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El inabarcable tráfico de cocaína en Galicia: récord de aprehensiones y más narcosubmarinos

Los operativos policiales se suceden para intentar contener el movimiento de cargamentos: 11,5 toneladas en lo que va de año

Tráfico de cocaína en Galicia

Los narcos no dan tregua en Galicia a la policía. Aunque no se han alcanzado todavía las cotas de hace 20 años, cuando las incautaciones de cocaína marcaron máximos históricos, la comunidad vive una oleada de cargamentos, 11,5 toneladas en lo que va de 2025 (10,5 en todo 2024) con un valor que supera los 800 millones de euros, y la llegada de más narcosubmarinos, que han podido ser interceptados gracias a una eficaz colaboración entre agencias antidroga internacionales. Un intercambio de información cuya principal prioridad en esta batalla inabarcable contra los narcos es contener la entrada de alijos a través del Atlántico.

A dos meses de cerrar el año, y con la previsión de que el consumo en las fechas navideñas dispare aún más los envíos de droga, el ritmo de incautaciones ha crecido hasta alcanzar una media de casi una tonelada de cocaína al mes, tanto en alta mar como en tierra o puertos comerciales como el caso de Vigo. La dársena viguesa de contenedores se ha convertido en un quebradero de cabeza y una alerta constante para los agentes encargados de supervisar las mercancías y detectar la droga que viaja oculta en toneladas de productos legales que se envían principalmente desde Latinoamérica.

Con los narcosubmarinos como el medio más indetectable de transporte, cada aventura de los narcos tiene ahora más posibilidades de triunfar. La llegada de estos navíos de construcción rudimentaria a Europa coincide con un ciclo de superproducción de cocaína en Colombia, el principal proveedor, y la cifra de apresamientos es un mínimo porcentaje del total de alijos que se estima que circundan el océano, según la policía. Dos de estos narcobarcos alcanzaron las costas gallegas en 2025, y los indicios apuntan a que muchos de los alijos que se han incautado en alta mar o en tierra se han enviado en estos artefactos que luego son hundidos sin dejar pistas de su travesía.

“Estamos viendo mucha actividad de narcosubmarinos porque es el medio más rentable para las organizaciones. La inversión es menor y mayores las posibilidades de que la droga llegue a su destino, por eso la batalla es constante”, afirma Emilio Rodríguez Ramos, jefe del equipo GRECO de la Policía en Pontevedra. En este proceso globalizado del narcotráfico, el inspector subraya como un avance clave la colaboración internacional a través de los organismos de enlace que se han creado y en los que la detección de barcos por parte de EEUU y Reino Unido está resultando fundamental. Con todo, los medios tecnológicos son todavía insuficientes. “Necesitamos mucha más tecnología para entrar en los sistemas encriptados y eso también requiere la implicación de cada país”, añade Rodríguez.

La captura del primer sumergible con cocaína se registró en noviembre de 2019. La policía logró recuperar el barco con tres toneladas en su interior y detener a sus tres tripulantes. Desde entonces se han capturado otros tres, aunque se sospecha que puede haber muchos más en el fondo del mar. Dos de ellos aparecieron vacíos y flotando cuando ya se había desembarcado la droga. El último apareció el 22 de enero en aguas de la Costa da Morte, y el anterior se localizó en marzo de 2023 cerca del puerto de Vilagarcía (Pontevedra), en el interior de la ría de Arousa.

Pero la investigación internacional permitió a la policía asestar un contundente golpe a los narcos tras ser interceptada la llegada del cuarto sumergible el 13 de septiembre, en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), al norte de la ría de Arousa. Por primera vez se logró capturar en tierra la droga transportada por un narcosubmarino, 3.650 kilos de cocaína que habían sido alijados por varias planeadoras en una playa donde los agentes incluso fueron testigos del desembarco de los fardos. En la redada se detuvo a 12 implicados en la operación, entre ellos los tres tripulantes del sumergible.

Tres semanas después, otra operación internacional en alta mar permitió el abordaje de una lanzadera con 2,4 toneladas de cocaína frente a las costas de Lisboa. El cargamento, que iba a ser distribuido desde Galicia, fue interceptado por una patrullera de la Marina francesa cuando la tripulación se disponía a lanzarlo por la borda al ser sorprendidos por los disparos intimidatorios previos al abordaje.

