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Municipales gallegas: sorpresa en Ourense y ‘sorpasso’ del BNG al PSOE en Santiago

El alcalde ourensano, Gonzalo Pérez Jácome, sale reforzado del escándalo de los audios en los que hablaba de “dinero en b” y se convierte en primera fuerza. El Bloque supera al alcalde socialista en la capital gallega y puede liderar un tripartito

El alcalde Ourense y candidato a la reelección por Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome, sujeta un ramo de flores durante el seguimiento del escrutinio.
El alcalde Ourense y candidato a la reelección por Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome, sujeta un ramo de flores durante el seguimiento del escrutinio.Agostime (Europa Press)

Todos los resultados en Galicia quedaron eclipsados por la noticia de que Gonzalo Pérez Jácome, el controvertido alcalde de Ourense, líder de Democracia Ourensana (DO), lograba ser el candidato más votado en su ciudad. Atrás quedaba una campaña marcada por el escándalo de unos audios, que el alcalde dijo que estaban manipulados, en los que se oía la voz del regidor hablando de blanquear “dinero en b”. Fueron también las elecciones en las que saltaba y crecía otra polémica en el PP, la de las multas por exceso de velocidad (y la citación judicial por conducir a 215 kilómetros por hora) del coche oficial de José Manuel Baltar, el líder provincial de los populares, que en 2019 había propiciado el gobierno municipal de Jácome a pesar de haber sido la tercera fuerza. El resultado en Ourense refuerza a Jácome, que pasa de siete a 10 ediles; mientras que el PP conserva sus siete, el PSOE baja de nueve a seis; el BNG sube de dos a cuatro y Ciudadanos desaparece. Ninguna encuesta pronosticaba esta subida de DO, que no tiene garantizado el gobierno (la mayoría está en 14). El candidato popular en Ourense, Manuel Cabezas, dijo en la campaña que “jamás” llegaría a un pacto con Jácome, pero en Ourense nada está escrito: hace cuatro años Baltar necesitó intercambiar con él apoyos para amarrar la presidencia de la Diputación y esta vez vuelve a estar en sus manos.

En la capital de Galicia, Santiago, el resultado sí fue vislumbrado por alguna encuesta. La candidata del Bloque Nacionalista Galego, Goretti Sanmartín, rebasa en votos al PSOE, actualmente en la alcaldía, y aunque el PP sube de 8 a 11 no alcanza la mayoría absoluta (13) que le daría el bastón de mando. El veterano alcalde socialista, Xosé Sánchez Bugallo, comparecía al acabar el escrutinio para despedirse de la política (una decisión personal que ni el partido conocía) y anunciar su bendición a un gobierno progresista que lideraría la nacionalista. Sanmartín, con seis concejales igual que los socialistas, deberá buscar el respaldo no solo del PSOE sino de Compostela Aberta, con dos ediles.

Ana Pontón (izquierda) celebra con Goretti Sanmartín el resultado del BNG en Santiago en la comparecencia ante los medios esta mañana en la sede de la formación en Compostela.
Ana Pontón (izquierda) celebra con Goretti Sanmartín el resultado del BNG en Santiago en la comparecencia ante los medios esta mañana en la sede de la formación en Compostela.ÓSCAR CORRAL

El PP es la fuerza más votada en 191 de los 313 municipios gallegos; el PSdeG, en 80; y el BNG, en 21, aunque los resultados revelan que el “tsunami” de la derecha no alcanza con la misma intensidad la Comunidad Autónoma. Aquí, el PP aguanta, crece rotundamente en Lugo y Pontevedra, A Coruña y Santiago sin poder gobernar, conquista Ferrol con mayoría absoluta y con Pontevedra asume dos diputaciones, porque antes solo tenía Ourense. Los populares que se preguntaban si con el nuevo presidente en Galicia, Alfonso Rueda, iba a seguir siendo lo mismo quizás hayan despejado sus dudas. Es posible que la carga viral del efecto Feijóo, expresidente del Gobierno gallego, perdure en la era pos-Feijóo y se prolongue más allá de su marcha a Madrid. Al mismo tiempo ocurre que el PSOE baja en muchos lugares a la vez que el BNG sigue la carrera ascendente que le marcó su portavoz nacional, Ana Pontón, en los comicios autonómicos. Pero esto no acaba de ser del todo determinante en el desenlace de los 11 principales puestos de poder local: las siete ciudades y las cuatro diputaciones. Frente a la dinámica del resto de España, y Jácome aparte, la izquierda podrá volver a gobernar las urbes de Vigo, Santiago, A Coruña, Pontevedra y Lugo, mientras que retiene el gobierno de la provincia coruñesa y aspira a mantener el lucense.

