El Tribunal Superior ordena repetir el juicio a Ana Sandamil por la muerte de su hija Desirée
La lucense fue condenada a prisión permanente en febrero, tras el veredicto del jurado que vio probado que había asesinado a la niña de siete años mientras dormían en la misma cama
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha declarado nula la sentencia de la Audiencia Provincial de Lugo que condenó, de acuerdo con el veredicto del tribunal del jurado, a prisión permanente revisable a Ana Sandamil, una vecina de Muimenta (Cospeito, Lugo). El pasado mes de febrero, el tribunal popular consideró probado que la mujer, de 45 años, asesinó a su hija de siete en mayo de 2019, cuando se encontraba “durmiendo con ella en su habitación y, probablemente, adormilada por la trazodona que le suministró”. Según la sentencia dictada a continuación por la magistrada Ana Rosa Pérez Quintana, Desirée Leal Sandamil careció de cualquier posibilidad de defensa debido a la “absoluta desproporción” entre la madre y la pequeña, atacada mientras dormía. La vecina de Cospeito condenada a la pena máxima y su víctima pernoctaban en la misma cama desde que la menor era un bebé. La niña llegó a despertarse y trató de luchar para salvar su vida, como concluyeron los forenses por los signos de lucha y la sangre en sus uñas. Pero según el fallo judicial ahora anulado, Desirée, que al día siguiente, viernes, iba a pasar el fin de semana con su padre, expareja de Sandamil, probablemente se encontraba “adormilada” con antidepresivo disuelto en agua.
La Sala de lo Civil y Penal, que ha estimado el recurso de apelación interpuesto por la defensa de la condenada, ordena en un fallo del pasado día 16 la devolución de la causa a la Audiencia Provincial de Lugo para la celebración de un nuevo juicio con diferente tribunal. Los magistrados concluyen que la resolución carece de motivación en un “elemento esencial”: la determinación del grado de imputabilidad de la acusada. Así, explican que esa cuestión es “el verdadero caballo de batalla de la causa”, habida cuenta de que, “al margen de determinadas circunstancias, de todo punto inocuas”, la acusada dio muerte a su hija. El TSXG indica que el tribunal del jurado consideró probado que “el trastorno psicótico no especificado y/o trastorno de la personalidad de tipo mixto que tenía diagnosticado la acusada, afectaba parcialmente a sus facultades mentales y no de forma importante y, por tanto, a su capacidad para comprender la ilicitud del hecho y/o a su capacidad de autocontrol y autodeterminación para actuar conforme a dicha comprensión”. Esa conclusión del jurado, considera ahora el Tribunal Superior, “simplemente se tiene por cierta con la siguiente mención: ‘Basado en los informes de la pericial conjunta de Psicología y Psiquiatría”.
Sandamil fue considerada por el jurado autora de un delito de asesinato, con la agravante de parentesco y una circunstancia atenuante analógica de alteración mental o psíquica insuficiente para salvarla de la pena máxima.
La sala señala que la propia sentencia de la Audiencia Provincial “reconoce la dificultad que presenta la decisión sobre la posible concurrencia de causas que podrían determinar la apreciación de una circunstancia modificativa de la responsabilidad”. De hecho, la magistrada apunta en su resolución de hace nueve meses: “el jurado fue informado, en presencia de las partes, de la trascendencia jurídica de sus decisiones, siempre limitando su apreciación a los hechos justificativos de las eventuales circunstancias, con indicación de su obligación de despejar la posible duda en la forma más favorable a la acusada. Optó por la mínima afectación de facultades”.
El jurado “simplemente opta”, pero “no motiva su decisión, no especifica el porqué de su elección”, reprocha el TSXG. Los magistrados inciden en que “no puede admitirse como suficiente la referencia genérica, acrítica, en bloque, a la prueba pericial psicológica y psiquiátrica, precisamente por la complejidad que entraña y su falta de univocidad”. Para la Sala de lo Civil y Penal basta la lectura de la sentencia para comprobar cómo no hubo un solo criterio sobre la imputabilidad de la acusada, “sino que existieron opiniones encontradas que habrían exigido, o exigen, un grado de motivación, siquiera sucinto, breve o compendioso, para fijar o comprobar la racionalidad de la decisión”.
