Un puente de diciembre “descafeinado”
Los comerciantes del centro de la capital se quejan de la falta de turistas extranjeros y nacionales
El puente de diciembre, el deseado anticipo de las fiestas navideñas, se presenta este año “descafeinado” para los madrileños y “muy flojo” para los comerciantes, que notan la falta de turistas extranjeros y nacionales durante estos días en los que, hasta este año, las aglomeraciones formaban parte de la tradición. Mientras que en 2019 la Policía Municipal repartía pulseras identificativas para que los niños no se perdieran durante este puente de la Constitución y de la Inmaculada, en el de este 2020, marcado por el coronavirus, suma 50 efectivos más para lograr evitar las aglomeraciones de personas, mientras el Ayuntamiento pide que se hagan visitas escalonadas al centro.
Además, la región permanecerá cerrada hasta el próximo 14 de diciembre, por lo que Madrid es para los madrileños durante estos días, lo que para algunos resta “ilusión” a estas fechas, pero para otros es “mejor” porque así se puede pasear con más tranquilidad y seguridad. Hay cosas que no cambian, como el gran árbol de Navidad de la Puerta del Sol o su Belén, que aunque este año esté al aire libre —al igual que el de la plaza de la Villa— para Miguel y Aurora sigue siendo una visita imprescindible. “Venimos todos los años, pensábamos que éste no lo iban a poner, pero ya hemos visto que sí, aunque nos hubiese gustado verlo en otras circunstancias”, comenta Aurora, encabezando una larga cola de visitantes que recorre uno de los laterales de la Puerta del Sol.
Miguel describe el ambiente navideño de este puente como “un poquito más descafeinado” y nota mucho la falta de turistas, lo que agradece a la hora de pasear, pero confiesa que también echa en falta un poco más de gente porque “no es tanta Navidad, no es tanto puente”, comenta.
Tania y Conchi pasean por la calle de Preciados, como cada año durante estas fechas, y también ven el centro con “mucha menos gente” que otros años, detectan más presencia policial y más facilidad para hacer las compras porque el comercio “no está tan lleno como otras veces”, excepto en el caso de “los grandes almacenes”, concreta Conchi. Carmen, que ha venido al centro con Julio para “darle la carta a los Reyes Magos”, también percibe “un bajón de gente impresionante” que este año, además, “intenta no arrimarse”, sobre todo en los pasos de cebra, en los que “se nota mucho que la gente guarda la distancia”, detalla.
Comprar lotería
Comprar lotería también es tradición durante estas fechas, y aunque hay cola en casi todas las administraciones, no es igual que en años anteriores, como confirma Mireia, que acude como cada año a comprar sus décimos a Los Gordos, en la Puerta del Sol. “Hay menos gente que otros años, otros años nos hemos dado la vuelta porque hay colas kilométricas, ahora la gente está más comedida, está más en casa”, comenta desde una fila de una decena de personas, que aguardan la “suerte” de cara a 2021 ataviados con sus mascarillas y respetando las distancias.
Por la calle de Preciados la gente camina respetando las distancias, es fácil levantar la vista y ver a la Policía Municipal y también a personal del Samur, ya que hay unos 30 efectivos por la mañana y otros tantos por la tarde para garantizar la seguridad en la zona. Lo que ya no se puede ver ni escuchar este año es Cortylandia, una obligada cita navideña para los más pequeños. Este espectáculo, con 40 años de tradición, ha quedado suspendido estas navidades para evitar las aglomeraciones que generaba en la plaza del Celenque, este año con la única presencia de tres o cuatro obreros colocando un cartel de “Felices fiestas” en la fachada.
Sí ha logrado sobrevivir el mercadillo de Navidad de la Plaza Mayor, aunque al 50%, y al que van “todos los años” Almudena e Íñigo, que se alegran de haber podido venir también éste, ya que no lo tenían muy claro, y aunque han tenido que esperar una larga cola, celebran que de esta forma esté todo “bastante controlado”.
Tampoco se han ido los barquilleros que, con sus chulapas, venden sus productos en la Plaza Mayor. Uno de ellos es Julián Cañas, que pertenece a la cuarta generación, y afirma que este año y, en concreto, este puente, todo está “flojito” y lo achaca a la falta de turistas.
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