La Falange quiere echarse a la calle, pero el Gobierno le pone freno
El partido de extrema derecha recurre la decisión de la Delegación del Gobierno que les prohíbe concentrarse el sábado
La Falange, el partido español de extrema derecha, comunicó el 20 de abril a la Delegación del Gobierno que se manifestaría el sábado 2 de mayo en Madrid pese al estado de alarma decretado para frenar la pandemia del coronavirus. Primero se reunirían en la Plaza de la Lealtad y más tarde marcharían hasta la sede del Ministerio de Sanidad para protestar por la gestión de la crisis llevada a cabo por las autoridades. La delegación prohibió la concentración el lunes, pero Falange presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid cuya vista oral se celebró este miércoles.
El edificio del juzgado estaba casi vacío. La actividad judicial está suspendida, salvo para procedimientos especiales como este. Los miembros del tribunal llevaban guantes y mascarillas. En el estrado había colocado un cubículo de cristal que nadie usó para protegerse del resto. Manuel Andrino, el presidente del partido, entró por la puerta con un pin de la bandera de España en la solapa, rematada con un crespón negro. Se sentó en primera fila. Su abogado argumentó en la sala que el estado de alarma no limitaba el derecho de expresión ni el de reunión. A su entender, limitar el evento es una intentona por parte del Gobierno de “silenciar las opiniones contrarias".
El representante de este partido minoritario sin representación política en las instituciones, que conmemora cada 20 de noviembre la ejecución de José Antonio Primo de Rivera, la misma fecha de la muerte del dictador Francisco Franco, aseguró que la organización del partido se encargaría de que los asistentes guardaran entre ellos un mínimo de dos metros y portaran mascarillas. El abogado intentó mostrar con su móvil el vídeo de unos enfermeros que protestaban en la puerta de un hospital como prueba de que algunas manifestaciones espontáneas se estaban produciendo, pero el presidente del tribunal se lo denegó y le dijo que no tenía relevancia alguna.
El resto de falangistas que se acercaron a seguir la vista también lucían la bandera enlutada. Se sentaron en bancos distintas del público por orden del oficial de sala. El poder de convocatoria del partido es muy menor, apenas ha tenido difusión en redes sociales, pero sus representantes encararon la vista como si se dirimiera un asunto fundamental cuya decisión pondrá a prueba la salud de la democracia. La sala, en la tercera planta, tenía una decoración recargada, con dos columnas de forja que la dividían en dos. A un lado el público, al otro sus ilustres señorías enmascarados. De un perchero, junto a la pared del fondo de la sala, colgaban las togas que llenarán de sentido de la trascendencia otros procedimientos.
El abogado del Estado respaldó la decisión de la delegación argumentando que prevalecen las medidas de urgencia del Gobierno. El fiscal, en la misma línea, dijo sin rodeos que el recurso del partido “no tenía sentido”. El abogado falangista se ofendió y enarcó las cejas. La fiscal le ofreció un motivo de peso: “Esta limitación se justifica en la imperiosa necesidad de no expandir el virus”.
Andrino, a la salida, dijo que él solo quiere manifestarse y dejar patente que la gestión política de la pandemia, “de un lado y de otro”, ha sido “nefasta”. “Van a esperar a que llegue el verano y la gente lo olvidará. Los muertos están ahí pero ya son menos muertos y el tiempo lo cura todo. Se desinflará la protesta”. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha desestimado finalmente este jueves el recurso presentado por La Falange, un partido de corte falangista pero no franquista, según su ideario, al entender que hay que evitar la propagación del coronavirus.
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