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La policía atribuye la explosión de la calle Toledo a una fuga de gas fuera del edificio

El accidente ocurrido hace dos semanas provocó la muerte de cuatro personas

Momentos después de la explosión en el edificio de la calle Toledo, 98.
 

Foto: Inma Flores
Momentos después de la explosión en el edificio de la calle Toledo, 98. Foto: Inma FloresINMA FLORES (EL PAÍS)

La investigación policial sobre lo que pasó en el edificio del arzobispado en la calle de Toledo, en el centro de Madrid, para que explotara hace dos semanas ya ha terminado con una primera conclusión: la fuga de gas se produjo en el exterior del edificio. Por tanto, a priori, la responsabilidad recae en la empresa Naturgy, que es la distribuidora del servicio, según fuentes de la investigación. Para los agentes de la policía científica era necesario conocer exactamente dónde se había producido el fallo, si en una caldera, en una tubería dentro del edificio que saltó parcialmente por los aires o fuera de él. Naturgy distribuye el servicio de gas natural a la zona centro de La Latina, donde se produjo el accidente que provocó la muerte de cuatro personas, pero solo se hace responsable de las tuberías que llegan hasta la entrada de este edificio, ya que la comercializadora del servicio y la empresa instaladora de las calderas (siete en total) son otras compañías distintas. La investigación ha concluido, por tanto, que la rotura de una tubería se produjo en el exterior y fue la causante del escape de gas, que se coló en el edificio probablemente por la acometida que une unas tuberías con otras. Además, según fuentes policiales, también se ha descubierto un socavón por agua debajo del inmueble, por lo que también entra en juego la responsabilidad del Canal de Isabel II.

La fuerte explosión destrozó parcialmente el edificio situado en el centro de Madrid minutos antes de las tres de la tarde del 20 de enero, causando cuatro muertos y 11 heridos de diferente consideración. El lugar afectado está situado en el distrito Centro, muy cerca de la Puerta de Toledo y junto a la iglesia Virgen de la Paloma y el colegio concertado La Salle-La Paloma. En las inmediaciones hay también una residencia de ancianos, Los Nogales La Paloma, donde en un primer momento se situó por error el suceso. Uno de los fallecidos, David Santos Muñoz, era un electricista de 35 años, feligrés de la parroquia y acudió al edificio “a echar una mano”. En un primer momento, fuentes de la investigación creyeron que había manipulado una de las calderas para ayudar a los religiosos y que eso había provocado la explosión. Ahora se descarta completamente esa primera hipótesis.

Fuentes de la propia parroquia explicaron que un viandante avisó durante la mañana de que olía a gas desde el exterior. De hecho, contaron a los agentes que por la mañana los radiadores fallaban (”no estaban ni fríos ni calientes”, explicó uno de ellos). Era un síntoma de que algo fallaba ya unas horas antes de la explosión, que se produjo minutos antes de las tres de la tarde. Las siete calderas tenían una luz roja durante la mañana. Olía a gas por todo el edificio. Los radiadores no calentaban. Y el frío se colaba por todos los recovecos de las siete plantas del edificio. Allí, repartidos entre los diferentes pisos, se encontraban cinco sacerdotes. Gabriel Benedicto, Alejandro Aravena, Moisés León, Matías Ernesto Quintana y Rubén Pérez de Ayala. Este último decidió llamar a un amigo y se puso en contacto con David Santos. Santos era un electricista que se conocía al dedillo las siete plantas de este céntrico edificio.

El cura y el técnico de mantenimiento fallecieron. La explosión también se llevó por delante la vida de dos personas que pasaban en ese momento por la calle. Javier Gandía, de 45 años, un albañil que trabajaba en el edificio de enfrente y vecino de La Puebla de Almoradiel, un pueblo de 5.000 vecinos de Toledo. El cuarto y último fallecido fue Stefko Ivanov Korcev, un ciudadano de origen búlgaro, que también se encontraba en la calle de Toledo número 98, acababa de pedir le renta mínima vital y hablaba en ese momento por teléfono con su pareja. Un día después habría cumplido 47 años.

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