La presión en el PSOE crece para que Gabilondo renuncie como diputado
El candidato está decidido a recoger su acta en la Asamblea de Madrid y no se plantea dimitir tras el fiasco del 4-M
La presión en el PSOE para que Ángel Gabilondo renuncie al acta de diputado en la Asamblea de Madrid, que se constituye el 8 de junio, crece conforme se asimila la debacle socialista del 4-M. El candidato no se plantea dimitir tras firmar el peor resultado de los socialistas en la región con 13 diputados y 275.000 votos menos de los que él mismo obtuvo en su victoria de 2019. José Manuel Franco, secretario general del PSOE de Madrid, rechazó dimitir en la reunión de la ejecutiva regional de este miércoles. Miembros relevantes de la lista electoral son partidarios de la dimisión en bloque de la dirección de Madrid y una gestora hasta el congreso de otoño.
El PSOE de Madrid se ha zambullido de lleno en las luchas intestinas que le han valido fama nacional. La incredulidad por la debacle del martes, en la que Más Madrid rebasó a los socialistas por la izquierda y se erigió en el nuevo referente de la oposición, ha dado paso a la última reedición de las rencillas tradicionales entre las diferentes familias, clanes y subclanes de una federación con fama de ingobernable. Mientras la tensión por el fiasco electoral y la búsqueda de responsabilidades volvía a abrir en canal a los socialistas, Mónica García cogía carrerilla para las elecciones de 2023. La candidata de Más Madrid tuvo un acto en Orcasitas, en el distrito obrero de Usera, en el que defendió “otro tipo de política” y “una alternativa decente que ponga Madrid en el centro”.
La espita la abrió Gabilondo pasada la una de la tarde. Frente a las voces al alza pidiendo que dé un paso atrás para facilitar la construcción cuanto antes de un nuevo proyecto alternativo al de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de 2023, su equipo informó de que su propósito permanecía inalterable: recoger el acta de diputado y seguir trabajando en la Asamblea de Madrid. En ningún caso dimitir.
Gabilondo se reafirmó así en contra del sentir creciente en la federación madrileña. Pero también en Ferraz, e incluso entre sus afines. “Tiene que haber un gesto tras lo que ha pasado. No podemos actuar como si no hubiera pasado nada”, opinaba un significado miembro de la lista electoral. “Su presencia en la Asamblea nos dejará en una situación imposible. Si es el portavoz daremos la imagen de que no hemos reaccionado, y si no lo es Ayuso le utilizará para desgastar a quien asuma la portavocía”, apuntaba un dirigente que guarda una buena relación con Gabilondo desde que encabezó la candidatura del PSOE en las elecciones de 2015.
Sin embargo, varios secretarios generales de agrupaciones se mostraban partidarios de la continuidad de Gabilondo en la Asamblea. Según sus defensores serviría para que el PSOE tuviera tiempo de recomponerse. Para hacer una transición ordenada, argumentaban, cabría la posibilidad de que Gabilondo fuera presidente del grupo parlamentario. Se trata de una figura que siempre han tenido los socialistas, salvo esta legislatura. Pero en ningún caso podría seguir siendo el portavoz, subrayaban dichas fuentes. El banquillo no es profundo y las opciones se reducirían a Hana Jalloul, número dos de la candidatura, o Juan Lobato, número cuatro.
La exsecretaria de Estado de Migraciones cuenta con el respaldo de Sánchez, aunque no tiene peso orgánico. Lobato, que antes del arranque de la campaña dimitió como alcalde de Soto del Real, sí conoce mejor los entresijos del PSOE madrileño, una federación con fama de indómita. Lobato es uno de los nombres que se manejan para la renovación en la cúpula autonómica del partido. De hecho ya se presentó a las primarias de 2017, en las que se impuso Franco. A seis meses del congreso regional, una de las poquísimas certezas en el PSM es que nadie reúne el poder orgánico suficiente para plantear una alternativa a lo que Sánchez decida para la federación a la que pertenece.
Entretanto, el colosal desastre de los socialistas el 4-M seguía este miércoles sin tener ningún responsable. A diferencia de Pablo Iglesias, que dimitió la misma noche electoral —Unidas Podemos creció en tres escaños y 80.000 votos—, en el PSOE nadie presentó su renuncia. Los críticos que exigieron la asunción de responsabilidades en la ejecutiva regional que se celebró por la tarde —entre ellos había cuadros que se quedaron fuera de la lista electoral— no vieron cumplidas sus expectativas. El responsable de la federación madrileña y secretario de Estado de Deportes, José Manuel Franco, se reafirmó en el cargo, según trasladaron fuentes del encuentro telemático a EL PAÍS. Su intención es continuar al frente de la federación hasta el congreso regional en otoño. Franco se mostró partidario de “cambiar equipos” y tomar medidas “drásticas pero sosegadas”.
