La dieta de los enormes dinosaurios de Morella: coníferas gigantes y helechos arborescentes
Una investigación desvela con muestra de esporas, polen y algas recogida en un yacimiento de la población castellonense lo que comían los dinosaurios herbívoros hace 125 millones de años
Sale a la luz la dieta de los dinosaurios herbívoros que habitaron los ecosistemas ibéricos hace 125 millones de años. Un equipo multidisciplinar e internacional de paleontólogos acaba de publicar un estudio -recogido por la revista científica Cretaceous Research- que pone fin al desequilibrio existente entre la gran cantidad de datos sobre los abundantes restos fósiles de dinosaurios que habitaron la comarca de Els Ports (Castellón) durante el Cretácico Inferior, y la escasa información sobre la vegetación que conformaba los ecosistemas en los que se movían y, por tanto, una parte importante de la dieta de ejemplares como Iguanodon o Morelladon.
Las coníferas y los helechos revestían los bosques costeros, próximos a un delta, que copaban esta región del norte de Castellón, constituyendo así la base de la alimentación de los dinosaurios herbívoros del entorno peninsular durante el Cretácico Inferior, según este estudio, que ha identificado en el municipio castellonense de Morella la flora de los ecosistemas continentales de hace 125 millones de años. Concretamente 27 géneros de esporas, pólenes, algas y dinoflagelados, que han podido ser documentados entre la muestra estudiada.
El trabajo se ha centrado en los restos palinológicos de uno de los últimos yacimientos localizados en la Concesión Minera Vega del Moll de Morella, el área de explotación extra ubicada junto a la fructífera cantera de arcilla del Mas de la Parreta, cuyas prospecciones han arrojado de la mano de sus 18 yacimientos 5.000 de los más de 7.000 restos fósiles que ha sacado a la luz en los últimos años el subsuelo de la capital de la comarca de Els Ports, que configura uno de los mejores registros del Cretácico Inferior de Europa.
Vega del Moll, que triplica la superficie de su área predecesora, garantizando a la paleontología morellana varios años de investigación, ha sacado además a la luz un nuevo, y aún por estudiar, ejemplar de dinosaurio relacionado con la especie Iguanodon bernissartensis. “Está en fase de preparación y estudio”, explica el paleontólogo José Miguel Gasulla, miembro del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y director del seguimiento paleontológico de la Concesión Minera Vega del Moll.
De esta forma, los datos obtenidos permiten identificar que las comunidades de plantas que acompañaban a las poblaciones de este dinosaurio estaban dominadas por coníferas que podrían alcanzar grandes dimensiones, como el grupo de las extintas Cheirolepidiaceae. Estaban acompañadas de helechos arborescentes del grupo de las ciateáceas y otras coníferas que alcanzaron ingentes alturas pertenecientes al grupo de las podocarpáceas, actualmente restringidas al hemisferio sur. Toda esta vegetación estaría secundada por un denso sotobosque formado por helechos de pequeño tamaño y plantas hepáticas, entre las que se moverían las poblaciones de Iguanodon y otros dinosaurios de costumbres gregarias, señala el estudio.
La investigación ha puesto el foco también en el ambiente sobre el que se depositaron los materiales que dieron lugar al yacimiento y su relación con los ambientes sedimentarios de otras localidades europeas en las que también se han hallado restos fósiles del dinosaurio Iguanodon bernissartensis. En concreto, la evidencia fósil tanto florística como sedimentológica indica que el ecosistema en esta región peninsular se correspondía con un bosque costero muy cercano a una zona deltaica en la que las condiciones ambientales eran cálidas y húmedas.
Sobre los hábitos alimenticios de dinosaurios como Iguanodon o Morelladon, los resultados obtenidos en el estudio sugieren que tanto las frondes de estos dos grupos de helechos como las hojas de esas coníferas podrían estar entre las principales fuentes de alimento de las poblaciones europeas más meridionales de Iguanodon bernissartensis.
De este análisis comparativo se ha podido determinar que esta especie de dinosaurio herbívoro, ampliamente distribuido por la región más occidental de lo que es actualmente Europa, presentaba una amplia plasticidad en cuanto a la selección de ambientes, lo que le permitió ser uno de los dinosaurios con un mayor éxito ecológico dentro de las comunidades con dinosaurios del Cretácico Inferior europeo.
El estudio ha contado con la colaboración de investigadores y paleontólogos Universidade de Vigo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Bonn y el Grupo de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
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