Uno de los tres magistrados discrepa
A juicio de una doctora, según la sentencia condenatoria de febrero, la acusada presentaba un trastorno mental severo de tipo psicótico, constitutivo de una anomalía grave de sus facultades intelectivas y volitivas. “La sentencia afirma que ese informe psiquiátrico y su explicación en juicio no fueron convincentes para el jurado, sin embargo, nada de eso dijo el jurado o, cuando menos, no justificó por qué no era convincente”, un, “dato esencial” para los magistrados. “Un pronunciamiento inmotivado es arbitrario, por más que pueda ser acertado”, recalca el Superior, que aclara que a la hora de resolver el recurso de apelación presentado por la acusada no decide “sobre el acierto de la decisión, sino sobre el modo y manera al que se ha llegado a la decisión que se plasma en el veredicto y, finalmente, en la sentencia”. Contra esta resolución no cabe recurso.
La sentencia del alto tribunal gallego cuenta con un voto particular en contra de uno de los tres magistrados que han revisado la sentencia de Lugo. Para José Antonio Varela Agrelo, el fallo de la Audiencia Provincial contiene “una explicación suficiente de la decisión adoptada en el ámbito de la imputabilidad, pues los jurados eran conscientes, por las explicaciones dadas, de la trascendencia de su decisión”. El juez afirma que la conclusión del jurado fluye de la prueba pericial conjunta, y considera que se mantuvo “solo un cierto matiz sobre el grado de afectación, coincidiendo todos en que es parcial, si bien la psiquiatra [la prisión de] Teixeiro lo califica de más significativo que sus compañeros”.
“El jurado tuvo que elegir entre cuatro posibilidades en relación con la patología padecida por la acusada, y lo hizo en el sentido de que concurría una afectación parcial, que no limitaba de forma importante su aptitud para entender y querer el significado de su acción”, indica Varela Agrelo. Para él, la opción elegida es “coherente con el resultado probatorio, del que resulta que su patología, que tuvo episodios delirantes, ni la padecía en el momento de los hechos ni tenía relación con la niña”.
En febrero, el jurado no necesitó más que un día, después de un juicio de más de una semana, para considerar probado que Sandamil había matado a su hija con sus propias manos, consciente de lo que hacía. Según relato de los hechos, primero trató de estrangularla y después le tapó la boca y la nariz hasta asfixiarla. Lo habría hecho con tanta fuerza que la abundante sangre que apareció dispersa por la escena del crimen procedía, según el forense José Luis Cascallana, perito del juicio, de la cara interna de los labios, aplastados contra los dientes. Tras matar a su hija, según recogía la sentencia, la condenada acudió al dormitorio de su madre y le comunicó que la niña había muerto (“Desirée morreu”, se dijo en el juicio). A continuación, Sandamil ingirió unas pastillas “a sabiendas de que no le provocarían la muerte”, indicaba la magistrada que presidía el tribunal, y acto seguido las vomitó.
Repetir el juicio es “inhumano” para el padre
José Antonio Leal, el padre de Desirée, no ve “sentido” ni “lógica” en el fallo del Tribunal Superior. Para el progenitor de la pequeña, que cuando la niña murió estaba tramitando un cambio en el régimen de custodia para poder estar más tiempo ella, tener que soportar una repetición del juicio es “inhumano” para un padre que perdió a su hija. “Fue juzgada por un jurado popular, con todas las pruebas y los indicios que había, incluso con declaraciones de psiquiatras y la Guardia Civil”, ha destacado en declaraciones a Europa Press. Leal ha insistido en que en la repetición del juicio volverá a pedir la prisión permanente revisable, porque para él “no tiene cabida otra cosa”: “Asesinar a una niña de siete años, indefensa, asfixiándola, con esta muerte horrible... No solo mataron a Desirée, sino que me mataron a mí con ella”.
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