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La “ruta perfecta” para ver las fallas más destacadas en “el menor tiempo posible”, según un algoritmo

La bici es el medio de transporte más rápido para visitar los monumentos de la sección especial, separados por un recorrido de más de 10 kilómetros

Fallas Valencia
La falla del Pilar es una de las nueve de la sección especial.Mònica Torres
María Fabra

Un equipo de estudiantes del Máster Universitario en Ingeniería de Análisis de Datos, Mejora de Procesos y Toma de Decisiones de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha confeccionado la “ruta perfecta” para visitar las fallas de la sección especial, las más destacadas de las que se plantan en Valencia, en “el menor tiempo posible”. Para ello, han utilizado la teoría del problema del viajante de comercio, uno de los problemas de optimización más estudiados, y han aplicado un algoritmo que les ha permitido diseñar las mejores rutas posible andando, en bici y en transporte público.

El problema, desarrollado también en el campo de la logística, busca encontrar al recorrido más corto entre diferentes puntos. Así, han aplicado modelos metaheurísticos con la intención de encontrar “la ruta óptima o, al menos, una buena ruta que nos permita, en el menor tiempo posible, visitar todas las fallas de categoría especial de Valencia”. En principio, la aplicación del algoritmo les ofreció unas 50.000 posibilidades.

Los resultados muestran cómo la mejor forma de hacerlo es en bici, según el algortimo, que describe un recorrido de 13,057 kilómetros y un tiempo de 44 minutos, sin contar los tiempos de estancia en cada falla. Como en las otras dos rutas, el punto de partida en la estación del Norte y, desde ahí, hay que dirigirse a la falla del Pilar, L’Antiga de Campanar, Na Jordana, Exposición-Micer Mascó, Almirante Cadarso-Conde Altea, Reino de Valencia-Duque de Calabria, Sueca-Literato Azorín, Cuba-Literato Azorín y Convento Jerusalén- Matemático Marzal. y acabar en la de Convento Jerusalén- Matemático Marzal.

Con la segunda opción, a pie, se recorren 10,6 kilómetros en, aproximadamente, dos horas y media. El orden del recorrido difiere algo del diseñado para la bici y aunque empieza en la estación del Norte, marca la falla de Convento Jerusalén- Matemático Marzal como la primera para seguir con la del Pilar, L’Antiga de Campanar, Na Jordana, Exposición-Micer Mascó, Almirante Cadarso-Conde Altea, Reino de Valencia-Duque de Calabria, Sueca-Literato Azorín y Cuba-Literato Azorín como la última del recorrido. Sin embargo, para realizar la visita con transporte público, el recorrido es prácticamente inverso: Cuba-Literato Azorín, Sueca-Literato Azorín, Reino de Valencia-Duque de Calabria, Almirante Cadarso-Conde Altea, Exposición-Micer Mascó, Na Jordana, L’Antiga de Campanar, El Pilar y Convento Jerusalén- Matemático Marzal. Para recorrer los 14,5 kilómetros que comprende esta ruta han de invertirse poco menos de dos horas. Tal como apunta Javier Boix, uno de los estudiantes que ha desarrollado este trabajo, los itinerarios se han hecho para iniciarlos este lunes a las nueve de la mañana, con el fin de realizar el cálculo más exacto posible. Boix asegura que las rutas, realizadas con la API de Google Maps, ha tenido en cuenta las calles cortadas por carpas falleras y fallas. Aun así, en el caso del trayecto con transporte urbano puede verse alterado.

Las fallas de la sección especial, además de la de plaza del Ayuntamiento (que está muy cerca de la estación del Norte) son las que mayor atracción generan: “Normalmente, la gente suele centrarse en aquellas más espectaculares, las de sección especial”. Las de esta sección suman un total de nueve y “al estar tan separadas y con tantas cosas que hacer no es difícil dejarse alguna por ver, y más si vienes de fuera”, apunta Boix quien ha realizado el trabajo junto a David Veloso y Víctor Serrano.

La primera vez que se acudió a la búsqueda de una solución de rutas cortas por diferentes puntos marcados fue en 1832 cuando se publicó el problema en una guía para vendedores ambulantes. Estos “tipos de problemas” se denominan Problemas del Viajante de Comercio, conocidos principalmente por su acrónimo inglés TSP. Estas situaciones buscan “minimizar” el coste del viaje de un vendedor que necesita visitar una serie de ciudades y volver a la ciudad de partida, es decir, se busca encontrar la ruta que” minimice el coste de transporte”.

“En el caso que planteamos, el problema del viajero típico sufre unas pequeñas variaciones, pero en esencia sigue siendo el mismo. En concreto se propone que en vez de viajar a diferentes ciudades el viajero tendrá que visitar todas las fallas de categoría especial de Valencia”, señalan los estudiantes.

“Además, en vez de trabajar con costes, trabajamos con el tiempo que se tardaría en realizar el recorrido completo, buscando minimizar el tiempo de recorrido total”, ha señalado Diego Esteve, otro de los estudiantes que han desarrollado el trabajo.


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