El 61% de los mayores en residencias de Madrid y el 30% de sus trabajadores da positivo en anticuerpos

El 61% de los mayores en residencias de la Comunidad de Madrid y el 30% de sus trabajadores tiene anticuerpos IgG (infección pasada) frente al coronavirus, según las 18.500 muestras serológicas recogidas por la Consejería de Sanidad en diferentes centros socio-sanitarios de la región. Así lo ha anunciado el consejero de esta área, Enrique Ruiz Escudero, en su visita al Laboratorio Regional de Salud Pública, donde se ha instalado uno de los siete robots de última generación para la realización de pruebas de la covid-19.

Estos son los primeros datos que arroja el estudio de seroprevalencia que está realizando la Comunidad de Madrid, donde ha habido casi 6.000 muertes oficiales por covid-19 entre las 474 residencias de mayores activas en la región. En el estudio se han tomado ya más de 18.500 muestras de las 70.000 previstas cuando haya finalizado ―50.000 de residentes y 20.000 de cuidadores― en 435 residencias de Madrid.

El objetivo es conocer el estado de residentes y profesionales y para ello se analizan los anticuerpos frente al coronavirus y se realiza un diagnóstico molecular, en el caso de resultados positivos. “Sirve para saber el estado inmunológico de los residentes y de los trabajadores de tal forma que los residentes IgG positivos tienen inmunidad para una segunda ola”, indican fuentes de la Consejería de Sanidad. “Un aspecto muy importante que se ha visto es que hasta el 15% de las PCR positivas tienen IgG positiva, es decir, que son pacientes que no tienen capacidad de infectar”, añaden.

Joan Ramon Villalbí, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y miembro de la Junta directiva de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), asegura que el hecho de que el 61% de los mayores tenga anticuerpos “da una indicación de lo grave que fue la penetración del virus en las residencias de la Comunidad de Madrid en la primera ola”. De cara a una segunda oleada, el doctor sostiene que la transmisión será menos potente si el virus vuelve a entrar en los centros. “En las residencias donde hay más gente que tiene anticuerpos hay que asumir que el virus circulará menos porque las personas con inmunidad es probable que no se infecten”, explica.

Sin embargo, Villalbí insiste en que aún se desconoce la duración de las defensas contra la enfermedad en las personas con anticuerpos IgG y, por tanto, recalca la importancia de las medidas preventivas contra el virus. “Si algo aprendimos dolorosamente en la primera oleada de la pandemia es que hay que intentar evitar que entre el virus en las residencias. En estos momentos hay bastantes casos de transmisión en varias comunidades y, en cambio, apenas ha entrado en las residencias, creo que esto es positivo y significa que aprendimos cosas del desastre”, afirma.

En cuanto al dato del 30% de trabajadores en los centros con anticuerpos, el experto considera que “no es una tasa muy alta”, pero que refleja que el virus entró “muy fuertemente” en marzo, abril y mayo, y que la transmisión sería “menos efectiva” ahora. Esto se debe, según Villalbí, a que han adoptado medidas como limitar el acceso a los centros, reducir los ingresos temporalmente o hacer pruebas previas. “En general todas tienen más mecanismos de protección, más equipos de protección personal ―mascarillas, guantes― y seguramente la higiene es mucho más extrema que hace unos meses para evitar la transmisión. La experiencia ha de ayudarnos a que no vuelva a pasar lo que pasó”, concluye.

Enrique Ruiz-Escudero ha puesto en valor que para conseguir esos datos se ha trabajado “de manera intensa mejorando sistemas informáticos, con más trabajadores y ampliando los turnos”.