“Si solo me dan un EPI, me voy a mi casa”
La Junta Electoral de Zona de Reus dictamina sobre las excusas de última hora en las mesas de 60 municipios
La oficina del decanato de los juzgados de Reus está esta mañana inusualmente animada para tratarse de un domingo y ser, apenas, las ocho y cuarto. Pero es jornada de elecciones y cinco funcionarios faenan entre papeleo y timbrazos del teléfono. “Llaman de Riudecanyes, todo bien por allí”, se escucha. “En Riudecols, igual”. “En Bellmunt del Priorat, todo correcto”. “En La Vilella Alta, también y la Baixa ya la teníamos controlada”. La Torre de Fontaubella, Cornudella de Montsant, Móra d’Ebre... Las confirmaciones se suceden y el hilo musical parece, por momentos, una especie de sorteo de lotería que persigue cantar cuanto antes el bingo que verificará que todas las mesas se han constituido sin vacíos.
“Desde aquí controlamos 60 municipios, un total de 286 mesas”, cuenta Diego Álvarez de Juan, el juez decano de Reus. En los días previos a este 14-F más de 1.300 excusas llegaron al decanato. Gente a la que le había tocado sentarse en una mesa electoral y que esgrimió motivos diversos para librarse. La mayoría lo ha logrado. “El volumen de admisión de excusas ha sido muy alto, apenas hemos recusado una cincuentena de casos”, informa el magistrado. El correo electrónico del juzgado recibió alegaciones hasta la tarde del sábado. Las dos últimas, una mujer que manifestaba impedimentos médicos y un hombre que es funcionario de L’Hospitalet de Llobregat y que esgrimía que este domingo le tocaba trabajar.
Queda poco para las nueve y es menester resolver incidencias de última hora. Una persona a la que le había tocado ser vocal en la escuela Ciutat de Reus llama diciendo que se ha pasado la noche en urgencias por una gastroenteritis. Podrá quedarse en casa, pero se le pide que mande certificado médico.
El juez es requerido al teléfono porque una mujer está contactando con la Junta Electoral para quejarse de falta de protección para los miembros de las mesas. “Si solo me dan un EPI me voy a mi casa”, indica desde el otro lado de la línea telefónica. Diego Álvarez de Juan le informa que los trajes de protección están pensados para ser usados solo en el tramo de siete a ocho de la tarde, franja reservada para que voten las personas que están bajo los síntomas del coronavirus. “Se queja porque quería ponerse el traje por la mañana y, luego, tener otro por la tarde, para cuando regrese de comer de su casa”, indica el magistrado, tras tratar de hacer razonar a su interlocutora. No hay acuerdo y la mujer, finalmente, se marcha para casa. Su plaza la ocupa un suplente y la Junta Electoral remitirá el caso a la Fiscalía para que incoe diligencias por la posible comisión de un delito electoral. Este tipo de infracciones se sancionan con una multa, pero conllevan, además, antecedentes penales. ¿Un buen abogado podría lograr la absolución alegando la eximente de miedo insuperable que prevé el Código Penal? “Más que un buen abogado, lo que sirve en estos supuestos es tener un buen argumento”, sentencia el juez decano.
Poco antes de las nueve y media se recibe una llamada esperada. Todas las mesas de la ciudad de Reus están constituidas, sin incidencias. Suspiros de alivio en la sala. “Es donde teníamos más temor, porque en los pueblos pequeños los ayuntamientos lo tienen más controlado y en los medios se ha hablado tanto de posibles incidencias que nadie quería salir como el que ha armado el número”, reconoce el magistrado.
En previsión de poder cubrir posibles ausencias en las mesas, la Junta Electoral de Reus había pedido a los ayuntamientos una relación de todos los colegios electorales y se les solicitaba, también, que detallasen qué distancia separa cada centro de votación. Diego Álvarez de Juan explica que la demanda respondía a poder movilizar a suplentes de un colegio a otro que estuviera falto de efectivos. “Por eso no dejamos a nadie que se vaya del colegio hasta que estén todas las mesas constituidas”, señala.
La aplicación informática que informa en tiempo real sobre el ritmo de composición de las mesas avanza datos más rápido que las llamadas de confirmación. “Están informando antes a la Generalitat que a nosotros”, se escucha en la oficina. Sin embargo, la espera es corta y pronto se obtiene la verificación de cada centro de votación. Las elecciones han arrancado sin incidencias.
”Que vayan igual de rápido con el escrutinio, que queremos plegar pronto”, suelta una funcionaria.
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