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Feijóo, protagonista por incomparecencia en el plató

Sánchez lo citó en 40 ocasiones, Díaz en 20 y Abascal solo en 8. Vox, que inventó el lema de “la derechita cobarde”, evita enfrentarse a su potencial socio de Gobierno

Natalia Junquera

Cuando Alberto Núñez Feijóo declinó participar en el debate de los cuatro principales candidatos convocado por RTVE quería evitar que la ciudadanía visibilizase la política de bloques, es decir, su alianza con Vox frente a la del PSOE y Sumar. El líder del PP consiguió el miércoles quedarse fuera del plano, pero no de esos 90 minutos de prime time donde Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal expusieron dos modelos de país encarnados por cuatro marcas políticas: tres presentes ante las cámaras y otra en diferido.

El gran ausente fue citado 69 veces durante el debate: en 40 ocasiones por el líder socialista; 21 por la candidata de Sumar y solo 8 por el presidente de Vox. Durante 90 minutos y tres bloques temáticos, Sánchez y Díaz actuaron como un tándem contra el bloque de la derecha y la extrema derecha, subrayando sus pactos previos y coincidencias. Decía el presidente del Gobierno: “Lo doloroso es que el PP y Vox se hayan puesto de acuerdo en…”; “Lo que está en riesgo con el PP y Vox…”; “Las derechas que quieren arrasar con los derechos...”. Y decía la vicepresidenta segunda del Gobierno: “Feijóo y Abascal representan lo mismo”; “Feijóo y Abascal quieren cargarse el diálogo social”; “El señor Feijóo, representado hoy por el señor Abascal…”. En una misión compartida, tan evidente que parecía coordinada con antelación, el líder del PSOE y la candidata de Sumar se afanaron en poner en evidencia la fusión de discursos de Vox y el partido ausente. Así, ambos recordaron los pactos de gobiernos bipartitos en Castilla y León, Comunidad Valenciana y Extremadura; los acuerdos en más de un centenar de ayuntamientos, y las declaraciones en las que ambas formaciones empiezan a tocar una música similar, como cuando Feijóo aludió al “divorcio duro” del cabeza de lista de Vox en las autonómicas valencianas cuando le preguntaron por la condena de este por haber maltratado a su esposa.

El presidente de Vox apenas aludió a Feijóo. Incluso se interpuso entre el ausente y sus enemigos comunes: “No me parece normal atacar a una persona que no está aquí para defenderse”, les recordó a Sánchez y Díaz en varias ocasiones. Ni siquiera cuando el candidato socialista intentó picarlo explicando los motivos que, a su juicio, explicaban la ausencia del líder del PP, reaccionó Abascal. “Una razón”, argumentó el presidente, “es que no puede hacerse cargo de la montaña de mentiras que vertió en el primer debate. La otra es que a Feijóo le da vergüenza comparecer con su socio. No es que le den vergüenza los votos del señor Abascal o sus políticas, que las asume. No es que le dé vergüenza gobernar con Vox, porque gobierna con Vox. Al señor Feijóo lo que le da vergüenza es aparecer con el señor Abascal. Por eso no está en ese debate”. El líder de la extrema derecha replicó con una risa algo forzada y cambió de tema.

El número de alusiones entre los contendientes resulta, además, elocuente sobre el estado de la competición electoral y a qué puesto aspira cada uno. Así, Díaz interpeló muchas más veces (82) a Abascal que Sánchez (62) porque es con Vox con quien se disputa el codiciado tercer puesto entre las fuerzas más votadas. Por ese mismo motivo, el líder socialista aludió a Feijóo, con quien se bate por la medalla de oro de La Moncloa, casi el doble de ocasiones (40) que Díaz (21).

Generalmente, los candidatos usan las campañas y especialmente los debates para marcar un perfil propio en el electorado que se disputan con otra marca y eso suele incluir críticas o ataques al afín. No fue el caso anoche y por ninguna de las partes. Sánchez y Díaz se interpelaron a menudo, para darse la razón y exhibir complicidad: “Como dice Pedro Sánchez…”; “Como ha explicado la vicepresidenta…”; “¿Verdad, Yolanda?”... La candidata de Sumar apenas lanzó dos leves reproches al líder socialista, para decir que elevar la edad de jubilación es una “línea roja” para la coalición que encabeza y cuando, refiriéndose a la aprobación de la ley de vivienda, la primera de la democracia y la última norma de calado de la legislatura, añadió: “Sí, Pedro, pero ha llegado tarde”. El presidente del Gobierno, por su parte, pareció reprobar la propuesta de Díaz de conceder una herencia universal de 20.000 euros a los jóvenes: “Estoy de acuerdo con Yolanda, pero hay que tener los pies en el suelo”.

También las alusiones de Vox al PP y a Feijóo fueron mucho más suaves ante el prime time de la televisión pública —donde querían atraer y no asustar a parte del electorado de los populares— que las intervenciones del partido en la última semana. Apenas algunas alusiones al viejo bipartidismo y un reproche a los pactos de Estado que el líder de los populares ofreció esta semana al PSOE. Vox, que inventó el eslogan de “la derechita cobarde” para referirse al PP, su matriz, no quiso pronunciarlo el día que el líder de los populares no se atrevió a acudir a un debate electoral a cuatro días de las generales.

Abascal también hizo distinciones a la hora de dirigirse a Sánchez o a Díaz. Al primero lo citó en 63 ocasiones y a la segunda en 34. En una estrategia que perseguía un perfil más moderado, distinto al habitual y consciente de que buena parte de la oposición a su programa tiene que ver con su discurso sobre la violencia machista y lo que llama “ideología de género”, el líder de Vox prefirió centrar sus ataques en el presidente del Gobierno. En el tramo final, no obstante, y después de que la candidata de Sumar le hubiese lanzado todo tipo de preguntas y peticiones —“¿Sabe cuántas mujeres han sido asesinadas por sus parejas en nuestro país?”; “Dígame una medida de prevención contra la violencia machista”; “Pida disculpas por decir que el asesino de la comerciante de Tirso de Molina era un inmigrante. Era de San Lorenzo de El Escorial”...— . Abascal perdió la paciencia y llegó a decirle a la vicepresidenta del Ejecutivo y ministra de Trabajo: “No se ponga tan agresiva, señora Díaz. Cálmese, por el amor de Dios. ¿Usted me va a dar órdenes a mí? Representa a la hoz y el martillo, el peor régimen de la historia de la humanidad junto al nazismo”.

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Recibe cada tarde el boletín Diario electoral, con el análisis de Ricardo de Querol, subdirector, y Luis Barbero, redactor jefe de edición.

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