PP y Cs dejan en manos de Vox el diseño final de los Presupuestos
Las dos formaciones cierran un pacto del que no dan ningún detalle porque aún tienen que lograr el apoyo de la extrema derecha
PP y Cs, socios del primer Gobierno de coalición de la historia de la Comunidad, han anunciado este lunes que han pactado las líneas maestras de los Presupuestos de 2021, sin detallar el montante global de las cuentas, sus principales partidas, ni la previsión de ingresos y gastos. Huérfanos de los votos suficientes para convertir en realidad ese borrador, Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado deberán negociar ahora con Rocío Monasterio, la líder de Vox. “La negociación parte prácticamente de cero”, ha reconocido la presidenta tras cerrar a contrarreloj meses de disputas internas con su vicepresidente por el diseño de unas cuentas clave para el futuro de la región.
La precaria situación parlamentaria del Ejecutivo de Díaz Ayuso, que gobierna en minoria, ha quedado reflejada en la cita convocada para anunciar que PP y Cs ya tienen un acuerdo para impulsar los Presupuestos de 2021. Como la aprobación de las cuentas dependerá, salvo sorpresa, de Vox, y eso puede suponer importantes cambios en el borrador, no se ha hecho público ni un solo aspecto concreto del proyecto. De hecho, el Ejecutivo ha renunciado a aprobar su planteamiento en el consejo de Gobierno, lo que le habría permitido enviarlo a la Asamblea y negociar modificaciones a través de enmiendas. Al contrario. Eso no sucederá hasta que Vox haya dado su visto bueno final tras una negociación que aún no ha empezado y de cuya extensión nada se sabe.
“La negociación parte prácticamente de cero”, ha dicho Díaz Ayuso. “Vamos a reforzar sanidad, educación, servicios sociales... pero muy especialmente la economía. Hay que evitar los cierres a toda costa, intentar cualquier otra acción antes de cerrar”, ha defendido justo en el mismo día en el que la Comisión Europea ha propuesto aislar de manera tajante a las zonas con una incidencia acumulada de más de 500 casos de covid-19 por cada 100.000 habitantes en 14 días (Madrid está en 946,53). “Los Presupuestos llegan en el mejor momento, cuando ya tenemos un escenario claro para 2021, y conocemos que el virus no se ha ido”, ha añadido la presidenta de la Comunidad.
“En la situación que vivimos no se podía entender que no llegáramos a un acuerdo”, le ha continuado Aguado, reflejando las dificultades que han tenido las dos partes del Ejecutivo para tejer el pacto.
Díaz Ayuso y Aguado gobiernan en minoría la Comunidad que más aporta al PIB nacional. En medio de una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes, sus discrepancias han provocado que pasara el tiempo sin que el Ejecutivo regional presentara unos Presupuestos adaptados a esa situación de emergencia. De hecho, como PP y Cs tampoco aprobaron las cuentas de 2020, gobiernan con el proyecto que impulsó Ángel Garrido en 2019, cuando la realidad de Madrid era radicalmente distinta.
Durante siete días, el Gobierno de la Comunidad de Madrid se paseó sobre el alambre. Con el calendario descontando días sin unos Presupuestos actualizados, Aguado lanzó un órdago el lunes pasado: presentó un plan de 1.000 millones en ayudas sin pactarlo antes con Díaz Ayuso, avanzó que se debatiría en el consejo de gobierno del miércoles, y vinculó la aprobación de las cuentas a que los dos partidos se pusieran de acuerdo en el plan. La indignación cundió en el PP. No había acuerdo. Al contrario.
“Nunca ha habido un Plan de Rescate, ni lo hay. Es un anuncio que no está sustentado en documentación ni proyectos. Cuando lo presente, se estudiará”, transmitió una fuente conocedora de los trabajos presupuestarios.
“Todo está documentado desde hace tiempo”, contrapusieron desde Cs.
“En cualquier caso, eso no interfiere en las negociaciones de los presupuestos, que van bien”, intermediaron fuentes gubernamentales.