En la ciudad de Vigo, casi nada nuevo bajo el sol, salvo que su alcalde dejará de ser presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias: Abel Caballero (PSOE) reedita su mayoría “absolutísima”, aunque a sus 76 años el exministro socialista descubre dónde está su techo y baja de 20 a 19 concejales. El PP experimenta una tímida subida, de cuatro a cinco, mientras que el BNG logra tres puestos, al sumar los dos que tenía la Marea de Vigo, que desaparece del Ayuntamiento. En A Coruña, la socialista Inés Rey podrá seguir al frente del Consistorio con 11 concejales a pesar de la subida del PP, que pasa de nueve a 12. Rey necesitará los cuatro ediles del Bloque, que sube de dos al tiempo que se extingue Marea Atlántica. En Ferrol, el popular José Manuel Rey regresa a la alcaldía después de perderla hace ocho años al conseguir la mayoría absoluta y en Lugo, el PSdeG de Lara Méndez y el BNG de Rubén Arroxo podrán repetir el bipartito al sumar ocho y cinco concejales frente al PP, que experimenta una gran subida pero con 12 representantes (dos por la desaparición de CS) se queda a las puertas de la mayoría. En Pontevedra, con el apoyo del PSOE, podrá seguir al frente el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores (BNG, 9 concejales) después de 27 años como alcalde, pese a la subida del PP (11 ediles).

Diputaciones

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A la espera de que se ratifiquen los resultados definitivos, el PP acariciaba esta madrugada el gobierno de la Diputación de Lugo, una provincia en la que, pasada la medianoche, la institución llegó a estar completamente en manos de los populares durante unos minutos. No obstante, el socialista José Tomé tiene opciones de seguir al frente de Lugo en manos del bipartito con el Bloque, a expensas de un centenar de votos que pudieron ser mal contabilizados en una mesa del Ayuntamiento de Castro de Rei. También en la Diputación la popular Candia se ha quedado a las puertas de la mayoría absoluta. En Pontevedra, sin embargo, el PP ha logrado su meta de hacerse con tres diputados más y conseguir la mayoría de 14, según anunció el presidente provincial del partido, Luis López, después de ocho años de mando socialista en la provincia gracias al enorme peso de Vigo.

En Ourense, el PP no ha logrado recuperar la mayoría absoluta que perdió hace cuatro años en la Diputación de Ourense. Ayer, su presidente, José Manuel Baltar, reconoció en una comparecencia con aire de derrota en compañía del candidato popular de la capital provincial que los resultados “no son los esperados”. El miércoles, Baltar tiene el juicio en Puebla de Sanabria (Zamora) que logró aplazar hasta después de los comicios, después de que la Guardia Civil le diese el alto por conducir a 215 kilómetros por hora en un coche del parque móvil de la Diputación de Ourense. Las subidas de DO y BNG dejan en el aire el destino del gobierno provincial, que el PP (a un escaño de la mayoría absoluta) ha presidido durante toda la democracia.

Aunque la fuerza más votada ha sido el PP, con 14 escaños, en la Diputación de A Coruña el actual presidente socialista, en el cargo desde 2015, Valentín González Formoso —también secretario general del PSdeG—, podrá seguir al frente. Los socialistas repiten sus 11 representantes, el BNG sube a cuatro porque se hace con el acta que ostentaba Marea Atlántica y Alternativa dos Veciños mantiene su único escaño.

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