Casi al mismo tiempo, otro alijo de cuatro toneladas de cocaína caía en manos del grupo Greco de la policía en una operación en alta mar en la que intervinieron agentes del GEO a bordo de un buque de la Armada Española. El mercante que traía oculto el cargamento, de bandera de Tanzania y procedente de Panamá, se dirigía al puerto de Vigo donde iba a desembarcar parte de su carga legal que servía de tapadera a una potente organización a la que hace meses se le seguía la pista. Los nueve tripulantes del mercante fueron detenidos.

Este pasado fin de semana, la Armada portuguesa apresó otro narcosubmarino cerca de Azores con 1,7 toneladas de cocaína, poca cantidad para la carga habitual que transportan estas embarcaciones por lo que se cree que había ya alijado una parte. Todavía se desconoce si su destino era Galicia y se está a la espera de que los cuatro tripulantes detenidos puedan desvelar algún detalle de la operación. En este contexto, otro de los factores de esta avalancha de narcóticos sigue siendo la superproducción y el stock de cocaína que, según los investigadores, está almacenada aguardando a que los precios, que han caído a la mitad en los últimos cuatro años, se recuperen.

Vigo, una ruta comercial para los narcos

Año y medio después de que la terminal de contenedores del puerto de Vigo inaugurara una nueva ruta comercial con Sudamérica para el transporte de fruta y pescado congelado, que ha reportado importantes beneficios económicos, las mafias de la cocaína han visto esta línea marítima como una oportunidad para abrir nuevos mercados. De hecho, las aprehensiones se multiplicaron en esta dársena con presencia de grupos de albaneses y belgas, integrados en el Clan de los Balcanes que controla el mercado de la cocaína en Europa y Latinoamérica a través de los principales puertos.

Operada por la compañía alemana Hapag Lloyd, la línea marítima con frecuencia semanal hace escala en puertos como el de Guayaquil (Ecuador), donde el embarque de cargamentos de cocaína lo convierten en uno de los enclaves del negocio del narco. La ruta también hace escalas en Colombia, Perú, Panamá y Costa Rica. Además de Vigo, la línea enlaza con Málaga, Valencia, Barcelona y tres puertos italianos, un intenso tráfico con un promedio estimado de 300 movimientos por buque de carga y descarga.

La presión policial en el puerto de Vigo ha obligado a Aduanas a aumentar los controles con métodos de IA para la detección de estupefacientes, sobre todo en contenedores. La vigilancia ha derivado algunos cargamentos hacia Portugal, principalmente Oporto, donde se han incautado alijos cuyo destino final era Galicia. La última memoria de la Fiscalía General del Estado, de octubre pasado, analiza la situación del tráfico de drogas en la comunidad gallega y menciona el puerto de Vigo como uno de los principales enclaves de la ruta de alijos procedentes de Sudamérica.

La Fiscalía de Pontevedra refiere las “notables incautaciones de cocaína en el puerto vigués” que se registraron en 2024 y subraya la imposibilidad de “vincular la sustancia con sus remitentes o receptores”. También incide en que las organizaciones del narcotráfico que operan en Galicia cuentan “con capacidad para detectar y anular los dispositivos de seguimiento y con la canalización de todas sus comunicaciones a través de aplicaciones de mensajería instantánea, encriptadas o no, para evitar cualquier seguimiento o escucha”. Así, hace una llamada a “la necesidad de revisión de la regulación del elenco de medidas de investigación tecnológica y a una mejor dotación de recursos ya disponibles de Inteligencia Artificial”.

La cooperación internacional es uno de los medios de investigación que está reportando más éxitos contra el narco, según reseña la Fiscalía de Pontevedra, que alude a la mayor cooperación entre las autoridades lusas y españolas. El intercambio de información permitió detectar una nueva fórmula en la ocultación de cocaína: fardos envueltos en piel de bovino. Aunque la droga llegó en contenedores a Portugal en septiembre pasado, el epicentro de la operación fue las Rías Baixas donde se detuvo a 19 implicados en esta red. El grupo había movido en dos envíos sucesivos al menos 2.332 kilos de esta droga empleando este novedoso método.

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