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La crónica
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cuando la libertad educativa del PP y Vox choca con la discriminación y el inglés

José Antonio Rovira, consejero de Educación, es el gran protagonista por acción y omisión del debate político de esta semana en la Comunidad Valenciana.

Ferran Bono
José Antonio Rovira, en la conjsería de Educación, en marzo.
José Antonio Rovira, en la conjsería de Educación, en marzo.Mònica Torres

“Libertad, libertad, sin ira, libertad” cantaba el grupo Jarcha en aquel himno de la Transición. Era un grito mayoritario de la sociedad española que salía de la dictadura franquista y clamaba por la democracia y la Constitución. De todo ello se ha hablado mucho, 45 años años después, en el debate y la crónica política de esta semana en la Comunidad Valenciana. Desde que el PP y Vox accedieron al gobierno de la Generalitat hace casi un año la palabra libertad forma parte central del discurso institucional. Es la llave que abre todas las puertas: libertad educativa, libertad para elegir centro, libertad para escoger la lengua en clase y en el examen, libertad para abrir un negocio solo con una declaración responsable, libertad para construir un hotel a 200 metros del mar, libertad para circular en coche hasta el centro.... Libertad frente a imposición.

Y uno de los políticos que más repite la palabra es José Antonio Rovira, consejero de Educación, Universidades y Empleo, y gran protagonista por acción y omisión. El martes hubo una rectificación parcial de su departamento, tras el escándalo nacional que supuso conocer, gracias a la confederación de familias Gonzalo Anaya, algunos criterios para lograr un punto extra en la admisión de alumnos escogidos por diversos centros públicos y concertados al calor de esa libertad y del decreto del Consell. Criterios discriminatorios como haber nacido en la Comunidad Valenciana; que ambos progenitores trabajen; que los niños vayan regularmente a la parroquia, o que los padres fueran en su día a una escuela católica. No fue Rovira quien salió para explicar que se revisarán los criterios y se eliminarán los que “discriminen” por razón de origen, religión o cualquier otra circunstancia social, un mecanismo que el decreto contempla, sino el secretario autonómico, Daniel McEvoy.

Sí dio la cara el consejero en una entrevista concedida el jueves al programa Les notícies del matí, de À Punt. Y su enredo con la libertad ha tenido repercusión en las redes sociales. La ley de Libertad Educativa sigue su tramitación parlamentaria. El PP y Vox han aprobado una enmienda según la cual los alumnos tendrán la libertad de escoger la lengua de los exámenes en las asignaturas no lingüísticas. La periodista de El Mundo Noa de la Torre preguntó al consejero si en las asignaturas impartidas en inglés se podrá elegir también el castellano y el valenciano. Rovira duda, admite que le “ha pillado” y al final contesta: “Yo supongo que se podrá elegir también”. Y al instante matiza: “Las asignatura que se dan en inglés se contestan en inglés, normalmente”. ¿Y por que esa diferenciación?: “Los expertos nos dicen que hay alumnos que pueden dar una asignatura en una lengua pero a la hora de escribir pueden hacerlo mejor en una lengua que otra y nos dicen que deberíamos dejar libertad. Una propuesta hecha por parte de expertos es poder dejar esa libertad”. ¿Y por qué no se aplica esa libertad en las asignaturas en inglés?, insiste la periodista. “Ya le he dicho que me ha pillado”, concluye Rovira, en una intervención que ha dado alas a las interpretaciones de que la norma persigue sobre todo reducir la presencia y el estatus del valenciano, según han denunciado la Acadèmia Valenciana de la Llengua o la Universitat de València.

El pleno de Les Corts se abrió este miércoles con la lectura del artículo 2 de la Constitución española sobre la unidad de España, tras la publicación en el BOE de la Ley de Amnistía. La propuesta partió de la presidenta de la cámara, Llanos Massó, de Vox, que apela con frecuencia a la Carta Magna pero se niega, también en sede parlamentaria, a llamar dictadura al régimen franquista. Un régimen que volvió a salir a colación de la polémica ley de Concordia que propugnan las formaciones de derecha y extrema derecha y que sigue su tramitación parlamentaria. La oposición incidió en que la norma equipara la dictadura con la Segunda República. Las representantes el PP y Vox, que no aceptaron ninguna enmienda del PSPV y Compromís, respondieron con alusiones a Venezuela, Hamas e incluso a las milicias yemeníes.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.
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