La alcaldesa de Alcorcón, Natalia de Andrés, y el de San Fernando de Henares, Francisco Javier Corpa —los dos únicos regidores de una dirección formada por medio centenar de integrantes—, pidieron según fuentes de la reunión la dimisión en bloque de la ejecutiva, la formación de una gestora y un congreso extraordinario sin esperar al otoño. Otros intervinientes cuestionaron la estrategia seguida en la campaña.
Izquierda Socialista, una corriente minoritaria dentro de la federación madrileña sin la pujanza del pasado, requirió la dimisión de la ejecutiva regional al considerarla “sujeto activo de este fracaso histórico, aunque no sean los únicos responsables del mismo”. Su comisión permanente madrileña también reclamó a Gabilondo que renuncie al acta de diputado “iniciando así, con su gesto, un proceso de renovación de cargos y de políticas tan necesario para los socialistas pero sobre todo para la ciudadanía”.
“Una derrota que no esperábamos”
En Ferraz no contemplan en principio una gestora. A lo que sí se abren, con mayor o menor disimulo, es a profundizar la renovación emprendida en la lista electoral. “Hemos sufrido una derrota que no esperábamos”, reconoció la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, que llamó a la reflexión y la autocrítica tras la derrota “sin ambages” del 4-M. “Los socialistas de Madrid tienen en estos dos años una doble tarea: ejercer el liderazgo de la oposición con responsabilidad para que culmine la vacunación con orden y se acometa una recuperación económica que beneficie a quienes más lo necesitan. Y también, poner a punto y renovar nuestra organización de cara a las elecciones ordinarias previstas para dentro de dos años”, señaló José Luis Ábalos, ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, la noche electoral. “Tenemos dos años por delante para construir la alternativa progresista que Madrid necesita. Sabremos aprovecharlos. Y nos ponemos a ello desde este mismo momento”, apostilló el número tres del PSOE tras seguir desde Ferraz la comparecencia sin preguntas de Gabilondo.
“Obviamente los resultados no son buenos y no los esperábamos. Confiábamos que hubiera podido abrirse paso lo que planteábamos y esto no ha sido así”, reconoció Gabilondo en el hotel, a 500 metros de la sede del PSOE, en el que siguió el desenlace de la noche. Entre la treintena de miembros de la lista y cargos del partido que le acompañaron —algunos evitando el tiro de cámara para que, a diferencia de lo que buscaban durante la campaña, no se les viera cerca del cabeza de cartel—, había quienes esperaban que Gabilondo anunciase su renuncia al escaño esa misma noche. No fue así. “Analizaremos, reflexionaremos, veremos qué es lo que podemos hacer para dar mejor respuesta a lo que quiere la sociedad de Madrid, pero ha sido un orgullo, y sigue siendo un orgullo estar representando al PSOE”, concluyó el candidato socialista las últimas tres elecciones autonómicas.
Uno de los temores en la sede del PSOE y también en La Moncloa es que la falta de una respuesta contundente termine concentrando todas las miradas en Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas se implicó personalmente en el diseño de las listas. También se decidió al máximo nivel la estrategia de campaña, que pasó de intentar disputar el voto de Cs a un viraje abrupto favorable a pactar con Iglesias después de cerrarse a esa opción durante toda la precampaña y la primera mitad de la campaña. La dirección del PSOE de Madrid apenas tuvo margen de maniobra. “Sencillamente, nos dejamos llevar”, sentencian en su ejecutiva.
En medio de este escenario volcánico, el PSOE seguía en estado de shock por un resultado que nadie preveía. Los trackings electorales internos llegaban a dar a los socialistas por delante la víspera de la cita con las urnas, después de cuatro días en lo que según los datos que se manejaban los bloques de izquierda y derecha estaban empatados. El contraste no podía ser mayor con las encuestas que manejaban en el PP. Al final, estas fueron las acertadas. El PSOE afrontó el momento decisivo de la campaña con unas cartas de navegación muy alejadas de la realidad. Y de ganar las elecciones de 2019 siendo primera fuerza en 109 de los 179 municipios de Madrid quedó relegado por detrás de Más Madrid y solo fue el partido más votado en Fuentidueña de Tajo (2.000 habitantes) y El Atazar (100).
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