Los nuevos ciudadanos de la Asamblea
La duodécima legislatura ha echado a andar este martes en Vallecas con nuevas caras y grandes ausencias
Juan Carlos I ha estado presente en la Asamblea de Vallecas. Bueno, su estatua, que está en el patio y de la que ya nadie se acuerda. La escultura, obra del madrileño Julio López, lleva aquí desde el 23 de noviembre de 1999. Sirve para apoyar cuadernos, cámaras de televisión y para descansar las nalgas mientras algunos diputados o periodistas fuman un pitillo. Es el signo de los nuevos tiempos del PP de Ayuso en Madrid, que ahora tiene más diputados que nadie por toda la Cámara. Y si la campaña de mayo hubiese durado una semana más, hasta en Guadalajara.
La duodécima legislatura de la Comunidad ha echado a andar este martes entre abrazos, besos, selfis, reencuentros y ausencias. PP, con 65 asientos; Vox, con 13; Más Madrid —los nuevos líderes de la oposición—, con 24; PSOE —ya sin Ángel Gabilondo—, también con 24; y Unidas Podemos —sin Pablo Iglesias y desde hace 24 horas sin su número dos, Isabel Serra—, con 10. Así ha quedado configurada la Cámara. ¿Y de Ciudadanos? Ni rastro. Qué tiempos. Hace solo tres meses presidía esta Asamblea y estaba en el Consejo de Gobierno de la Puerta del Sol con una todopoderosa vicepresidencia y con seis consejeros. ¿Y ahora? Murcia qué hermosa eres. O dicho de otra manera: pues con cero escaños. Como homenaje a la formación de Inés Arrimadas aún resiste un gran cartel a la entrada del hemiciclo con su sello naranja. Indica dónde se encontraba el despacho del grupo parlamentario de la segunda planta. Si el letrero aguanta 24 horas más, será un milagro. ¿Que quién se quedará con los despachos de Ciudadanos?. “Se tiene que negociar aún”, resume una fuente parlamentaria. Negociar despachos en los despachos. La metapolítica madrileña.
Ha sido un día histórico porque todo es histórico en Madrid desde tiempo inmemoriales. Por primera vez, eso sí, han asistido los 136 diputados de golpe desde que el coronavirus anda suelto. Qué es eso de teletrabajar en pandemia. Qué necesidad. En resumen: la constitución de la Asamblea —que tiene un nombre muy pomposo, pero que básicamente consiste en elegir al presidente o presidenta, a los vicepresidentes y a los secretarios— ha sido muy sencilla. Y pesada. Ha consistido en leer todos los nombres de los diputados varias veces durante dos horas. El pescado estaba vendido ya desde hace una semana.
El diputado de más edad ―y los diputados de menos― han presidido la Mesa de la Cámara hasta que se han producido las votaciones. La casualidad ha dictaminado que Vox mande este martes más que nadie. Su diputado Mariano Calabuig cumplió 75 años el pasado sábado. Con un discurso de ilusión recordó a los presentes que hay que venir a Vallecas, mejor dicho, a la Cámara que hay en Vallecas con ilusión y con vocación de servicio. Este lunes, por cierto, le recordaron a Calabuig en una entrevista en La Razón que todos los grupos han puesto como portavoz a una mujer. “Se ve que se lo merecen, que se lo han ganado con su esfuerzo y trabajo”, contestó. Ahí quedó eso.
La Mesa de edad dio paso a la mesa de verdad. La presidenta Ayuso, ataviada con una chaqueta roja y un vestido blanco, estaba más contenta que unas castañuelas. “No, no echo de menos a Ciudadanos”, confesó a la prensa en el patio. También es cierto que sería raro si echara de menos a los consejeros que cesó, que se enteraron por la prensa de ello y a los que recordó con una llamada a las once de la noche del 10 de marzo que, como estaban cesados, ya no estaban invitados a los actos institucionales de los atentados del 11 de marzo. Hoy también, de paso, recordó su eslogan de campaña: “Nosotros no queremos arruinar a los hosteleros”. Y dio otro repaso a Pedro Sánchez, que nunca viene mal. Más detalles. El sitio del exvicepresidente Ignacio Aguado, que se sentaba al lado de la presidenta, lo ha ocupado la nueva presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, que fue hasta hace una semana su consejera de Presidencia. Guiño, guiño. Presidencia, presidenta.
Por si los 136 diputados eran pocos, también había invitados. Cada grupo contaba con unas cuatro invitaciones. Por el PP vino Antonio González Terol, vicesecretario territorial, y Pío García Escudero, el presidente del partido en la región. Por Más Madrid, Rita Maestre e Inés Sabanés. Además, un grupo de diputados y unos cuantos activistas han acudido en bici a la Asamblea. El rumbo verde. Y por Vox, el invitado estrella fue Javier Ortega Smith, que acudió con una mascarilla verde serigrafiada con su nombre y con una bandera de España en miniatura. “La política es trasladar a las instituciones los problemas reales”, recordó nada más llegar a su grupo. Y tiene razón. Por eso él habla de Cuba y de Venezuela cada dos por tres en el Ayuntamiento.
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