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Almeida y Ayuso se disputan el control del PP de Madrid ante el silencio de Casado

Tras la victoria en el 4-M, la presidenta en funciones es la favorita, pero Génova evita apoyarla en público. El alcalde de la capital aboga por una tercera vía

Juan José Mateo
Ana Camins, Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida, Teodoro García-Egea y Pío García Escudero, el día de las elecciones a la Comunidad de Madris¡d.
Ana Camins, Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida, Teodoro García-Egea y Pío García Escudero, el día de las elecciones a la Comunidad de Madris¡d.Jesús Hellín (Europa Press)

El control de la presidencia del PP de Madrid, vacante desde la dimisión de Cristina Cifuentes, en 2018, ha disparado la tensión en el partido. Tras su victoria en las elecciones del 4-M, el equipo de Isabel Díaz Ayuso cree que el puesto debe ser suyo. Es la favorita indiscutible, y difícilmente tendrá rivales de peso, admite un dirigente popular con galones. Sin embargo, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, defiende que quien dirija el partido debe trabajar en ello a tiempo completo y no tener responsabilidades institucionales. Que el presidente nacional, Pablo Casado, y su número dos, Teodoro García-Egea, no se hayan posicionado en público, argumentando que deben ser neutrales, ha contribuido a alimentar las suspicacias internas.

“Querido alcalde Almeida, creo que te equivocas”, escribe este domingo en sus redes sociales Juan Soler, exsenador, exalcalde de Getafe y diputado electo para la próxima legislatura en la Asamblea de Madrid. “Isabel Díaz Ayuso debe y va a ser la Presidenta del PP de Madrid”, añade tras leer una nueva declaración del alcalde en favor de una bicefalia que evite concentrar el poder orgánico e institucional en la misma persona. “Conozco a centenares de afiliados que no entenderían otra cosa. Hablaron las urnas y hablarán los militantes”, remata sobre las primarias que decidirán la presidencia.

El mensaje es una puerta abierta a la vida interna de la formación conservadora. Primero, porque muestra con claridad que hay un sector del PP que está en contra de que se intente abrir una vía alternativa a la de Díaz Ayuso de cara a la presidencia del partido en la Comunidad de Madrid. Segundo, porque refleja que el ayusismo empieza a constituirse como corriente interna en el PP, igual que lo fue antes el aguirrismo. Y tercero, porque enseña en público una inquietud que hasta ahora era privada: en el partido todos están atentos a quién va a tomar los mandos de la poderosa organización madrileña, que es clave para decidir el futuro de la formación a escala nacional, ya que con la de Andalucía es una de las que más afiliados tiene.

Un detalle no menor en un partido que elige a sus presidentes por primarias. Madrid garantiza poder y recursos si quien encabeza la organización quiere entrar en esa pelea.

“No está dentro de mis planes optar a la presidencia del PP de la Comunidad de Madrid en este momento”, dijo hace unos días Almeida en una entrevista en ABC, evitando así abrir un pulso directo con Díaz Ayuso. “Me mantengo en la tesis de la bicefalia”, añadió, dejando claro que apuesta por un líder neutral. Al menos, “en este momento”. O “en principio”, como detalló él mismo, abriendo la puerta a un hipotético cambio de parecer en el futuro.

“En estos momentos toca hablar de los madrileños y no del partido. Está centrado en la gestión del Ayuntamiento. El Congreso no está siquiera convocado”, puntualizó este domingo una fuente de su confianza.

La duda es si la opinión de Martínez-Almeida le representa solo a él mismo, o también a la dirección nacional, ya que también es portavoz de la formación, y su número tres. Antes de las elecciones del 4-M, en las que Díaz Ayuso logró 65 diputados, el equipo de Casado elucubró con la posibilidad de impulsar a un candidato para la presidencia del partido que no fuera ni ella ni el alcalde.

A favor de esa tesis jugaba la historia reciente de la formación. Cuando Esperanza Aguirre unió la presidencia regional y la del PP de Madrid se convirtió en un contrapoder interno que dificultó el día a día de Mariano Rajoy, y que amagó con disputarle el liderazgo. En paralelo, la labor pasada y presente de Pío García-Escudero al frente de la organización es apreciada por todos los que ven ventajas en que haya un político centrado únicamente en el partido. Y por eso la dirección nacional dirige desde hace meses su mirada hacia una misma persona: Ana Camins, la secretaria general en la región, que es de la máxima confianza del presidente nacional, Pablo Casado.

Esperanza Aguirre escucha a Isabel Díaz Ayuso con un pañuelo con su imagen.
Esperanza Aguirre escucha a Isabel Díaz Ayuso con un pañuelo con su imagen.Olmo Calvo

Pero entonces llegó el 4-M. Y la victoria de Díaz Ayuso. Y todo cambió. “Lo natural es que Díaz Ayuso se coloque al frente de la organización, cae por su propio peso”, apuntan fuentes de la confianza de la presidenta en funciones. “No se entendería otra cosa”.

“¿Y quién querría ponerse delante de ese toro?”, se pregunta una fuente popular sobre el interés que pueda tener Camins, o cualquier otro líder popular, en disputarle la presidencia a Díaz Ayuso, la política de moda en la derecha, cuando son los afiliados quienes decidirán el resultado.

“El PP de Madrid es mi casa”, recordó ella nada más celebrar su victoria electoral. “He nacido políticamente en ella. He recorrido prácticamente toda la Comunidad, todas las sedes, porque siempre trabajé desde la base”, añadió. “Evidentemente, uno no reniega de su casa”.

A favor de Díaz Ayuso no solo juega el resultado de las elecciones, o que la dirección nacional no vea alternativa. También lo hacen las comparaciones. Alberto Núñez-Feijoó, el presidente de Galicia, también tiene el timón del partido en su Comunidad. Lo mismo pasa con Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía, con Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, y con Fernando López Miras en Murcia.

“¿Por qué iba a ser Madrid una excepción si Díaz Ayuso quiere dar el paso?”, se preguntan sus partidarios.

Así, la dirección nacional del PP se ha dedicado a proclamar en público su neutralidad, mientras que transmite en privado que Casado entiende que Díaz Ayuso debe ser la presidenta. Mientras tanto, la paz interna se busca alejando lo más posible en el tiempo el congreso que debe decidir la presidencia. No hay fecha para las primarias. El PP se limita a decir que primero deben acabar los congresos provinciales, pese a que la organización madrileña tenga una dirección interina desde hace ya tres años: los que han pasado desde que Rajoy tuvo que llenar con García-Escudero el hueco dejado por la dimisión de Cristina Cifuentes a raíz del caso máster y de la publicación de un vídeo en el que aparecía protagonizando, supuestamente, el presunto hurto de unas cremas en un supermercado.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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