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Cuando el maquillaje pinta las emociones

La mexicana Hebe Álvarez ha creado Beautiful Heart, unos talleres que buscan conectar las sensaciones de las mujeres y mejorar su autoestima a través pintalabios y máscaras de pestañas

La empresaria Hebe Álvarez, de Beautiful Hearts.
La empresaria Hebe Álvarez, de Beautiful Hearts.Bárbara Sánchez Palomero
María Porcel

El maquillaje se acumula, ordenado pero invasor, en la casa y a la vez oficina de Hebe Álvarez en Vallecas. Esta mexicana nacida en Monterrey, Nuevo León, hace 39 años, está rodeada por montones de barras de labios, correctores, bases de maquillaje y media docena larga de máscaras de pestañas. Pero, al contrario de lo que se pueda pensar, el objetivo de Álvarez no es solo hacer sentir físicamente bien a las mujeres que se sientan con ella —inmensa mayoría femenina, como constata ella misma y quienes acuden a su coqueto piso vallecano—, sino lograr que esa belleza sea el cable para unir sus emociones. Hacerlas crecer a base de pinceladas. Pero que esas brochas no solo saquen el rubor, sino también a la niña que llevan dentro, o a la profesional que buscan proyectar, o que les ayuden a ser más positivas.

Explica lo que logra Hebe con sus pinturas y con las emociones es tan complicado y tan sencillo a la vez como su acento, que también junta los “tía” y los “¡joder!” con ese deje dulce y fuerte de México. Para lograr captarlo están sus talleres, su método, llamado Beautiful Heart, que imparte en Madrid tanto de forma particular como a grandes empresas, su principal objetivo. Solo lleva unos cuantos meses haciéndolo, pero no es ninguna novata. “He dado conferencias para Procter&Gamble de estrategia comercial y cosmética emocional; impartí un curso conectado con las emociones para el personal de Dolce&Gabbana; y también otro para unas farmacias”. Más de medio centenar de personas han pasado ya por ellos. ¿Hombres? “Pues solo uno... La verdad es que le gustó un montón, y como trabajé mucho tiempo en producciones para la revista GQ, cuido la piel para que tenga una forma bastante natural, quedó contento...".

Álvarez recaló en España desde México en lo que era una escala de un viaje iniciático... y se quedó por amor. Arrancó su método, pero se quedó embarazada y, durante tres años, se ocupó en exclusiva de la crianza de su hija, Lucía. La cuestión de lo emocional siempre está presente: “De los cero a los tres años es la edad más crítica, en la que se desarrolla el apego, la autoestima. No soy ninguna gurú ni loca de alguna, pero fue la decisión que tomé...”. Superada esa etapa, ha decidido volver a volcarse en esa conexión emocional para los demás. “Estos primeros meses estuve haciendo cursos de muestra, para reactivar. Estaba empezando una ronda de búsqueda por las empresas... Solo que ahora no sé si es viable con el estado de alerta, pero podría ser una asesoría online”, reflexiona por teléfono, buscando una salida a la crisis del coronavirus que, como a tantos, es para ella también un momento de inflexión personal.

Varias mujeres maquillándose en un curso de Beautiful Heart.
Varias mujeres maquillándose en un curso de Beautiful Heart.Bárbara Sánchez Palomero

Su curso es largo, de unas cuatro horas, a la par que divertido e incluso emocionante. Saca a las asistentes risas, lágrimas, carcajadas y vergüenzas. Las reconecta con su yo interior y anterior. Para empezar, reparte un pequeño cuaderno entre todas, 13 páginas que llenarán de recuerdos, ideas y conexiones entre la piel y el sentimiento. Hebe Álvarez busca reconectar: “De esa rutina que ya existe, hay que buscar que signifique algo más. Hay que usarla, transformarla en algo productivo”.

Uno de sus ejercicios, por ejemplo, ayuda a volver a unir con la niña interior de cada asistente, a la que se le pregunta qué mensaje le mandaría y cómo animaría a la pequeña que una vez fue. Otro, transversal durante toda la clase, es una tabla que combina estados de ánimo y maquillaje. En una fila hay que unir las preguntas: ¿cómo te sientes habitualmente? Y entonces, ¿cómo quieres verte? Y entonces ¿cómo te maquillas? La combinación es distinta según la sensación personal. Y ayuda a, en el momento en el que alguien se encuentre mal o no se sienta bien en su piel, vuelva a ese “Hoy quiero verme...” y utilice la imagen personal para darle una vuelta a su situación personal.

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Entre sus contenidos hay programación (y contraprogramación) neurolingüística o ayuda a la intencionalidad y la generación de opciones. Una metodología de la que tiene registrados los derechos de autor, como le han recomendado expertos e incluso empresas. Y del que ya se plantea escribir un libro. Quizá pueda darle un empujón con el encierro. “Había pensado hacer un libro sencillito, para difundir la idea. Pero me recomendaron hacer algo distinto, de mujeres líderes y de cómo el maquillaje les influye y afecta".

Uno de los cuadernos del curso de Beautiful Heart
Uno de los cuadernos del curso de Beautiful HeartM. P.

En el taller de Hebe Álvarez, el maquillaje pierde su carga automática, casi obligatoria, que enfrenta a muchas mujeres ante el espejo cada mañana. Ese cambio de rutina implica un cambio de actitud y una dotación de significado más personal. Un retomar el gusto por la pintura. Un experimentar placentero. Un cambio de hábitos que incluso afecte a la autoestima. “Ese es mi objetivo principal”, dice Álvarez. Y lo aprendido, más allá de una bonita sesión de maquillaje, se queda con una. Se lleva a casa. “Hay que dar a entender que esto es como un bootcamp de cinco horas para reactivar”, cuenta la mexicana. "Para ver cómo impacta lo personal en lo laboral. Y cómo el maquillaje, la imagen, tienen un trasfondo”.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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