El responsable de medicalizar residencias en Madrid admite que la atención fue insuficiente durante semanas
Carlos Mur de Víu reconoce que los mayores residentes estuvieron desatendidos en los días más mortíferos mientras duró la fallida "operación bicho"
Las residencias de Madrid quedaron sin apoyo médico relevante hasta el 6 de abril, según reconoce el alto cargo de la Comunidad de Madrid responsable de esa atención durante los días más mortíferos de la pandemia. Carlos Mur de Víu dice en una entrevista con este periódico que ese día comenzó un “plan de choque ordenado”, con la participación de Samur, Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, recursos humanos de los hospitales y profesionales de las mutuas de salud, entre otros. Más de 4.200 mayores habían muerto por la covid-19 en residencias hasta el día siguiente a esa fecha, mientras estuvo funcionando la “operación bicho”, un esfuerzo caótico e infradotado para curar a los ancianos enfermos mientras los hospitales denegaban ingresos. El plan fue dirigido por Cardio Líder. Detrás de esa marca sin entidad societaria estaba Encarnación Burgueño, la hija de Antonio Burgueño, el poderoso asesor medico de Isabel Díaz Ayuso.
Mur de Víu, que era director de Coordinación Sociosanitaria, niega que la razón por la que Cardio Líder dejó de prestar el servicio de medicalización en residencias el 6 de abril fuera el artículo que publicó EL PAÍS aquel día sobre Burgueño. “Tenían un voluntarismo importante pero evidentemente no era el de personas preparadas”, dice Mur de Víu al teléfono. “Vimos que había alternativas mejores para lograr la medicalización”.
Explica que hasta ese día no hubo suficiente personal para medicalizar las residencias. “Incluso los estudiantes de Medicina que eran reclutados acababan en hospitales”.
“Fue insuficiente (el apoyo a las residencias), pero insuficiente fue todo. Faltaba material de hospitales y recursos de todo tipo”, añade.
Como ha podido averiguar EL PAÍS, Encarnación Burgueño coordinó a 15 trabajadores sanitarios de una empresa privada de ambulancias, Transamed, que visitaron cerca de 200 residencias durante 12 días. Transamed entró en el esquema porque Burgueño les envió un contrato firmado por Mur de Víu.
A pesar de que reconoce la existencia del documento, Mur de Víu asegura que ni Cardio Líder ni Transamed tuvieron nunca un “contrato formalizado”. El documento fue firmado por él el 25 de marzo y autoriza a Transamed para “prestar sus servicios en la Gestión Integral de Crisis del Covid 19 en los Centros Sociosanitarios de la Comunidad de Madrid” de forma remunerada.
Según él, la dirección general del Sermas (Servicio Madrileño de Salud), no llegó a aprobar el contrato. “Nunca se realizó ningún abono a ninguna cuenta entre otras cosas porque la dirección general de Coordinación Sociosanitaria no tiene presupuesto”.
Admite que es injusto que Transamed haya trabajado sin cobrar ni ver su trabajo reconocido. Añade que Burgueño pudo provocar un malentendido. “Habrá que ver cómo se puede hacer. Entiendo el punto de vista de Transamed y si se tiene que hablar con ellos se hará”. Mur de Víu fue destituido el 13 de mayo, reemplazado por el geriatra Javier Martínez Peromingo. Ayuso elogió en un tuit su tarea durante la crisis: “Carlos Mur ha hecho un gran trabajo en las residencias de mayores, y es una de las personas que más ha contribuido para frenar la crisis en ellas. Este cambio –nada- tiene que ver con su trabajo; estamos renovando la Consejería y cuento con él”.
Carlos Mur ha hecho un gran trabajo en las residencias de mayores, y es una de las personas que más ha contribuido para frenar la crisis en ellas.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) May 13, 2020
Este cambio -nada- tiene que ver con su trabajo; estamos renovando la Consejería y cuento con él. https://t.co/LZJ00knqIQ
Encarnación Burgueño no quiso hacer declaraciones a este periódico. Su padre fue el promotor de la idea de medicalizar las residencias, una propuesta que hizo el 11 de marzo a la Comunidad. Pero niega a este periódico que su hija estuviera medicalizando las residencias gracias a él. “En algún momento contactaron con la Comunidad viendo el agobio que se tenía. Alguien me lo dijo”, asegura. “Cuando salió en el periódico dejaron de hacerlo pero no sé por qué. Era legítimo. Si además consiguieron algo eficaz deberían reconocérselo en el cuadro de honor de la pandemia”.
¿Conoces casos de discriminación o irregularidades en una residencia de la Comunidad de Madrid? Contacta con los reporteros de la sección de Madrid fpeinado@elpais.es o jdquesada@elpais.es o mándales un mensaje por Twitter a @FernandoPeinado o @jdquesada
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