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El mundo de la cultura se vuelca con el MIAU de Fanzara y alega para retirar por “censora” la orden que cribará los murales antes de pintarse

Varios colectivos lamentan el “intento de control ideológico” del ayuntamiento hacia el festival de arte urbano

Mural de Fanzana
El mural con un verso de la canción ‘Mi patria digna’, de Toni Mejías, provocó protestas el pasado año.Carme Ripollés

El mundo de la cultura se vuelca con el MIAU de Fanzara, el Museo Inacabado de Arte Urbano que desde hace nueve años convierte a esta población castellonense de apenas 300 habitantes en referente internacional de esta disciplina artística. Su edición de 2024 se mantiene en vilo ante la ordenanza municipal de fachadas que pretende cribar las obras antes de ser pintadas para poder integrarse así en esta galería al aire libre.

Diferentes instituciones culturales, desde la Universitat Jaume I de Castelló a la Asociación Valenciana de Profesionales de la Cultura, la feria de arte contemporáneo MARTE o la Asociación de Escritores de la Provincia de Castellón (AEPC), junto a otras entidades como la delegación en España del Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación (GEMME), han mostrado su repulsa contra la citada ordenanza, en periodo de alegaciones hasta el 22 de febrero, y que ha sido impulsada por el nuevo equipo de gobierno del PP, el primero popular que logra la alcaldía de Fanzara en los nueve años de trayectoria del MIAU.

Si llegado el plazo el consistorio desestima las alegaciones y mantiene la ordenanza, “iremos a la vía judicial administrativa”, indican desde la organización del MIAU. “De momento el festival queda paralizado hasta que se den las condiciones para su celebración, y eso pasa por retirar la ordenanza, porque intenta controlar lo que se va a pintar y eso no tiene cabida en el proyecto, dado que va en contra de su filosofía”, explica Javier López, cofundador del MIAU junto a Rafa Gascó. Si las alegaciones logran frenar la norma municipal, “nos pondremos a trabajar para sacar adelante la edición 2024 este verano, aunque ya vamos tarde”, lamenta.

La ordenanza recoge que “todas las intervenciones artísticas u obras de arte que vayan a ser pintadas, serán supervisadas previamente por el ayuntamiento”, al que se deberá entregar “un boceto de la intervención a realizar en aras de obtener la correspondiente autorización”. “No podrán pintarse en ninguna fachada del municipio frases, dibujos o similares de carácter político o cualquiera otra intervención que pueda herir la sensibilidad de las personas o de los distintos colectivos”, añade el texto.

Javier López sitúa el origen de esta ordenanza en el mural de Elías Taño para la octava edición del MIAU, el pasado mes de julio, arropado bajo el estribillo de la canción Mi patria digna de Toni Mejías y La Raíz, que indica: “La única patria digna de este país aún sigue en cunetas”. Al respecto, el alcalde de Fanzara, Marc Diago, afirma que fueron “los propios vecinos” quienes protestaron ante la alcaldía por el citado mural y que desde el consistorio se intentó pedir a la organización del MIAU el “cambio de la frase” pero al tratarse de una fachada particular no se pudo intervenir. Diago sostiene que la normativa va dirigida “a que no se pinten obras de carácter político”.

A través de diferentes comunicados, que la organización ha hecho llegar al Ayuntamiento de Fanzara, del PP, junto al resto de alegaciones vecinales , las entidades culturales critican precisamente, entre otras cuestiones, la censura aplicada por el consistorio al festival “alegando preservación de la convivencia”. Hablan también de intento de “control ideológico” y solicitan la retirada de la ordenanza en favor de la libertad artística, porque el MIAU, insisten, sólo cabe en “una atmósfera de libertad de expresión rechazando climas de intolerancia” y “sin controles que sólo tienen como objetivo un modelo de arte complaciente con los valores morales e ideológicos del gobierno municipal”.

“La interferencia con el derecho a la libertad de expresión y creación artística socava los principios fundamentales de toda democracia”, sostienen desde la AEPC.

En el mismo sentido se expresa la UJI en el informe elaborado por su Departamento de Historia, Geografía y Arte, donde apela a esa interferencia en el derecho a la libertad de expresión y advierte que la citada ordenanza “hace inviable el mantenimiento del carácter social del MIAU”, un proyecto “que nació en 2014 con la pretensión de ser un movimiento social que fomentase la convivencia entre el vecindario del pueblo de Fanzara” y “una experiencia recíproca de colaboración e intercambio” entre artistas, ciudadanía y colaboradores. “Aun reconociendo que a veces las manifestaciones artísticas pueden ofender, no es admisible en una sociedad democrática que dicha ofensa sea motivo de censura” concluyen desde la UJI, que defiende la continuidad del MIAU desde la libertad “y abrazando el respeto y el debate”.

Al uso del arte como vía de convivencia “y pacificación de determinados conflictos vecinales” que ejemplifica la cita cultural de Fanzara se refiere en su escrito de apoyo el Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación. “Como impulsores, desde el mundo jurídico, de la mediación como forma adecuada de solución de conflictos, consideramos que todas las entidades públicas deberían colaborar a que estas iniciativas crecieran”.

La Asociación Valenciana de Profesionales de la Cultura, tilda al museo de arte urbano de Fanzara como “una de las experiencias de gestión cultural bajo radar más interesantes de cuantas se celebran en el estado español” y lo califica como “modelo de revitalización de las comunidades despobladas a partir de la acción cultural”. A juicio del colectivo, “difícilmente subsistirá la iniciativa si se someten a control previo los murales a realizar” y recuerda: “El arte urbano […] tienen entre sus fundamentos la denuncia social y el inconformismo”.

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