteraba droga en un laboratorio en Getafe (Madrid). Fue él mismo el que se entregó voluntariamente en la comandancia de Tres Cantos, porque se encontraba fuera de España cuando los agentes efectuaron las detenciones de la otra treintena de personas en la operación bautizada Águila-Frazen. Menéndez está en el punto de mira de los agentes desde hace años como cabecilla del grupo neonazi Outlaw y como exlíder de los Ultrasur.
La Guardia Civil desarticuló hace unas semanas a cuatro grupos organizados que se abastecían de una organización matriz que introducía cocaína desde Sudamérica. Los agentes detuvieron a 27 personas, realizaron 23 registros e intervinieron 239 kilos de cocaína y 754 gramos de resina de hachís. La operación ha sido desarrollada en colaboración con la Ertzaintza y varias policías locales. Menéndez declaró ante el juez Pedraz en la Audiencia Nacional acompañado de sus abogados y quedó en libertad con medidas cautelares. Él niega toda relación con el tráfico de drogas. Menéndez deberá presentarse semanalmente el juzgado de su domicilio habitual, no podrá salir del territorio nacional y ha tenido que entregar su pasaporte.
El Niño no tiene nada de niño. Roza los 40 años, luce un cuerpo hipermusculado, lleno de tatuajes de ideología fascista y acumula decenas de antecedentes desde hace una década, cuando se colocó al frente de los hinchas más violentos del Real Madrid, los Ultrasur. Fue la época en la que el club expulsó a los radicales del estadio porque había perdido el control de estos grupos. En aquella época los más jóvenes se enfrentaron a los veteranos de los Ultrasur por el control de la organización. Curiosamente, Menéndez había sido seguidor del Atlético de Madrid antes de pertenecer a los radicales del Real Madrid. “Él no era de esos que iba al campo a partirse la cara a cada partido, aparecía por el Bernabéu cuando había citas importantes. Tenía otro estatus, es muy respetado en los grupos nazis”, explica una fuente policial.
Su círculo más cercano lo conforman su hermano Enrique, Daniel Fernández Amor, El Cani, y Javier Oviedo, apodado El Bombero. Junto los dos últimos fue detenido en 2015 por una supuesta extorsión a un vecino de Vallecas en un Burger King. A él, le arrestaron en el aeropuerto de Madrid cuando volvía de hacerse operaciones de cirugía estética en Colombia. Le condujeron al hospital para unas curas y de ahí a Soto del Real. Ese mismo año, aceptó una condena de dos años de prisión y 10.000 euros de compensación por apuñalar a un hombre en Vigo con una navaja de ocho centímetros. A Menéndez no le gustó que la víctima se dirigiera a las amigas con las que había salido de marcha por la ciudad gallega y le espetó “mira lo que tengo” antes de clavársela y salir huyendo.
Los antecedentes policiales que se acumulan en su historial incluyen presuntos vuelcos de droga (robar producto a los narcotraficantes) y vender anabolizantes de forma ilegal. Sin embargo, al llegar ante un tribunal, siempre ha quedado absuelto de estas acusaciones. “No tiene un oficio conocido, no se entiende entonces el nivel de vida que tiene. A él le gusta la ostentación, no tanto como a su hermano, eso sí. El año pasado alquiló una casa en la Costa del Sol por mil euros al día”, explican fuentes policiales. Los agentes que le vigilan de cerca también cuentan que sus viajes a México son “frecuentes”.
Fiestas ilegales en pandemia
La lista sigue. Justo antes del inicio del estado de alarma, en una fiesta que se realizó en Ifema, fue arrestado por protagonizar una reyerta y agredir a los vigilantes de seguridad. Siempre acompañado de su círculo más cercano, todos de aspecto anabolizado y misma ideología. Y durante la pandemia tampoco ha estado relajado. Ha sido identificado en varias ocasiones en fiestas ilegales, una de ellas en mayo de 2020 en Vallecas, en la que encontraron a medio centenar de personas. La policía sospecha que él era uno de los promotores de las mismas. No se pierde una, también fue uno de los que se dedicó a tirar sillazos el día de la Hispanidad de 2017 en Barcelona en unos brutales disturbios protagonizados por grupos radicales y la policía le identificó en el homenaje a la División Azul en febrero de 2020 que está en el punto de mira de la Fiscalía de Madrid por un posible delito de odio.
Sin embargo, casi siempre consigue salir indemne de todos estos encontronazos con la autoridad. En este útimo caso de narcotráfico, el magistrado ha considerado su arraigo y su su entrega voluntaria para ponerle en libertad. Fuentes cercanas a Menéndez señalan que “no hay nada” contra él y que solo existen algunas conexiones entre El Niño y otros miembros de la organización.
La Guardia Civil sostiene que los cuatro grupos que conformaban a organización —bautizados por los agentes como Unai, Automotive, Barrientos y Skin— se dedicaban al blanqueo de capitales a través de la compra venta de automóviles de alta gama y distribuían grandes cantidades de cocaína en Madrid, Toledo, Salamanca, León, Valladolid, Asturias, Vizcaya, Cantabria, Zaragoza y Burgos. Los agentes han solicitado al juez Pedraz, el bloqueo de 203 cuentas bancarias con más de 750.000 euros, 43 inmuebles en España y se han bloqueado 121 vehículos.
La defensa de Menéndez pedirá que se desestimen las acusaciones contra su defendido y, en el caso de que no suceda, su absolución. Pase lo que pase, El Niño ha sumado una nueva cita ante la justicia, aunque esta vez ha sido de forma voluntaria. Continúa la caza sin fin de uno de los viejos conocidos de las fuerzas policiales de Madrid.
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