Robos de votos por correo y escolta para los carteros: la batalla electoral se recrudece en Melilla
Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil acompañan a los repartidores después de haber sufrido cinco asaltos en dos días, en los que se sustrajeron unos 80 sobres de sufragio por correo
Una casa, otra, otra y otra. El cartero tiene que pararse hasta en cuatro viviendas de una misma calle en el barrio de Reina Regente, uno de los más desfavorecidos de Melilla, para entregar la documentación del voto por correo en la mañana del jueves. Pero el funcionario no puede trabajar solo: dos agentes de la Guardia Civil acompañan al repartidor para evitar problemas. En lo que va de semana, más de 80 envíos de sufragios por vía postal han sido sustraídos en cinco ataques coordinados. Los asaltos son solo la punta del iceberg de una trama de compra y venta de votos instaurada en la ciudad autónoma desde hace años. Una “mafia”, aseguran desde la Policía Nacional, cuyas acciones se han recrudecido este 2023 en comparación con comicios anteriores, tanto en su volumen como en su virulencia. Porque las elecciones municipales del 28 de mayo se viven “a cara de perro” en la urbe fronteriza, ya que un puñado de votos puede decantar la balanza entre el PP y Coalición por Melilla. “Esto no pasa en ningún otro sitio de España. Es un misil en la línea de flotación de la democracia”, se lamentan fuentes policiales.
La compra de votos en Melilla no es un problema nuevo. Tampoco el robo de papeletas. Pero sí es la primera vez que los carteros sufren asaltos directos a sus personas mientras realizan el reparto. “Hemos pedido más seguridad. Va a ocurrir una desgracia”, afirma Juan Diego Román, delegado sindical de CC OO de Correos en la ciudad. En Melilla, hasta 7.851 personas han solicitado el voto por correo, un 14,23% del total de los sufragios, frente al 2,33% de Ceuta y al 2,13% de la media española, según cifras del Ministerio de Interior. “Solo ese dato ya sirve para ver que algo raro hay. Es triste que ocurra esto con uno de los derechos fundamentales”, apunta Sabrina Moh, delegada del Gobierno en la ciudad autónoma, sobre la avalancha de peticiones.
Por su parte, en el equipo del presidente regional del PP y candidato a las elecciones, Juan José Imbroda, se remiten respecto a estos sucesos a las declaraciones que concedió a Popular TV el martes: “Tiene nombre y apellidos, es tremendo, escandaloso y una vergüenza a nivel nacional”. Mientras que Dunia Almansouri, candidata de Coalición por Melilla, afirma: “Es aberrante el alto número de votos por correo”. El presidente de Melilla, Eduardo de Castro, concurrió a las elecciones en 2019 por Ciudadanos; logró solo un escaño, pero gobierna en coalición con el PSOE y Coalición por Melilla, tras desbancar a Imbroda, en el cargo anteriormente desde 2003.
La primera jornada de reparto fue el lunes. Ese día, cuatro ataques coordinados en distintos puntos de la ciudad hicieron saltar las alarmas. En comicios anteriores, agentes de la Policía Nacional ya vigilaban la puerta de la oficina de Correos durante la campaña del voto a distancia, pero es la primera vez que la delegación del Gobierno ordena la custodia de los carteros durante el reparto. El martes, el servicio se suspendió por los ataques, y se reanudó el miércoles, ya con escolta policial para los funcionarios. Pese a todo, se produjo un nuevo incidente por la tarde en el barrio de Averroes. “Es imposible controlar cada envío. No podemos mandar todos nuestros efectivos solo al voto por correo, hay más problemas en el resto de la ciudad”, explican fuentes policiales. La solución fue sumar Guardia Civil y Policía Local a las tareas desde el jueves para cubrir la veintena de rutas previstas durante la jornada. La red de tráfico de votos actúa en pirámide, según las pesquisas policiales, con la cúspide ocupada por miembros de los partidos políticos y la base formada por meros traficantes que pagan a los vecinos por sus votos por correo.
En torno a las seis de la tarde, la entrada y salida de melillenses de la oficina de Correos es constante. Y la mayoría llega a entregar el voto a distancia. No acudirán a las urnas el 28 de mayo en Melilla, afirman, porque tiene un “viaje” o por “trabajo”. Unos motivos que la Delegación de Gobierno, Policía Nacional y Guardia Civil califican de excusas. Además, la mayor parte de las solicitudes proviene de zonas con familias de menor renta. En la puerta de la oficina, media docena de agentes policiales controlan el acceso, rodeados de vecinos sentados en bancos o de pie. Pero, incluso así, con la policía de cerca, un hombre que acude en motocicleta se acerca a un amigo y le dice: “¿Has pedido ya el voto?”. A lo que el conocido responde negando con la cabeza. “Pues, coge una solicitud, pídelo tú y tu mujer, y os pasáis por casa, ya sabes”. Y se marcha.
Fuentes policiales advierten de que “todo está mucho más normalizado” y que “cada vez se comete más abiertamente”. El pago por cada voto puede ir desde los 50 hasta los 800 euros. Los más de 80 votos robados esta semana están controlados y no podrán utilizarse. Según los indicios de la Policía Nacional, los pequeños traficantes que pagan por los votos habrían actuado a espaldas de sus superiores para conseguir más sobres con un solo golpe.
Una trama instaurada
El Tribunal Supremo confirmó en febrero de 2021 la condena de dos años de cárcel al expresidente de la ciudad autónoma y líder de Coalición por Melilla, Mustafa Aberchán, y al ex secretario general del PSOE de Melilla, Dionisio Muñoz Pérez, por la supuesta compra de votos emitidos por correo en las elecciones al Senado de 2008. El hijo de Imbroda fue grabado intentando comprar 300 sufragios por correo en los comicios generales de abril de 2019. Hassan Driss, viceconsejero del PP entre 2003 y 2015, y Javier Lence, gerente de los populares, fueron absueltos tras ser acusados de compra de votos a través de vales de alimentos en 2021, aunque sí fue condenado un colaborador de la trama. “Es difícil luego probar los hechos ante el juez. Actúan como una red de narcotráfico”, subrayan fuentes policiales.
La investigación sigue ahora su curso sin detenidos. Según fuentes policiales, hay indicios claros de que en la cabeza de la red hay miembros de partidos políticos. Las principales formaciones se eximen de responsabilidad. Coalición por Melilla tiene una mayor influencia sobre la población musulmana. Para su candidata, “urge cambiar la ley electoral para que las elecciones de Melilla no estén viciadas”. Desde el PP, Imbroda ejemplificó su rechazo al recordar durante la entrevista en Popular TV una frase suya: “Yo decía que ‘cada día nos parecemos más a Burundi en el sistema democrático de Melilla”. Tanto el Partido Popular como Coalición por Melilla pidieron anular el voto por correo, el PSOE se opuso. “No se puede impedir una herramienta útil para votar. Lo que no se puede hacer es usarla de forma fraudulenta. Pido responsabilidad a los partidos”, dice Moh.
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