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Cribado de ADN en Vigo para tratar de encontrar al culpable de la muerte de Déborah Fernández

El delito de asesinato prescribirá la próxima primavera, al cumplirse 20 años, si la investigación no se dirige contra ninguna persona antes de ese plazo

La hermana y la madre de Déborah Fernández-Cervera, Rosa Fernández-Cervera y Rosa Neira, esta mañana frente a la Comisaría de Vigo.
La hermana y la madre de Déborah Fernández-Cervera, Rosa Fernández-Cervera y Rosa Neira, esta mañana frente a la Comisaría de Vigo.EUROPA PRESS (Europa Press)

Un equipo de la Policía Científica ha recogido este martes muestras de ADN a las personas que voluntariamente han acudido a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Vigo después de que fuese citada una treintena para un cribado. La prueba forma parte de las diligencias autorizadas por el juzgado que investiga la muerte de la joven Déborah Fernández-Cervera Neira, desaparecida el último día de abril de 2002 y hallada muerta 10 días después en Viladesuso (O Rosal) al borde de la carretera de la costa que lleva a A Guarda. Según fuentes de la familia de la víctima, que tenía 22 años cuando fue supuestamente asesinada, a la convocatoria policial han acudido prácticamente todos los citados, familiares y personas próximas a la joven en aquel momento.

Entre las personas citadas, la primera en entregar su muestar ha sido la madre de la víctima, Rosa Neira, que ha manifestado a su salida de la Comisaría su esperanza de que se agilicen las actuaciones mientras el calendario corre en contra. El delito de asesinato prescribirá la próxima primavera, al cumplirse 20 años, si la investigación no se dirige contra ninguna persona concreta antes de ese plazo. En todo el tiempo en que el caso sigue sin resolver (con un archivo judicial, distintos magistrados y una decena de equipos policiales diferentes) nunca llegó a haber un imputado. Todos los avances que ha habido en los últimos años (los interrogatorios y los análisis de diversos objetos como un arcón congelador, unas mantas y el ordenador personal de la muchacha) se han debido a la lucha particular de la familia, no a la iniciativa de la fiscalía o del juzgado.

Como siempre que tiene la oportunidad de dirigirse a los medios, la madre de Déborah ha lamentado la lentitud con la que se están resolviendo las diligencias y ha puesto como ejemplo los resultados de los estudios biológicos realizados a partir de la exhumación del cadáver (otra iniciativa de los abogados de la familia), que todavía no han sido notificados. Rosa Neira ha reconocido que todo este proceso, con el archivo judicial de por medio y la reapertura a finales de 2019 (de nuevo por la presión familiar), “es agotador”. “Llevamos 20 años esperando”, ha lamentado, “pero somos marineros y seguiremos remando” hasta el final, ha prometido.

Una de las hermanas de Déborah, Rosa Fernández-Cervera, ha explicado que este cribado de muestras de ADN “servirá para descartar”. Los resultados se cotejarán con los restos biológicos que se hayan localizado en el cuerpo de la joven tras su exhumación, con la cuerda localizada al lado del cadáver y con dos pelos identificados en la mesa de la autopsia inicial. Al igual que su madre, ha expresado su deseo de que el análisis de estas muestras y los cotejos se puedan hacer “a tiempo” porque, si no, “no servirían de nada”. “Parece que al juzgado no le preocupa el plazo de prescripción”, ha criticado.

No obstante, Rosa Fernández-Cervera valora que se haya autorizado esta recogida de muestras y los cotejos porque, según explica, las muestras que se habían recogido hasta ahora solo se compararon con “el ADN introducido post-mortem” en el cuerpo de la víctima, semen que, según concluyó la policia en 2010, fue puesto en la vagina como pista falsa. El objetivo era desviar la atención del verdadero autor de la muerte, y quien lo hizo logró estancar durante ocho años cruciales la investigación.

Además de este cribado, el juzgado también ha acordado realizar nuevos interrogatorios y ha autorizado el estudio de varios vehículos que, según informaciones de los primeros días tras el crimen, habían sido vistos en la zona en la que desapareció Déborah Fernández y en el lugar, a 40 kilómetros de Vigo, en el que una mujer halló su cadáver. Estos vehículos fueron identificados en su día pero no fueron investigados policialmente.

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