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Entre la calle y la casa: los porteros y conserjes trabajan para evitar que el virus llegue a los vecinos

Los empleados limpian exhaustivamente el portal y hacen la compra de los más mayores

Hipólito Díaz, portero de la calle de Magallanes, en Madrid.
Hipólito Díaz, portero de la calle de Magallanes, en Madrid.David Expósito

Utilizar el ascensor de uno en uno, reducir al mínimo imprescindible los pedidos o suspender la celebración de juntas generales son algunas de las recomendaciones que el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid) ha enviado para evitar la expansión del coronavirus a las comunidades de propietarios, en las que viven el 80% de los ciudadanos madrileños.

Estas normas incluyen también a los porteros y conserjes que siguen trabajando pese al virus. Juan Sempere, vocal del CAF, considera que su labor resulta “indispensable” en esta situación. “Estamos notando que al estar las personas en casa hay un incremento de la producción de residuos y es muy importante que estén ahí”, afirma.

Mariluz Hernández, conserje en un portal del distrito de Chamberí, va a seguir yendo a trabajar. “Aquí vive gente mayor, no los puedo dejar solos", cuenta. Esta mañana, relata, ha ido casa por casa para preguntar si alguien quería que le comprara el pan, ha salido del edificio y ha vuelto con una barra para cinco casas. Jesús Morales, portero desde hace nueve años en el barrio de Salamanca, también se ha centrado en ayudar a la población de riesgo de su comunidad. Estos días, ha salido a comprar el periódico, pan, papel higiénico, pan de molde, champú o incluso un cocido de un restaurante cercano para las personas mayores de su edificio. “En cuanto se decretó el estado de alarma, les llamé al telefonillo para que supieran que me podían pedir cualquier cosa que necesitaran”, cuenta.

La empresa Grupo Fergo, que garantiza servicios de conserjería 24 horas en Madrid, también sigue trabajando con el mismo horario y sin ayuda de ningún tipo. “En el momento en el que los conserjes dejemos de trabajar esto va a ser un caos”, sostiene un portavoz de la compañía. Los empleados no cuentan con mascarillas ni guantes: “Estamos buscando por nuestra cuenta, incluso en Amazon, pero no hay nada en ningún lado”, lamenta. Esta falta de material, según el portavoz, provoca las quejas de clientes y vecinos. Aun así, acuden a trabajar porque temen las consecuencias que pueda tener no hacerlo. “Los conserjes también se quejan, pero qué vamos a hacer. Si ahora ellos no van a trabajar la empresa tendrá que tomar medidas y a la tercera falta se irán a la calle”, lamenta.

Cada uno se busca la manera de conseguir guantes y mascarilla. Morales, por ejemplo, se preocupó la semana pasada de pedirle provisiones a la clínica de podología contigua al portal. Ahora tiene en casa dos cajas de guantes y una de mascarillas. A Hernández, la comunidad le ha pedido que se ponga una mascarilla, pero no encuentra. “He pedido a una vecina que trabaja en una farmacia que me traiga una si puede", relata.

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La CAF también ha incluido medidas concretas para cuando hay casos de vecinos contagiados en el edificio. Así, el material desechable utilizado por la persona enferma y sus cuidadores (guantes, pañuelos, mascarillas), el equipo de protección individual del personal sanitario (excepto gafas y mascarilla) y cualquier otro residuo del paciente se ha de eliminar en el cubo de basura dispuesto en la habitación y más tarde en el contenedor dispuesto a este fin. Los porteros consultados para este reportaje aseguran que, en caso de haber un caso positivo o con síntomas claros en el edificio, avisarían al resto de vecinos.

Sempere asegura que es la propia comunidad de vecinos la que debe dotarse del material necesario y que la CAF se esfuerza para conseguirlo. “Yo mismo he recorrido montones de establecimientos buscando sobre todo guantes y mascarillas, buscando favores de propietarios que a lo mejor tenían más facilidad para acceder a ellos y es muy complicado, no hay en ningún sitio”, comenta. El resto de normas, en su opinión, se cumplen sin problema excepto por la resistencia que han encontrado por parte de algunas comunidades a la hora de cerrar las áreas comunes como gimnasios, zonas infantiles o pistas de pádel. Entendemos que lo mismo que el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid clausuran en la calle todos los parques infantiles, cierran el Retiro y todo ese tipo de elementos, en las comunidades de propietarios es exactamente igual”, explica.

Algunos de los porteros y conserjes ya habían tomado medidas por sí mismos, como limpiar manillas y botones con alcohol o pedir a los vecinos que no cojan el ascensor juntos. Normas, en palabras la portera Hernández, de “sentido común”. Respecto a la paquetería, en la que todos han notado un descenso drástico (de diez de media un día normal, a uno o dos este lunes), algunos han procurado extremar la precaución. Hipólito Díaz, portero también en Chamberí, ha adaptado una precaución personal: lavarse las manos cada vez que coge un paquete.

De momento, los porteros y conserjes seguirán trabajando. La CAF ha comenzado a enviar los certificados de desplazamiento que demuestran que tienen que acudir a sus puestos de trabajo sin que puedan ser multados por la policía. “Creemos que es importantes darles seguridad y respaldo”, dice Sempere. Sin embargo, Hernández, se siente desprotegida. Ella (al ser conserje, no portera) no vive en el edificio y tiene que desplazarse desde su domicilio hasta donde trabaja: “Mi problema es que no sé si me puede pasar algo por la calle, si me van a multar aunque vaya a trabajar. Estoy perdida".

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- Todas las medidas contra el coronavirus en Madrid

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