El subdirector de Emergencias revela ante la jueza de la dana que la alerta se retrasó porque Pradas quiso corregir el texto en valenciano
Jorge Suárez admite que se planteó la alerta más de dos horas antes de su envio y que los gestores de la desgracia desoyeron su petición de que el mensaje incluyera subir a las zonas altas


Cada nueva declaración judicial de los gestores de la mayor catástrofe natural del siglo- la dana que dejó 230 muertos en Valencia en octubre de 2024 - revela la cadena de fallos que condujo a disparar la magnitud de la desgracia. El subdirector general de Emergencias de la Generalitat Valenciana, Jorge Suárez, ha confirmado este jueves ante la jueza de Catarroja (Valencia) que investiga la tromba que el envío de la alerta masiva a móviles se retrasó porque la exconsejera de Justicia e Interior Salomé Pradas, que es la principal imputada en la causa, pidió corregir la versión en valenciano del texto. Así lo indican a EL PAÍS fuentes presentes en la comparecencia de Suárez como testigo, una condición que le obliga a decir la verdad.
El dato es clave. La alerta masiva a móviles, denominada Es Alert, se ha convertido en la piedra angular de las pesquisas. La notificación se remitió a las 20.11, cuando, al menos, 155 personas ya había fallecido. La magistrada Nuria Ruiz Tobarra sostiene que, de haberse activado antes, se habrían salvado vidas.
Pradas, según Suárez, demoró el aviso para cambiar el acento del término Valencia y la denominación de “este”. “Busqué a la señora Pradas y le dije que ya tenía el mensaje. Ella viene con el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, y no sé con quién más. La consellera hace una segunda lectura. Y ahí cambia “se solicita suspender” por “se ruega evitar”, ha apuntado. Según Suárez, Pradas y Mompó “hicieron cambiar cosas [el mensaje] por tema lingüístico, acentos y demás”.
El mando de Emergencias ha agregado que los responsables de coordinar la crisis desoyeron también su petición de que el mensaje incluyera una mención a subir a las zonas altas. Más de la mitad de los fallecidos por la riada fueron ancianos y personas con movilidad reducida que residían en plantas bajas y garajes.
“Escribí unas notas en las que pedía que, con carácter inmediato, había que enviar un mensaje [a la población] para subir a zonas altas. Sería a las 17.45 horas”, ha relatado.
Suárez ha reconocido que la magnitud del riesgo comenzó a palparse a partir de las 17.00 horas tras la convocatoria del Cecopi. El alto cargo ha explicado que la jefa de servicio de Emergencias, Inmaculada Piles, le pasó un WhatsApp a las 17.38 sobre el peligro de la presa de Forata [una infraestructura en Yátova (Valencia) que, de haberse desbordado, podría haber causado 8.000 muertos]. “Había poblaciones en las que el agua podía llegar a seis o siete metros de altura”, ha indicado.
El subdirector de Emergencias, pieza crucial en la gestión de la tragedia, también ha reconocido que el aviso se planteó más de dos horas antes de su envío. Cuando la notificación se coló en los teléfonos, a las 20.11 horas, al menos, 155 personas ya habían fallecido. “A las 17.38 horas se vuelve a poner encima de la mesa que se puede utilizar el Es Alert”, ha agregado.
El mando de Emergencias ha declarado ante la instructora en calidad de testigo, una condición que le obliga a decir la verdad. Su relato se revela esclarecedora. Suárez participó en los momentos clave del Centro de Coordinación de Emergencias de L’Eliana (Valencia), donde se gestionó la crisis. Fue testigo directo del episodio que sobresaltó el dispositivo, tras las declaraciones de las alertas hidrológicas del río Júcar y del barranco del Poyo, detonante de la tragedia. Y asistió a la toma de decisiones en el Cecopi —donde se decidió el envío de la alerta masiva a móviles— junto a los dos investigados en la causa: la exconsejera Salomé Pradas y quien fuera su segundo durante la riada, Emilio Argüeso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































