El tirón de Ayuso y la gestión de la pandemia fueron decisivos para la victoria del PP en Madrid, según el CIS

Isabel Díaz Ayuso logró la victoria en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid gracias a una campaña centrada en su figura y en la gestión de la pandemia del coronavirus, según la encuesta poselectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Así, el 40% de los 3.206 encuestados reconoce que decidió su voto en función del cabeza de cartel de cada partido, y el 19,2% que eligió la papeleta por la posición que mantenía ese político ante la crisis sanitaria, frente al 25,4% que lo hizo en función del programa electoral. La mayoría, reflejan tanto la encuesta como los resultados del 4-M, se vieron mejor representados por las posiciones defendidas por Ayuso, que planteó una campaña de contraposición entre sus propuestas y las decisiones del Gobierno de Pedro Sánchez.

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Las elecciones de Madrid fueron un pulso entre algunos de los nombres más reconocibles de la política española. A un lado, Díaz Ayuso (PP). Al otro, Pablo Iglesias (Podemos). Si los comicios coronaron a la líder del PP, también condenaron al de Podemos. “No contribuyo a sumar”, dijo Iglesias en su despedida. Una afirmación que ahora avalan los datos: si el 40% de los votantes del PP eligieron a ese partido por Díaz Ayuso, solo el 28% de los electores que apoyaron a Podemos se decantaron por esta formación gracias a Iglesias. A la mayoría de esos ciudadanos les convenció más el programa electoral que el aspirante.

Además, el sondeo muestra que el PP logró dominar la agenda de la campaña. El 33% de los encuestados afirma que la pandemia fue el tema más debatido en las semanas que precedieron a la votación, y sitúa entre los siete asuntos de más actualidad otros tres relacionados con la enfermedad: la sanidad (5,4%), la libertad (4,2%) y la apertura de los bares (1,8%). Temas todos ellos promocionados por Díaz Ayuso como ejes clave de su estrategia, y que acabaron copando el debate electoral, arrastrando al resto de candidatos
y restándoles la iniciativa.

Una vez escrito el guion de la campaña, que se desarrolló antes de que se supiera que Madrid fue en 2020 la región con el mayor incremento de muertes con respecto al año anterior, la candidata conservadora logró atraer a personas que antes se habían decantado por otras opciones.

“Tengo la sensación de que tengo mucho voto prestado”, resumió Díaz Ayuso solo unas horas después de celebrar su victoria con cava. Es lo que reflejan los datos. Por ejemplo, el 9% de los votantes del PSOE en las autonómicas de mayo de 2019 apoyaron a Díaz Ayuso en 2021, como el 66% de los electores que había tenido Cs; el 36% de los de Vox, y un 24% de abstencionistas. Un voto prestado que ahora intentará mantener con decisiones explícitas. Por ejemplo, ha fichado a tres rostros reconocibles de Ciudadanos (Marta Rivera de la Cruz, Toni Cantó y Patricia Reyes). También ha dejado guiños cómplices con Vox.

El sondeo también deja lecturas preocupantes para el PSOE, puesto que pone negro sobre blanco que los socialistas perdieron a un 25% de los votantes que tuvieron hace dos años en favor de Más Madrid, que así se ha convertido en la fuerza hegemónica de la izquierda en la región. De hecho, la duda más frecuente entre los electores fue entre estos dos partidos: solo el 31% de los votantes de Más Madrid sabía que votaría a Mónica García antes de que arrancaran los quince días de mítines, y el 36,5% se decidió por ella en la última semana de campaña, impulsando el sorpasso. El otro motor del éxito de Más Madrid estuvo en los exvotantes de Podemos: el 34% de los electores que apoyaron a Isabel Serra en 2019 dejaron en 2021 a Iglesias en favor de García.

Pero es un caso excepcional. Por lo general la campaña sirvió sobre todo para cimentar decisiones ya tomadas: el 57,5% de los residentes en la Comunidad de Madrid ya había decidido su voto antes de que empezara.

El resultado ha colocado al PP frente a un espejismo. Su magnífico balance (65 diputados) no llegó a la mayoría absoluta (69), por lo que ahora depende de Vox (13 representantes) para sacar adelante cualquier iniciativa. Aunque la extrema derecha ve limitada su influencia por la aritmética parlamentaria (tendría que unirse a PSOE, Más Madrid y Podemos para frenar las propuestas del PP), eso coloca a Díaz Ayuso en una posición relativamente incómoda.

Con la legislatura recién estrenada, ya hay ejemplos. Vox amenazó al PP con permitir que se investigaran las muertes en las residencias regionales durante la pandemia (luego rectificó) y ahora ha dejado en el aire la aprobación de la ley con la que el partido conservador quiere controlar Telemadrid (si se abstiene, saldrá adelante y los ultras serán decisivos en la designación del nuevo administrador del ente). Es un dato clave cuando las próximas elecciones autonómicas en el horizonte: serán en 2023, ya en menos de dos años, por lo que la legislatura actual se convertirá en una larga precampaña electoral.

Para esa cita, el partido de extrema derecha se enfrenta a varios hándicaps. Es la formación que más rechazo provoca entre los electores, según el CIS. Su candidata de los últimos comicios, Rocío Monasterio, no levanta pasiones ni entre sus votantes, que apoyaron al partido principalmente por su programa. Y se enfrentará a la líder de moda en la derecha: Díaz Ayuso.

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