Díaz Ayuso, Aguado, y el poderoso consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, concentraron el meollo de la negociación, rematada durante el retiro en el chalet del Canal de Isabel II al que fue convocado el Gobierno en pleno el pasado viernes. El plan de emergencia ha sido incluido en el proyecto, según Aguado.
Ahora, PP y Cs deben recabar el necesario apoyo de Vox en la Asamblea de Madrid para que los Presupuestos sean una realidad. La formación de Rocío Monasterio exige a cambio de sus decisivos votos una reducción de consejerías (son 13, cuatro más que en el Ejecutivo anterior), eliminar subvenciones ”ideológicas”, e impulsar una bajada de impuestos.
Sin embargo, Díaz Ayuso, que ha avanzado que mantiene su intención de aprobar la ley de rebajas fiscales (el voto negativo de Vox lo impidió en marzo), aspira a concentrar la negociación en las partidas del borrador del proyecto, dejando posibles cambios en el gobierno para el día después de que estén aprobadas las cuentas.
En paralelo, la formación de extrema derecha será presionada para que no impida que Madrid cuente con unos Presupuestos adaptados a la emergencia actual (”Tal y como están las cosas, no es momento de obcecarse”, ha dicho este mismo lunes Aguado). De lo que dure esa negociación dependerá no solo si hay nuevas cuentas, si no también, en su caso, cuándo entran en vigor.
Los proyectos de cuentas públicas se suelen presentar en la última semana de octubre, con vistas a aprobarse en diciembre, y que así se puedan ejecutar y aplicar durante los 12 meses del año. Sin embargo, el Gobierno regional no empezará su tramitación en la Asamblea hasta febrero, lo que reducirá drásticamente el plazo de ejecución, siempre y cuando sean aprobados.
“Tardarían un par de meses en ser tramitados [si Vox acepta el proyecto sin extender la negociación]”, afirma una fuente parlamentaria, lo que haría que las cuentas no entraran en vigor hasta finales de marzo o principios de abril, como pronto.
¿Ha habido ya alguna reunión con Vox para acelerar la tramitación? “No”, aseguran en el partido de Rocío Monasterio, que espera que las conversaciones comiencen esta misma semana.
“¿Qué concesiones va a hacer Ayuso a la extrema derecha?”
PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos IU Madrid en Pie han reaccionado con críticas a que la aprobación de los Presupuestos de 2021 dependa, con toda probabilidad, de Vox. Al tiempo, Ángel Gabilondo, portavoz de los socialistas y ganador de las últimas elecciones, ha reclamado que las cuentas se basen en las conclusiones de la comisión para la recuperación e impulso de la actividad económica y social, en la que solo la formación de extrema derecha votó contra las conclusiones.
“Estimamos que lo que tiene que ser una referencia es el dictamen [de esa comisión], en el que todos los grupos, a excepción de Vox, hemos señalado las prioridades para salir de esta situación”, ha razonado Gabilondo. “Si se olvida ese dictamen, y se hace caso a Vox, el único que no lo ha apoyado, no será el mejor de los caminos”, ha advertido. “Parece llamativo que Cs y Vox puedan encontrar ahora espacios de encuentro”, ha ironizado sobre dos partidos que se han declarado mutuamente incompatibles en numerosas ocasiones.
La reacción del resto de partidos de izquierdas fue incluso más dura.
“Han tenido que pasar dos años y una pandemia para que Ayuso anuncie un preacuerdo de Presupuestos”, ha opinado Pablo Gómez Perpinyà, de Más Madrid. “¿Qué concesiones va a hacer Ayuso a la extrema derecha?”, se ha preguntado. “Mientras no aclaren si van a ser títeres de las exigencias de Vox, los madrileños seguimos sin Presupuestos en un momento tan acuciante como este”.
“Podemos anticipar que nos tememos que no van a ser unos presupuestos que sean una buena noticia para las familias trabajadoras de la Comunidad”, ha afirmado Sol Sánchez, de Unidas Podemos IU Madrid en Pie.
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